La Audiencia Nacional procesa a los ocho policías vinculados con la trama de Gao Ping

El titular del Juzgado número 4 de la Audiencia Nacional, Fernando Andreu, ha transformado en procedimiento abreviado la causa que investiga a ocho policías y un ciudadano chino por su presunta vinculación con la supuesta mafia liderada por Gao Ping investigada en el marco de la operación Emperador. El instructor ha acordado continuar las actuaciones contra todos ellos después de que así lo ordenara la Sección Tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional el 2 de noviembre.

Andreu continúa así el procedimiento en contra de su propio criterio, pues el pasado 7 de agosto el magistrado acordó levantar la causa contra todos ellos en un auto que se atrevía a criticar la investigación desarrollada por la Unidad de Asuntos Internos, que a su juicio estaba mal finalizada e incurría en errores de bulto. No lo pensaron así, sin embargo, ni la Fiscalía Anticorrupción, que recurrió la decisión, ni la mencionada Sección Tercera, que obligó al juez a mantener la causa abierta.

La contradicción, de hecho, se refleja en el propio auto de Andreu, que señala que su Juzgado “debe acoger el mandato referido de la Sala de lo Penal y, en consecuencia, ordenar la continuación por los trámites de procedimiento abreviado en base a las alegaciones que el Ministerio Fiscal realizó en su recurso y que la Sala parece hacer suyas”.

En concreto, por ese imperativo jerárquico que el magistrado sigue, el juez señala al comisario Manuel R. S. por los delitos de revelación de secretos -por consultar bases de datos de las fuerzas de seguridad que tienen carácter reservado y trasladar la información al también procesado Yongping Wu Liu- y cohecho -por recibir supuestamente un jamón, unas cajas de vino y entradas para el fútbol y los toros del mismo ciudadano chino “como contraprestación de las gestiones realizadas”-.

El magistrado también procesa al policía Blas D. A. por acceder a las bases de datos e informar supuestamente a Wu Liu (revelación de secretos) y por aceptar la invitación a cenar de la ciudadana china Lizhen Yang (cohecho); al agente Óscar G. F. por los mismos delitos: revelación de secretos (por informar presuntamente a Wu Liu de por qué habían detenido a un compatriota suyo) y cohecho (por montar un negocio de correduría juntos); al comisario Ángel O. O. por aceptar la invitación de Wu Liu al Bernabéu tres veces; al inspector Miguel G. G. por un partido de fútbol y un supuesto viaje a China; al policía local de Fuenlabrada Mario J. S. M. por consultar bases de datos; al excoordinador de Relaciones Institucionales del Ayuntamiento de Coslada Pablo G. L. por tráfico de influencias y cohecho (supuesta aceptación de entradas para el fútbol, vino y un jamón); al inspector Federico S. F. por “favores mutuos” entre él y Gao Ping y un supuesto “enriquecimiento injustificado”, y al propio Yongping Wu Liu.

Algunos en el cuerpo consideran que se trata de unas ridículas acusaciones que quedarán en nada, pero que están haciendo daño a la imagen de la corporación

El caso de los policías vinculados a la operación Emperador es una pieza separada de este último proceso que ha provocado un enorme malestar en el seno de la Policía Nacional. No en vano, la defensa del propio comisario Ángel O. O. puso en evidencia que si le acusaban a él por aceptar una invitación al Santiago Bernabéu, también tendrían que imputar a todos los ministros, presidentes del Gobierno, empresarios y alcaldes que han pasado por el palco del estadio del Real Madrid.

Algunos en el cuerpo consideran que se trata de unas ridículas acusaciones que quedarán en nada, pero que están haciendo mucho daño a la imagen de la corporación. Desde Anticorrupción, sin embargo, no piensan lo mismo y consideran que se trata de comportamientos que deben erradicarse en los funcionarios públicos.