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Dónde están y cuántas multas ponen cada año los más de 300 radares fijos de la DGT
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Dónde están y cuántas multas ponen cada año los más de 300 radares fijos de la DGT

Dos dispositivos de tramo instalados el pasado año en la autovía de Las Pedrizas (Málaga) fueron el primero y el cuarto que más multas pusieron en 2014. Se encuentran a doce kilómetros uno de otro

“Siempre que vengo a Málaga llego cabreado”. Lo dice un directivo de una gran empresa que regularmente viaja a la capital de la Costa del Sol por la autovía de Las Pedrizas. Cuando llega al kilómetro 130 de la A-45, tiene que reducir la velocidad y armarse de paciencia para hacer frente a un atasco diario que se prolonga durante varios kilómetros. La culpa la tienen dos radares de tramo que prohíben circular a más de 80 kilómetros por hora y obligan a los conductores a dar un frenazo para evitar la correspondiente multa.

Los dos dispositivos apenas tienen un año de vida y ya ocupan el primer y cuarto puesto en la clasificación de radares fijos más sancionadores en 2014: el ubicado en el kilómetro 140, ha cazado a casi 63.000 conductores y el del kilómetro 128, a cerca de 38.000. Según datos de Gestrafic, sólo durante el pasado mes de julio los dos aparatos fotografiaron a 15.000 conductores. O lo que es lo mismo: unas 500 sanciones diarias.

Dónde están los 1.300 radares móviles de la DGT

Los radares de tramo de Las Pedrizas han sido las entradas más fuertes en la lista de los radares fijos más sancionadores de España, de acuerdo con los datos proporcionados por la DGT a partir de una solicitud de información remitida por El Confidencial a través del Portal de la Transparencia [descargue aquí los datos]. El segundo lugar lo ocupa un dispositivo en la A-6 a la altura de Las Rozas (Madrid) y el tercero, un radar próximo a Sagunto (Valencia) en la AP-7.

Entre 2008 y 2014, el radar más sancionador fue uno en la A-4 a la altura de Santa Cruz de Mudela (Ciudad Real) con casi 317.000 multas, y eso que sólo estuvo activo hasta 2011. A continuación se sitúa el de la A-3 en el municipio de La Almarcha (Teruel), que en el mismo periodo acumula algo más de 224.000 infracciones.

Más de 1,3 millones de conductores cazados

La DGT tenía activos el año pasado 316 radares fijos por toda España, con la excepción de Cataluña y País Vasco, donde las competencias en materia de tráfico están transferidas a los respectivos Gobiernos autonómicos. Estos dispositivos detectaron 1,32 millones de infracciones, lo que representa un incremento del 24% respecto al año anterior. O lo que es lo mismo: los radares fijos de la DGT notificaron 151 sanciones cada hora en 2014.

Los dos radares de tramo de la autovía de Las Pedrizas han situado a Málaga como la provincia con más multas puestas por radar, con casi 12.500, lo que representa un incremento del 155% en comparación con 2013. La región andaluza ha desbancado a Cuenca de la primera posición, lugar que había ocupado en los tres años anteriores. Valencia y Albacete, otras dos provincias que se encuentran en la ruta Madrid-Levante, se sitúan a continuación.

Por su parte, las provincias donde hay menos riesgo de ser pillado por un dispositivo son Ávila, Palencia y Salamanca, en la que un único radar notificó 84 multas el año pasado.

Como curiosidad, veinte dispositivos pusieron menos de cien sanciones en 2014. El récord negativo lo tiene el radar de la N-357 a la altura del puerto de Algeciras: sólo cazó a un conductor el pasado año.

"Afán recaudatorio"

Durante los últimos años la DGT ha extendido los radares de tramo, como los de la autovía de Las Pedrizas. A diferencia de los dispositivos tradicionales, que toman la velocidad en un punto determinado, los de tramo miden el tiempo que tarda un vehículo en recorrer la distancia entre dos puntos, calculando la velocidad media del tramo. Aparte de los dispositivos malagueños, el del túnel del Guadarrama en la AP-6 es otro de los radares de tramo más famosos de toda España: fue el quinto más sancionador el pasado año con 37.000 multas.

“El radar te controla el tiempo y sabes exactamente a la velocidad que has circulado. Pero limitarlo a 80 km/h en una autovía como en Las Pedrizas me parece de locos. Ralentiza el tráfico y para eso no hace falta autovía. Lo mínimo debería ser a 100 o 110. No hay explicación técnica ninguna. ¿Por qué no a 60 kilómetros por hora?”, se pregunta el directivo granadino de la A-45.

Según fuentes del Gobierno, los radares de la autovía de Las Pedrizas, situada en paralelo a una autopista de peaje, se colocaron por la “alta tasa de siniestralidad” en la zona y “porque circulan más vehículos a alta velocidad”. Desde la DGT no quieren ofrecer “más datos” a los ya aportados en cumplimiento de la Ley de Transparencia.

Los afectados por los radares de Las Pedrizas han creado un grupo de Facebook. Denuncian el enlentecimiento anómalo del tráfico en el tramo

El cabreo es más que monumental entre los automovilistas y los alcaldes de los municipios afectados por estos dispositivos. El enfado se ha materializado en un grupo de Facebook denominado plataforma de afectados por el radar de tramo de Las Pedrizas. Si bien reconocen la "alta siniestralidad" del tramo y la idoneidad de “colocar alguna medida disuasoria”, rechazan que “en un mismo sentido y en un espacio de menos de diez kilómetros haya dos radares de tramo”. Y añaden: “No se justifica que estén colocados de forma redundante en un tramo tan corto, salvo por el afán recaudatorio”.

Este grupo de afectados también considera que el límite impuesto de 80 kilómetros por hora resulta “desproporcionado” a las condiciones de la vía, al considerar que se trata de una autovía con un arcén suficiente, bien señalizada y con curvas moderadas. “Es infinitamente más segura que algunas carreteras de un sólo sentido de nuestro país donde aún se permite circular a 90 o 100 kilómetros por hora”, aseguran.

El problema reside en que la misma autovía en sentido ascendente dirección Granada la velocidad está limitada a 100. “La sensación de los conductores es la de un enlentecimiento anómalo en el tráfico que puede incluso resultar peligroso por el acúmulo de vehículos, la cercanía de los camiones, a los que no se les puede adelantar ni rebasar, y la desatención que puede traer consigo esta velocidad tan reducida mantenida durante tan largo tiempo”, concluyen.

“Siempre que vengo a Málaga llego cabreado”. Lo dice un directivo de una gran empresa que regularmente viaja a la capital de la Costa del Sol por la autovía de Las Pedrizas. Cuando llega al kilómetro 130 de la A-45, tiene que reducir la velocidad y armarse de paciencia para hacer frente a un atasco diario que se prolonga durante varios kilómetros. La culpa la tienen dos radares de tramo que prohíben circular a más de 80 kilómetros por hora y obligan a los conductores a dar un frenazo para evitar la correspondiente multa.

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