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'Nuevo Futuro', más que un Rastrillo: 110 centros para menores castigados por la crisis
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UNICEF ALERTA DEL AUMENTO DE POBREZA INFANTIL

'Nuevo Futuro', más que un Rastrillo: 110 centros para menores castigados por la crisis

Unicef alerta a España de los altos niveles de pobreza infantil. Asociaciones como Nuevo Futuro, junto a los centros de las CCAA, integran un proyecto de acogida para menores desfavorecidos

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(Efe)

María quiere estudiar Medicina. No era su sueño desde pequeña porque cuando era una niña no pensaba en su futuro académico. La chica, que pronto cumplirá 18 años y usa un nombre ficticio para identificarse, ha estado los últimos cuatro años de su vida en un centro de acogida para menores ante la incapacidad de sus padres de mantener sus necesidades y bienestar en casa. Ella conoce bien las circunstancias de su familia y no tiene inconveniente en hablar de ello. En estos años no ha dejado de verlos ni una semana y ha aprovechado “para aprender mucho en el colegio”, según relata. Comenzará sus estudios universitarios en pocos meses. Como María, hay miles de niños en España.

La mayoría de indicadores sociales arrojan que la situación de la infancia en nuestro país no ha dejado de empeorar en los últimos tiempos. Lo advierte UNICEF en su último informe, en el que insiste en los enormes impactos que niños y adolescentes españoles han venido sufriendo como consecuencia de la crisis económica. Las cifras son estremecedoras. En los primeros años de crisis, desde 2007 a 2010, la pobreza infantil creció un 53%, y según la última estimación de UNICEF (año 2014) la tasa actual se sitúa en el 27,5%.Hace escasos meses la propia Comisión Europea abroncaba al Gobierno español por las mermadas políticas sociales y la alarmante situación de exclusión social. UNICEF pone de manifiesto en su documento la incapacidad de muchas familias para garantizar el bienestar de los niños por el aumento del desempleo y los datos de privación material en los hogares.

Ante esta grave situación, la organización sin ánimo de lucro insiste en la necesidad de un Pacto de Estado por la Infancia. El objetivo es que exista una mayor atención pública y política hacia el problema y se promuevan iniciativas comunes en todas las comunidades autónomas, como por ejemplo, el Sistema de Protección a la Infancia, encomendado a todas las CCAA mediante la Ley 21/1987. En el caso de Comunidad de Madrid, según la última memoria histórica fechada en 2013, la red de centros alcanzó una capacidad de 1.600 plazas para menores, de las que en 2012, hasta 1.420 plazas se ocuparon. Justo un año antes, en 2011, la tasa de ocupación alcanzó el 96,44%.

En los primeros años de crisis la pobreza infantil creció un 53% según UNICEF. Ante esta realidad, la organización pide un Pacto de Estado por la Infancia

Los centros que más demanda tienen en la región son las residencias y hogares infantiles. Además de los centros puramente públicos existen otras iniciativas que, con ayudas de la Administración y vías de financiación propias, han conseguido sacar adelante otros proyectos. Es el caso de Nuevo Futuro, una de las asociaciones referencia de hogares de acogimiento para menores con graves problemas sociales o privados de ambiente familiar, que ya actúa en las 21 provincias españolas y cuenta con un total de 110 centros. El Rastrillo es lo que le ha dado la popularidad pero su actividad diaria cambia la vida de cientos de niños.

El modelo desarrollado por Nuevo Futuro resultó revolucionario en el ámbito del acogimiento de menores al romper con la idea tradicional de centros masificados y apostar por hogares funcionales en los que hay un número limitado de plazas, normalmente entre 6 y 8. Un proyecto pionero que desde su fundación busca en palabras de su presidenta,Pina Sánchez Errázuriz, “ser lo más similar a un esquema familiar e integrador que permita una atención individualizada, precisamente la carencia de estos niños”. La asociación cuenta con diferentes tipos de hogares y centros. De los más de 700 niños atendidos en España en 2014, un 85% están ensituación legal de tutela,cuandopor diversas circunstancias el menor se considera debe separarse de su familia y la administración pública asume su tutela, y el otro 15% está ensituación deguarda, que en realidad se traduce en periodos temporales de acogida de niños cuyos padres ceden voluntariamente la tutela ante la falta de recursos propios. Eso sí, Pina Sánchez reconoce que los niños en esta última situación tienen una situación más favorable porque “significa que los niños pueden volver con sus familias después de un tiempo”.

En cada una de estas ‘casas’ haycinco educadores socialesque se turnan todos los días de la semana y en ellas participan muy activamente las “madrinas”, voluntarias muy implicadas y estables, yfigura emblemática de Nuevo Futuro. En la Comunidad de Madrid, por ejemplo, Nuevo Futuro abarca 12 hogares abiertos con un total de 97 plazas ocupadas. Las personas contratadas por la asociación en 2014 fueron87 y además contó con la ayuda de 1.353 voluntarios. La tutela de los niños en todo caso pertenece a los servicios sociales de cada CCAA.

Más allá de la financiación pública, que supone cerca del 70%, la asociación consigue otras fuentes de ingresos a través de eventos como son el célebre Rastrillo, cenas benéficas como la del Mesón de Fuencarral para 250 comensales y otra que organiza la Embajada de Francia en Madrid.

La presidenta de Nuevo Futuro reconoce que el proyecto es “una verdadera responsabilidad”, ya que el objetivo de la asociación que dirige no se ciñe a ayudar a los niños hasta que se hacen mayores de edad. “Nuestra pretensión es educarlos y que cuando se hagan mayores tengan objetivos, aspiraciones y consigan seguir su camino. Algo muy difícil cuando no se tiene un referente adulto como es un padre o una madre”, explica. España se encuentra a la cabeza de Europa en número de menores protegidos por la Administración, pero “hay que seguir trabajando”, continúa la presidenta. “La realidad española pide una mayor especialización del acogimiento residencial y hay que adaptarse a las nuevas situaciones”, insiste.

María quiere estudiar Medicina. No era su sueño desde pequeña porque cuando era una niña no pensaba en su futuro académico. La chica, que pronto cumplirá 18 años y usa un nombre ficticio para identificarse, ha estado los últimos cuatro años de su vida en un centro de acogida para menores ante la incapacidad de sus padres de mantener sus necesidades y bienestar en casa. Ella conoce bien las circunstancias de su familia y no tiene inconveniente en hablar de ello. En estos años no ha dejado de verlos ni una semana y ha aprovechado “para aprender mucho en el colegio”, según relata. Comenzará sus estudios universitarios en pocos meses. Como María, hay miles de niños en España.

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