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Ferraz busca la manera de aplacar a Carmona y liquidar la crisis interna del PSOE-M
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CARMONA CONTINÚA SUS CRÍTICAS CONTRA PEDRO SÁNCHEZ

Ferraz busca la manera de aplacar a Carmona y liquidar la crisis interna del PSOE-M

A pesar de que Ferraz sigue su hoja de ruta e intenta no responder públicamente a Carmona, la Ejecutiva federal busca apagar los fuegos del socialismo madrileño y acabar con la división interna

Foto: Antonio Miguel Carmona junto al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez (EFE)
Antonio Miguel Carmona junto al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez (EFE)

La destitución de Antonio Miguel Carmona en la portavocía del grupo municipal socialista en el Ayuntamiento de Madrid tomada por la nueva Ejecutiva regional no ha hecho más que avivar la guerra interna que existe en el partido desde que en febrero cayera Tomás Gómez y con él, poco a poco, los políticos más tomasistas. El ya exportavoz no ha cesado en sus críticas continuas a la cúpula del partido, especialmente dirigidas a Pedro Sánchez, a quien considera el verdadero cerebro de su cese, comunicado por Sara Hernández el lunes.

A pesar de que las voces oficiales de Ferraz insisten en que "respetan la decisión de la Ejecutiva regional" desmarcándose de la misma, en los pasillos de la sede socialista la sensación es bien distinta: muchos consideran que el movimiento de las Ejecutivas federal y regional no ha sido acertado y les preocupa la inestabilidad que Carmona puede seguir provocando desde su acta de concejal.

Fuentes internas del partido reprochan también la "torpeza" de los líderes al creer que Carmona podría haberse conformado con un sillón en el Senado e insisten en que la única posibilidad para convencerlo pasaría por un ofrecimiento mucho más atractivo como la garantía de un escaño en el Congreso de los Diputados. Miembros del PSOE-M aseguran que esa idea puede ser una baza fundamental en las negociaciones del concejal con la dirección socialista en los próximos meses.

Lo que Ferraz tiene claro es que el PSOE no puede permitirse más escándalos internos, menos aún a pocos meses de las generales y después de haber superado las mayores dificultades como la crisis de liderazgo entre Pedro Sánchez y la andaluza Susana Díaz. La idea de la Ejecutiva federal es seguir con su hoja de ruta, evitar declaraciones públicas que puedan provocar más comparecencias incendiarias del exportavoz y tratar de calmar las aguas en el socialismo madrileño. Pero de momento la situación no parece esclarecerse. Carmona no ha dudado en reiterar que el argumento sobre los malos resultados electorales para su cese ha sido "falaz, falso y cobarde", y ha hecho todo un llamamiento a la movilización de los militantes madrileños para promover un nuevo cambio en la Ejecutiva regional para septiembre.

Este supuesto, según explican fuentes del partido, es completamente inviable porque no existen mecanismos para esa convocatoria más allá del Congreso Ordinario previsto para dentro de siete meses, tras las elecciones generales y con la llegada del nuevo año, tal y como estableció el nuevo Comité Regional con la venida de Hernández. En todo caso, tanto miembros de la dirección federal como de la nueva Ejecutiva madrileña confían en que Carmona "entre en razón de una vez" y deje de ponerse "frente a su partido para seguir trabajando por él". Un destacado miembro del equipo de Sara Hernández afirma a este diario que el partido "ya ha perdido demasiado el tiempo" y ahora "hay que concentrarse en las próximas elecciones generales y evitar cualquier escisión interna".

El peor momento del socialismo madrileño

La destitución de Carmona es el último movimiento que pone negro sobre blanco la grave situación que atraviesa el PSOE madrileño. Según destacados miembros de la organización, el último Congreso Extraordinario, en el que Sara Hernández se irguió como nueva secretaria general con un 'raspado' 55 por ciento de los votos a favor, ya escenificó la división existente entre las filas del partido.

Enrique del Olmo, que aspiró a ser rival de Carmona en las primarias para ser el candidato socialista a la Alcaldía de la capital, insiste en que el cese del concejal es un ejemplo más de la "falta de procesos de democratización interna en el partido" que pone de manifiesto la escasísima participación real de la militancia. De hecho, fue el propio Del Olmo quien llegó a calificar de "pantomima" las primarias para elegir al secretario general del PSM que, en su opinión, sólo sirvieron para que saliera elegida la persona apoyada previamente por el aparato.

Carmona tampoco ha dudado en evidenciar públicamente los dos bandos existentes en el antiguo PSM; por un lado, el 55% que apoya a Hernández alineado con la dirección general, y el 44% restante que no lo hace. Una fragmentación que el Congreso no sólo no fue capaz de frenar, sino que parece haberla acrecentado cuando la nueva Ejecutiva no ha integrado a ningún miembro de la candidatura de su opositor, el socialista Juan Segovia.

La destitución de Antonio Miguel Carmona en la portavocía del grupo municipal socialista en el Ayuntamiento de Madrid tomada por la nueva Ejecutiva regional no ha hecho más que avivar la guerra interna que existe en el partido desde que en febrero cayera Tomás Gómez y con él, poco a poco, los políticos más tomasistas. El ya exportavoz no ha cesado en sus críticas continuas a la cúpula del partido, especialmente dirigidas a Pedro Sánchez, a quien considera el verdadero cerebro de su cese, comunicado por Sara Hernández el lunes.

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