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Víctima de un falso chamán: “Quise darle asco para que no me violara”
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habla una supuesta víctima del falso chamán

Víctima de un falso chamán: “Quise darle asco para que no me violara”

Una de las mujeres a las que acosó sexualmente el enano acusado de drogar a sus víctimas para abusar de ellas relata minuciosamente aquel día del verano de 2010 que cambió su vida

Foto: Despedida de soltera. (Corbis)
Despedida de soltera. (Corbis)

“Después de ir de compras, me senté en el sueloen la plaza de Oriente a escuchar a un músico, junto a un montón de gente más, cuando se me acercó un hombre por el lado; 'hola, hola', me dijo; a míno me gustó; me giré y le di la espalda; creí que sería suficiente para que me dejara en paz, pero entonces me cogió por el cuello y me apretó; no fui capaz de soltarme; lo siguiente que recuerdo es a esta persona en mi habitación, en mi cama, violándome, zarandeándome, golpeándome, dándome órdenes y gritándome”.

Así comenzó ayer el testimonio de Victoria (nombre figurado) durante el juicio que se celebró en la Audiencia Provincial de Madrid contra Israel Gutiérrez, un colombiano de 51 años con enanismo que hacía actuaciones eróticas en despedidas de solteray que supuestamente se hacía pasar por chamán para ganarse la confianza de sus víctimas, según dijo la Policía. Más de una treintena de mujeres le denunciaron antes o después de que fuera detenido en 2012. Tan solo dos de ellas declararon ayer en la vista oral que se mantiene por las acusaciones particulares, ya que la Fiscalía considera que no hay pruebas suficientes para condenarle, a pesar de los testimonios de las víctimas que lo reconocen, porque la Policía no encontró la sustancia con la que supuestamente drogaba a las mujeres.

Victoria fue una de las chicas que denunció después de leer en el periódico que le habían detenido. “Es lo que me hizo a mí”, le dijo a la compañera de trabajo que le enseñó el artículo, que describía minuciosamente el modus operandi utilizado por el falso brujo. Fue entonces cuando se animó a denunciar. “Salí a fumar un cigarro y me dije: si esa mujer había tenido el valor de contárselo a todo el mundo, yo también”, explicó en la vista oral entre sollozos.

“Me cuesta mucho caminar sola por donde sea”, añadió la mujer, que también reconoció que solo sale de casa para comprar y para ir al trabajo

La mujer, convencida de que Israel era el hombre que abusó de ella hace tres años, hizo un detallado relato de las partes de la historia que se acordaba, ya que la droga que el acusado supuestamente daba a sus víctimas en forma de polvos las aturdía hasta el punto de que luego no recordaban lo que había pasado. De hecho, Victoria no supo explicar cómo llegó desde la plaza de Oriente hasta su casa. Solo que de repente se encontró con ese hombre encima y que no podía moverse.

Visiblemente afectada por volver a revivir los hechos, la mujer describió cómo fue violada, cómo la cambiaba de posición y la zarandeaba en su propia cama. “Nunca consentí”, respondió ante la pregunta de la acusación particular. “No me sentía capaz ni de levantar la voz y gritar; dentro de mípensaba en intentar vomitar para ver si así le daba asco y me dejaba”, dijo ante el tribunal.

Al despertarse, añadió, sintió una fuerte resaca, como el resto de víctimas. “Tenía dolor de cabeza y mucho malestar en todo el cuerpo, con mis partes doloridas; estaba sucia, pegajosa, me sentía asquerosa y vi que toda la cama estaba revuelta, que olía a sudor, a rancio, daba asco; me miré y llevaba el mismo pijama de la noche anterior, cosa que nunca hago, ya que siempre me pongo un pijama limpio, porque me gusta que huela a suavizante”, describió con detalle Victoria.

La joven, que en todo momento se mostró segura de lo que había pasado y de quién había sido el culpable -"fue real, no tengo duda"-, según continuó explicando, salió entonces de su habitación y observó que el pestillo estaba sin echar, cuando ella siempre lo echaba, y más estando sola, ya que sus dos compañeras de piso se habían marchado.

Me duché y me froté bien, me eché jabón varias veces, metí las sábanas y el pijama en la lavadora, abrí todas las ventanas para ventilar, porque seguía oliendo; dila vuelta al colchón, me volví a duchar, me puse el bikini y salí a tomar el sol sin crema para que me desinfectara, volví a ducharme y a tomar el sol y a ducharme de nuevo; las sábanas y el pijama las lavé durante una semana y luego las tiré; solo quería sentirme limpia y que no fuera verdad lo que había pasado”, relató la chica, que no le contó nada a nadie hasta el año siguiente, cuando se desmoronó en su trabajo durante una sesión de formación sobre cómo abordar vivencias traumáticas. “Hice acopio de valor y decidí limpiarme por dentro y contar algo”.

El acusado se mantuvo impasible durante los testimonios, pero no al salir de la sala, donde no dudó en pedir dinero por aparecer en la televisión

Victoria admitió que todavía no se atreve a pasear por la zona donde comenzó todo. “Me cuesta mucho caminar sola por donde sea”, añadió la mujer, que también reconoció que solo sale de casa para comprar y para ir al trabajo. “Lo imprescindible”, explicó la joven, quien tras interponer la denuncia en 2012 comenzó a recibir tratamiento en el centro especializado que le había recomendado la Policía.

Durante la sesión de ayer también declaró otra mujer, que ofreció un testimonio similar, aunque menos detallado, y el primer amigo que ésta encontró después de que sucedieran los hechos. El chico explicó que había quedado con ella para “tomar el aperitivo” sobre las 12 horas, pero que no apareció, que la llamó varias veces, pero que no llegó hasta pasadas las 14 horas.

“Estaba muy alterada, se puso a llorar, hablaba muy alto, parecía otra persona, me contaba las cosas como con flashes; me dijo que lo había visto desnudo, que llevaba plástico en los dedos, que le golpeaba las costillas, que había abusado de ella; yo entendí que le había drogado; le acompañé a denunciar y al centro de salud, pero descartaron hacerle pruebas porque no tenía contusiones”, explicó.

El acusado se mantuvo impasible durante los testimonios de las supuestas víctimas, pero no al salir de la sala, donde -tras ser preguntado por algunos periodistas- no dudó en pedir dinero por aparecer en un programa de televisión de máxima audiencia. Luego,se fue a su casa por su propio pie, ya que se encuentra en libertad con cargos.

“Después de ir de compras, me senté en el sueloen la plaza de Oriente a escuchar a un músico, junto a un montón de gente más, cuando se me acercó un hombre por el lado; 'hola, hola', me dijo; a míno me gustó; me giré y le di la espalda; creí que sería suficiente para que me dejara en paz, pero entonces me cogió por el cuello y me apretó; no fui capaz de soltarme; lo siguiente que recuerdo es a esta persona en mi habitación, en mi cama, violándome, zarandeándome, golpeándome, dándome órdenes y gritándome”.

Audiencia Provincial de Madrid
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