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El pasteleo en el palco del Calderón entre Arturo y su administrador concursal
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Concurso de acreedores del grupo cantoblanco

El pasteleo en el palco del Calderón entre Arturo y su administrador concursal

El presidente de la Cámara de Comercio se deja ver en el fútbol con el gestor independiente asignado por el juez para imponer una quita a los acreedores y salvar a sus empresas del naufragio

Foto: De izquierda a derecha, Arturo Fernández, Enrique García Candelas, vicepresidente de Santander Totta, Francisco Vera, administrador concursal del Grupo Cantoblanco, y el juez Alfonso Guevara.
De izquierda a derecha, Arturo Fernández, Enrique García Candelas, vicepresidente de Santander Totta, Francisco Vera, administrador concursal del Grupo Cantoblanco, y el juez Alfonso Guevara.

Son las ocho y pico de la tarde en el Vicente Calderón. El partido parece fácil para el Atlético ante un Getafe rendido desde los primeros minutos. En el estadio desangelado, las miradas aburridas buscan otras distracciones. Una de ellas se detiene en el palco y repara en un grupo de cuatro hombres que charlan sobre el partido. La presencia de dos de ellos en la misma fila le resulta chocante, poco estética.

Uno de esos hombres es un habitual del palco del Calderón. Su nombre es Arturo Fernández, presidente de la Cámara de Comercio y dueño del Grupo Cantoblanco de hostelería, cuyas empresas han ido declarándose en concurso de acreedores desde octubre de 2014. El otro, con barba y gafas, se llama Francisco Vera y es el administrador concursal de las empresas de Arturo Fernández. ¿Qué hacen juntos Arturo Fernández y el hombre designado por un juez para decidir sobre el futuro de las empresas de Arturo y de lo que se paga a sus acreedores?

El procedimiento concursal se realiza bajo la supervisión de un juez. Este nombra a un administrador concursal, una especie de perito, que tratará de buscar una solución entre un deudor y sus acreedores. Se supone que debe ser objetivo, independiente e imparcial. Su trabajo se plasmará en un informe entregado al juez en el que el administrador puede, por ejemplo, recomendar quitas en la deuda. Los acreedores de Arturo Fernández, entre ellos cientos de trabajadores y proveedores a los que debe cientos de miles de euros, esperan que el contenido de ese informe llegue al juzgado mercantil número 1 de Madrid. De ahí que les inquiete ver la imagen de Fernández y Vera juntos.

"Mire, yo tengo 65 años, ya estoy de vuelta de todo y no me sorprende que vayan juntos al palco", dice Emiliano Ramos, dueño de Frescos y Congelados, uno de los proveedores de Cantoblanco a los que Arturo Fernández debe dinero. "Unos 180.000 euros, el trabajo de casi cinco años tirados por la borda. Este señor ha ido enganchando al que ha podido. A otros les debe mucho más; hay gente que ha estado a punto de cerrar. Y él sigue siendo presidente de la Cámara de Comercio y yendo al palco del Calderón. Así funciona este país", concluye el proveedor.

'Ha enganchado al que ha podido. Hay gente que ha estado a punto de cerrar y él sigue yendo al palco del Calderón. Así funciona este país', dice un proveedor

El Grupo Cantoblanco está formado por una veintena de empresas y unos 135 establecimientos diferentes, entre hoteles, restaurantes, cafeterías y comedores, donde se sirven 30.000 comidas diarias y se emplea a unos 3.000 trabajadores, según datos de la propia compañía. Su deuda es millonaria; con la Seguridad Social, con la Agencia Tributaria, los bancos, los proveedores y los empleados.

Arturo Fernández se ha visto envuelto en varios escándalos en los últimos años. Además de ser conocido que sus empresas pagaban a los trabajadores en negro, Fernández es uno de los directivos que usaba asiduamente las tarjetas black de Caja Madrid. También ha aparecido en el caso del pequeño Nicolás por su estrecha relación con el joven. Las dos entidades empresariales que gobernaba, la patronal madrileña CEIM y Cámara de Comercio (esta última todavía presidida por él), también han estado en el punto de mira por otros escándalos relacionados con los cursos de formación.

Arturo es un hombre campechano, que acude al palco del Real Madrid o al del Atlético, que presume de tener buen trato con sus enemigos y que gusta hacer favores de forma egoísta. “Si tú me pides uno [un favor] y yo lo hago, estás en deuda”, decía en una entrevista en marzo de 2014 a 'El País'. El pasado martes, Arturo acudió con Francisco Vera al estadio Vicente Calderón. No era la primera vez. Unas semanas antes, el 12 de septiembre, el empresario y su administrador concursal habían ido juntos también al estadio para ver al Atlético de Madrid contra el Barcelona. En aquella ocasión, el administrador concursal acudió con su hijo.

Arturo Fernández respondió a El Confidencial para aclarar que no va con el administrador concursal al fútbol sino que se encuentran allí. “El administrador es imparcial y objetivo y es bueno que tengamos una relación cordial para que se le pague a todo el mundo y que te vaya informando de cómo está la situación del concurso”, explica Fernández. “Después del partido me tomé una cerveza con él. Es catalán, del Barça, con oficina en Madrid y es el Atlético el que le invita. No va conmigo, pero ha coincidido que nos sientan en la misma fila. No hay que ser malpensados. Es una situación normal y buena para los empresarios”.

Fernández asegura que el procedimiento concursal está ya a punto de concluir, que los acreedores le van a hacer algunas quitas aunque no sabe de qué cantidad y que habrá muy pocos proveedores damnificados. “Se les pagará, más o menos; los proveedores son amigos de hace muchos años y no saldrán perjudicados”. “Además, hemos conseguido arreglar la situación de los casi 3.000 trabajadores que teníamos”, termina el empresario.

El administrador, Francisco Vera, tampoco ve problema en que ambos se sienten juntos a ver el fútbol. Reconoce que en alguna ocasión han acudido juntos al palco y defiende su profesionalidad y su independencia: "Al presidente del Atlético le conozco personalmente, así como a otros empresarios, profesionales de la banca, prensa, judicatura, gobierno, embajadores, etc, con los que mantengo buena relación y amistad. Mi profesionalidad en defensa de los acreedores es incuestionable y está demostrado que los procesos que gestiono tienen las tasas de retorno más altas en mi sector". Aún se desconoce qué porcentaje de quitas en la deuda tendrán las empresas de Arturo.

El otro hombre que estuvo presente en el palco en ambos partidos y que también aparece en la foto que encabeza este artículo, con gafas y bigote, es el juez de la Audiencia Nacional, Alfonso Guevara, presidente de la sección tercera de lo Penal, que acaba de condenar a cinco años y medio de cárcel a Gerardo Díaz Ferrán, expresidente de la CEOE y concuñado de Arturo Fernández. Guevara es un asiduo al palco del Atlético. También ha acudido en numerosas ocasiones como invitado de Arturo Fernández a las asambleas de la patronal madrileña CEIM.

Son las ocho y pico de la tarde en el Vicente Calderón. El partido parece fácil para el Atlético ante un Getafe rendido desde los primeros minutos. En el estadio desangelado, las miradas aburridas buscan otras distracciones. Una de ellas se detiene en el palco y repara en un grupo de cuatro hombres que charlan sobre el partido. La presencia de dos de ellos en la misma fila le resulta chocante, poco estética.

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