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España y EEUU negocian enviar a Nevada la tierra radiactiva de las bombas de Palomares
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50 años después del accidente aéreo

España y EEUU negocian enviar a Nevada la tierra radiactiva de las bombas de Palomares

Tras años de parálisis, Washington y Madrid retoman la negociación para zanjar el incidente atómico de 1966 sobre la pedanía de Almería

Foto: Fraga se bañó en Palomares acompañado del embajador de EEUU. (EFE)
Fraga se bañó en Palomares acompañado del embajador de EEUU. (EFE)

España y Estados Unidos han desbloqueado la negociación sobre el destino de los restos radiactivos de las bombas de Palomares. El Departamento de Energía de EEUU presentó el pasado mes de julio al Consejo de Seguridad Nuclear español un plan de limpieza de los terrenos. Además, ya ha comunicado que planea enviar la tierra contaminada a una instalación militar en el desierto de Nevada.

En vísperas de campaña electoral, España intenta agilizar los trámites y realizar el anuncio del acuerdo en los próximos meses, ya que en enero se cumplen 50 años del accidente en el que EEUU perdió cuatro bombas atómicas sobre la localidad de Almería. Fuentes conocedoras del caso explican que las conversaciones se llevan con mucho sigilo entre Madrid y Washington, entre otros motivos porque se ha incluido como reclamación en las negociaciones para instalar el escudo antimisiles en Rota o el uso de la base de Morón por parte de Estados Unidos para operaciones en África.

Palomares es un capítulo de la Guerra Fría cerrado en falso. El 17 de enero de 1966, durante un repostaje en el aire, dos aviones de la Fuerza Aérea colisionaron sobre el cielo de la pedanía. Entonces, aquel era un pueblo mísero sin teléfono. Hoy tiene 1.700 habitantes que viven de la agricultura intensiva y del turismo. Tras el accidente, Estados Unidos organizó un dispositivo de limpieza y desde el puerto de Cartagena envió unas 1.700 toneladas de tierra a Carolina del Sur.

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El asunto parecía zanjado hasta que a finales de los noventa, los medidores de radiación que allí mantenía el Ciemat (Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas, del Ministerio de Economía y heredero de la Junta de Energía Nuclear) comenzaron a dar niveles anormales de americio (un subproducto de la desintegración del plutonio, radiactivo durante miles de años). La burbuja inmobiliaria acechaba la zona, pegada al mar, y los técnicos del Ciemat temían que los movimientos de tierra dispersaran partículas radiactivas.

En 2003, el Gobierno del PP aprobó en una ley la expropiación de los terrenos en que cayeron restos de las bombas. España, ya con José Luis Rodríguez Zapatero en el Ejecutivo, y EEUU comenzaron entonces negociaciones para descontaminar la zona. Primero hicieron un estudio en detalle sobre el grado de contaminación del área. Tras analizar miles de muestras del terreno, los investigadores encontraron dos trincheras en las que el Ejército de EEUU había dejado restos metálicos con contaminación radiactiva.

Finalmente, el Ciemat concluyó que quedaba medio kilo de plutonio que había contaminado unos 50.000 metros cúbicos de tierra -el volumen de unas 30 piscinas olímpicas-. España esbozó un plan de tratamiento que incluía tamizar y compactar la tierra para reducir el volumen a transportar. Los restos de las bombas que liberaron carga están en dos zonas: una a las afueras del pueblo y otra en el centro (llamadas extrañamente zona dos y zona tres). Además, el viento llevó a una ladera de la sierra de Almagrera una pluma de contaminación. En ese terreno hay expectativas urbanísticas.

España intenta acelerar el anuncio porque en enero es el 50 aniversario del accidente

Paralelamente al estudio técnico, España comenzó a presionar a EEUU para que se hiciera cargo de los residuos. Pretendía quitar el estigma a la zona y que Washington acabara con un asunto que era enteramente su responsabilidad. Además, España no tiene capacidad para almacenar plutonio.

Los cables de Wikileaks mostraron cómo Moratinos sacaba el tema en cada reunión. Incluso el actual ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, anunció en 2012 que la entonces secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, le había prometido que limpiaría Palomares antes de que acabara su mandato. Sin embargo, las elecciones de 2012 en EEUU retrasaron todo. Estados Unidos temía el precedente que esto podía sentar para otras zonas donde ha hecho pruebas atómicas. Esgrimía que en 1966 los dos países firmaron un acuerdo por el que España se daba por satisfecha con la limpieza.

Cuando parecía que el acuerdo sería posible, el tema pasó del Departamento de Energía a una comisión interministerial en la que también estaba el Departamento de Defensa, más reacio a asumir la tierra contaminada. Washington exigía garantías de que esta sería la última reclamación de España y que Madrid no volvería a la carga al cabo de unos años exigiendo una limpieza más concienzuda.

Hace un año el caso volvió a moverse de nuevo, según fuentes conocedoras de la negociación. En su plan de actividades para 2015, el Departamento de Energía señala que la Administración de Seguridad Nuclear Nacional (NNSA, en sus siglas en inglés) “considera la evaluación ambiental que incluye el empaquetamiento y transporte de residuos radiactivos de baja actividad desde Palomares (España) al emplazamiento de Seguridad Nacional de Nevada para su almacenamiento”. Añade que el caso está en “un estadio preliminar de consideración” y que aún no había decisión formal, según el documento público, de enero de 2015. Se trata de una instalación militar al norte de Las Vegas creada en los años cincuenta para realizar ensayos atómicos. La embajada de EEUU en Madrid no ha querido comentar la noticia.

El 17 de julio pasado, el Ministerio de Exteriores envió al Consejo de Seguridad Nuclear un informe de EEUU sobre la limpieza en el que evaluaba las distintas alternativas “para la restauración de los terrenos de Palomares”. El pleno del Consejo acordó el 22 de julio los niveles de radiación aceptables para cada uso, según el acta del pleno.

"Se está negociando a toda velocidad y hay buena disposición", explica una fuente española próxima a la negociación. Dos fuentes conocedoras de los pormenores explican que después de años de parálisis ahora vuelve a haber contactos continuos y que los representantes de Estados Unidos ya han hablado abiertamente de Nevada como destino de la tierra. "Todos creemos que es un buen momento para negociar", con Obama en su segundo mandato y tras las cesiones españolas con el escudo antimisiles en Rota, entre otras cosas.

España y Estados Unidos han desbloqueado la negociación sobre el destino de los restos radiactivos de las bombas de Palomares. El Departamento de Energía de EEUU presentó el pasado mes de julio al Consejo de Seguridad Nuclear español un plan de limpieza de los terrenos. Además, ya ha comunicado que planea enviar la tierra contaminada a una instalación militar en el desierto de Nevada.

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