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Elogio a Zapatero en tiempos revueltos
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'el día que el triunfo alcancemos'

Elogio a Zapatero en tiempos revueltos

José Andrés Torres Mora, jefe de Gabinete del expresidente de 2000 a 2004, presenta su último libro y reúne a exministros y excolaboradores del líder socialista, además de al 'caído' Tomás Gómez

Foto: José Luis Rodríguez Zapatero, José Andrés Torres Mora y Meritxell Batet, este 26 de noviembre en el Centro Cultural Blanquerna de Madrid. (CCBlanquerna)
José Luis Rodríguez Zapatero, José Andrés Torres Mora y Meritxell Batet, este 26 de noviembre en el Centro Cultural Blanquerna de Madrid. (CCBlanquerna)

Nació un frío 1 de enero de 1960 en Yunquera, en plena Sierra de las Nieves, en Málaga. En el seno de una familia de agricultores pobres, de "domadores de montañas", como le gusta decir. Un andaluz "muy raro", de un pueblo que "no es de señoritos". Un niño que llegó a cuidar cabras mientras sus padres eran emigrantes en Alemania -un "Erasmus para obreros"- y al que sus vecinos se empeñaron en enseñar a leer y escribir. Luego pasó por internados, llegó a la Universidad, se doctoró en Sociología y se convirtió en profesor en la Complutense. Se sacó el carné del PSOE. Y en 2000, tras el desastre de las generales, llamó a un casi desconocido José Luis Rodríguez Zapatero. "Debes ser el secretario general del partido". El diputado por León pensó que ese hombre que le telefoneaba, que no tenía "muy identificado", era "osado", porque no estaba aún ese pensamiento en su reflexión tras la dimisión de Joaquín Almunia. Le mandó un texto, 'Cosas que no se pueden producir', y era "brillante". Zapatero se presentó al congreso extraordinario del PSOE y ganó. "Has ganado las próximas elecciones generales", le dijo aquel hombre docto, de fina ironía. El nuevo líder le reclutó como su jefe de Gabinete.

Ese hombre que nació en Yunquera de una familia humilde es José Andrés Torres Mora. Un político "entero, con todas las palabras y en mayúsculas", como le definía esta tarde el propio expresidente. Un hombre reconocido como una de las mejores cabezas del PSOE. Torres Mora presentaba en el centro cultural Blanquerna de Madrid su ensayo 'El día que el triunfo alcancemos' (Turpial), un libro en el que analiza algunos de los problemas más relevantes de la política española de hoy. Pero el acto mudó a ratos en un homenaje a Zapatero, en un intercambio de afectos entre dos amigos, en un relato de anécdotas y en un rosario de reflexiones sobre el socialismo y la libertad. El título, de hecho, es un verso de 'La Internacional', ese himno que cada vez se canta menos en los actos del PSOE.

La atmósfera era, en todo caso, más Zapatero que Pedro Sánchez. Sin duda. No solo por los protagonistas, sino también por algunos rostros de los muchos presentes en la pequeña sala del Blanquerna. Exministros como Jesús Caldera, Miguel Ángel Moratinos, Magdalena Álvarez. O José Enrique Serrano y Fernando Moraleda, asesores monclovitas del expresidente. Tomás Gómez -a quien Torres Mora apoyó y ayudó en sus discursos- y su lugarteniente en su época de gloria en el PSM. Sonsoles Espinosa, la mujer de Zapatero, que tan poco se deja ver en actos públicos. Los purasangre de Sánchez eran menos: Meritxell Batet, la secretaria de Programa y número dos por Madrid, que intervino en la presentación, con el ex jefe del Ejecutivo y el autor, e Ibán García del Blanco, responsable de Cultura y Movimientos Sociales y dos por León. Serrano también cae entre los colaboradores del actual secretario general y nueve por Madrid el 20-D. Eva Matarín, titular de Emigración, cuenta en la nómina de 'tomasistas'.

Torres Mora enhebra una “defensa de la política,del PSOE y de Zapatero“, y hasta que no se “reivindique“ al expresidente, dice, quedará una “oquedad“

Un total de 37 veces cita el autor a Zapatero en 'El día que el triunfo alcancemos'. Ninguna crítica, deliberadamente. Porque Torres Mora, jefe de Gabinete del expresidente de 2000 a 2004, antes de su llegada a La Moncloa, y diputado por Málaga desde hace 11 años, quiere hacer "una defensa de la política, del PSOE y del presidente Zapatero". "Hasta que no lo reivindiquemos tenemos un tiempo inexplicable, una oquedad, y no hay razón. Yo sí lo defiendo objetivamente", apuntó, entre las risas del auditorio. "Objetivamente", había dicho, en respuesta a la presentación 'subjetiva' que le dedicó Zapatero, por su "amistad, afecto y admiración" hacia él.

"Un socialista leal y valiente"

O sea, un elogio a Zapatero cuando no se lleva elogiar a Zapatero. Cuando su partido aún tiene la espina clavada por el giro hacia la derecha operado en mayo de 2010, cuando España se situó al borde del abismo y el presidente tuvo que acometer sus primeros recortes impuestos por Bruselas. Cuando el actual secretario general ha tenido sus más y sus menos con él y le reivindica lo justo si se compara con las muestras de aprecio que destina a Felipe González.

"De 37 veces que me cita, las 37 son para defenderme. Es bastante extraordinario leer un libro en el que todas las veces que se me cita es para defenderme", cumplimentó Zapatero con sorna.

El expresidente eludió todos los jardines posibles. No se refirió a Sánchez, ni al reto decisivo del 20-D para el PSOE. Quiso hablar de su libro, y su libro este jueves era Torres Mora, "un socialista completo porque piensa, reflexiona y actúa en función de cómo piensa un socialista coherente" y "esencialmente leal, porque es valiente y seguro de sí mismo". Zapatero no se lo llevó a La Moncloa cuando alcanzó el poder, pero nunca perdió su relación con él, ni siquiera cuando Torres Mora decidió apoyar a Tomás Gómez frente a Trinidad Jiménez en las primarias de 2010. "Es un gran demócrata. Creo que es más demócrata que yo. No sé si es porque ha tenido menos poder que yo", aplaudió. El yunquerano reconoció que entre sus virtudes no estaba la "prudencia", porque nunca quiso "disfrazarse", pesara a quien pesara.

"Me dijo lo que opinaba e hizo siempre lo que quería. Nos respetábamos. Está aquí Tomás Gómez y lo sabe muy bien", sonrió el exjefe del Ejecutivo, aludiendo al capítulo de 'rebeldía' de su primer ideólogo, de quien se ha sentido "cercano" pese a las discrepancias y que ha seguido "iluminándole".

"El jefe de Gabinete y el gabinete entero"

El exlíder del PSOE contó cómo le conoció tras el batacazo de 2000, cómo lo fichó. Y hasta cómo lo llevó a una entrevista en La Moncloa con José María Aznar y le presentó como su jefe de Gabinete. "Soy el jefe de Gabinete y el gabinete entero", añadió Torres Mora tirando de fina ironía. Y también cómo le ayudó a preparar sus discursos.

“La reflexión política sobre la intervención en Irak en 2003 sigue muy vigente“, defiende Zapatero

Ahí Zapatero se permitió la referencia a la actualidad. Estos días ha "releído con interés" aquellas intervenciones parlamentarias que su asesor le preparó para defender la postura del partido contra la guerra de Irak. "Aquellas cosas que dijimos se han proyectado en el tiempo. Las tenemos en carne viva, en carne propia. Y contribuyó de forma decisiva a esa reflexión política que sigue en mi opinión muy, muy vigente". No abundó más, pero resultaba inevitable no pensar en los ataques terroristas de París y en la lucha contra el Estado Islámico.

También inquietaba a Torres Mora, y así viene en su libro, la cuestión de las identidades nacionales. Otro tema de actualidad, visto el desgarro que vive hoy Cataluña. "Quizá la tarea histórica de los socialistas es que se nos considere muy poco nacionalistas, porque alguien tiene que haber que sea poco nacionalista para que haga convivir a todos los nacionalistas", arguyó Zapatero. A los socialistas, convino, se les critica a veces por "falta de patriotismo" cuando se ha planteado el debate territorial. "Pero tenemos un patriotismo para que los patriotas de las banderas se sientan también a gusto con sus distintas banderas y las puedan compartir en España". El PSOE, pues, como necesario eslabón para la convivencia entre españoles.

"Que el triunfo no nos alcance"

'El día que el triunfo alcancemos' es también un canto al socialismo, entendido como una "defensa de la libertad". Ese "sentimiento de hombre republicano", dijo, inunda la obra. Y es muy distinto al que defiende, por ejemplo, Ciudadanos. Para Torres Mora, hay una "gran diferencia" entre ser un ciudadano y un empleado o un consumidor. "Hay algunos que nos quieren gobernar sin política, desde la tecnocracia, pero hay una gran diferencia entre ser un ciudadano y ser un consumidor o un empleado. La bandera de la política no la podemos dejar en manos de quien da un sucedáneo. Por eso reivindico la libertad en la política y en el socialismo. La libertad de Margaret Thatcher es la del falso autónomo. Los socialistas somos más exigentes en el concepto de la libertad".

El libro es también un canto al socialismo, entendido como una “defensa de la libertad“

Batet también aludió a esa relación indisoluble de Torres Mora y la libertad. "Es tan radicalmente demócrata que es ante todo republicano. Y asocia libertad y ciudadanía". La coordinadora del programa elogió la solvencia intelectual del diputado malagueño: "Es un político, sociólogo, ensayista, socialista poético [...]. José Andrés pretende confundirse entre la gente, pero siempre se distingue. Encarna la distinción con mayúsculas".

Para Zapatero, Torres Mora comete un "pecado": que ahora está "obligado a seguir escribiendo más libros". Sin perder esa pasión por la libertad y sin dar las batallas por ganadas. El yunquerano dice que con el tiempo se dio cuenta de que el triunfo al final es "limitado", "temporal". Lo dijo el expresidente: "Es muy importante que el triunfo no nos alcance".

Nació un frío 1 de enero de 1960 en Yunquera, en plena Sierra de las Nieves, en Málaga. En el seno de una familia de agricultores pobres, de "domadores de montañas", como le gusta decir. Un andaluz "muy raro", de un pueblo que "no es de señoritos". Un niño que llegó a cuidar cabras mientras sus padres eran emigrantes en Alemania -un "Erasmus para obreros"- y al que sus vecinos se empeñaron en enseñar a leer y escribir. Luego pasó por internados, llegó a la Universidad, se doctoró en Sociología y se convirtió en profesor en la Complutense. Se sacó el carné del PSOE. Y en 2000, tras el desastre de las generales, llamó a un casi desconocido José Luis Rodríguez Zapatero. "Debes ser el secretario general del partido". El diputado por León pensó que ese hombre que le telefoneaba, que no tenía "muy identificado", era "osado", porque no estaba aún ese pensamiento en su reflexión tras la dimisión de Joaquín Almunia. Le mandó un texto, 'Cosas que no se pueden producir', y era "brillante". Zapatero se presentó al congreso extraordinario del PSOE y ganó. "Has ganado las próximas elecciones generales", le dijo aquel hombre docto, de fina ironía. El nuevo líder le reclutó como su jefe de Gabinete.

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