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El extraño caso del yonqui que tenía cien coches y no lo sabía
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HISTORIAS DE TRIBUNALES

El extraño caso del yonqui que tenía cien coches y no lo sabía

Marruecos solicitó su extradición después de detectar que algunos vehículos se utilizaban para pasar inmigrantes a España, pero la Audiencia Nacional la denegó tras mantenerlo seis meses en prisión

Foto: Barrio de El Príncipe. (Reuters)
Barrio de El Príncipe. (Reuters)

Mohamed (nombre ficticio) era un hombre tranquilo que vivía en el barrio de El Príncipe de Ceuta. Eso sí, estaba enganchado a las drogas. A casi todas: heroína, cocaína, benzodiacepinas. Sufría un trastorno por el consumo de estas sustancias, aunque acudía a rehabilitación para tratar de curarse. Vamos, era el perfil perfecto para convertirse en lo que el argot policial denomina un hombre de paja. Es decir, un pobre desgraciado al que una organización criminal utiliza para hacer figurar en documentos oficiales en los que losmiembros de la trama no quieren aparecer para no dejar pistas.

A veces, ni el propio sujeto sabe que le utilizan. Otras, es consciente, pero acepta el riesgo como un elemento más de su miserable mundo. En la mayoría de los casos, como en este, el hombre de paja sirve de muro entre los investigadores y la organización criminal. Si el desgraciado cae, los criminales desaparecen y, además, sin dejar rastro que la Policía pueda seguir.

Mohamed fue reclamado por las autoridades marroquíes después de que la Policía alauí detectara cuatro vehículos que se disponían a cruzar la frontera con España con otras tantas personas ocultas en su estructura. Los conductores lograron huir, pero no así los inmigrantes, que se encontraban hacinados en los escondites habilitados ad hoc. La justicia marroquí, por lo tanto, solo tenía una línea de investigación: rastrear al titular de los vehículos.

La familia del drogadicto comprobó que éste tenía a su nombre casi un centenar de vehículos en el registro de la Dirección General de Tráfico

Llamativamente, los cuatro se encontraban a nombre de Mohamed. De ahí que fueran a por él y le acusaran de un delito de favorecimiento de la inmigración clandestina. Sin embargo, el inculpado se encontraba en Ceuta, donde residía como ciudadano español, por lo que las autoridades alauís tuvieron que solicitar su extradición a la Audiencia Nacional.

El Juzgado de Instrucción número 6 del mencionado tribunal mantuvo al acusado seis meses en prisión preventiva hasta que se pronunció la Sala de lo Penal, que rechazó la petición marroquí. Entendían los tres magistrados que componen la Sección Segunda que Mohamed era español y que el convenio entre los dos países implicados prohíbe expresamente la extradición de un ciudadano nacional. Así lo hizo constar la sala en un auto firmado el pasado 10 de octubre.

La norma era clara, pero al parecer no lo suficiente como para evitar los seis meses de prisión preventiva que sufrió el ciudadano ceutí, que estuvo entre rejas desde que fue detenido el 28 de abril hasta el citado auto que denegaba su extradición y, por lo tanto, le devolvía la libertad.

Su familia considera que “terceras personas” han utilizado el nombre de Mohamed y que se debe investigar si se trataba de una organización criminal

La familia del drogadicto comprobó que éste tenía a su nombre no cuatro, sinocasi un centenar de vehículos en el registro de la Dirección General de Tráfico. En concreto, figuraba como titular de 15 Ford Fiesta, 17 Mercedes, 5 Daewoo Lanos, 6 Hyundai Accent, 3 Seat Ibiza, 5 Mitsubishi Lancer, 5 Opel Corsa, 4 Renault Laguna, 6 Volkswagen Golf, un Mitsubishi Montero, un Peugeot 306, 4 Renault Clio, un Audi 100, 4 Opel Astra, 9 Seat Córdoba, 2 BMW 318, 2 Opel Vectra, 2 Ford Escort, un Volkswagen Polo, un Ford Focus, un Ford Scorpio y un Seat Toledo.

En total, 98 vehículos que casi sacan de las órbitas los ojos asombrados de los familiares del afectado, ya que ellos no tenían constancia siquiera de que el hombre tuviera un solo coche a su nombre. La sorpresa fue tal que los familiares incluso interpusieron una denuncia en la Comisaría de Ceuta el 10 de mayo de 2014. Consideraban, como alegó el abogado que defendió al hombre en la Audiencia Nacional, que “terceras personas” habían utilizado el nombre de Mohamed y que la Policía tenía que investigar para ver si se trataba de una organización criminal.

El Juzgado de Ceuta, sin embargo, tardó apenas cuatro días en archivar las diligencias, sobreseimiento que ya es firme, por lo que difícilmente se podrá averiguar quién ha estado detrás de esa trama de inmigración ilegal que ha manejado al menos un centenar de vehículos. Tanto la Dirección General de Tráfico -que no supo detectar el extraño caso del ciudadano que tenía cien coches- como la Audiencia Nacional -que le mantuvo seis meses en prisión preventiva por una petición de extradición que no procedía- quedan en evidencia en una historia que solo afectaba a un hombre de paja.

Mohamed (nombre ficticio) era un hombre tranquilo que vivía en el barrio de El Príncipe de Ceuta. Eso sí, estaba enganchado a las drogas. A casi todas: heroína, cocaína, benzodiacepinas. Sufría un trastorno por el consumo de estas sustancias, aunque acudía a rehabilitación para tratar de curarse. Vamos, era el perfil perfecto para convertirse en lo que el argot policial denomina un hombre de paja. Es decir, un pobre desgraciado al que una organización criminal utiliza para hacer figurar en documentos oficiales en los que losmiembros de la trama no quieren aparecer para no dejar pistas.

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