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El parricida Andrés Rabadán y otros 'asesinos de la ballesta'
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El parricida Andrés Rabadán y otros 'asesinos de la ballesta'

Uno de los casos más conocidos es el del joven que asesinó con un disparo en la sien a su padre. El motivo, no le gustó el vaso de leche que le preparó. Tres prostitutas y una actriz fueron otras víctimas

Foto: Andrés Rabadán, 'el asesino de la ballesta'. (Efe)
Andrés Rabadán, 'el asesino de la ballesta'. (Efe)

A pesar de que se necesita licencia para portar una ballesta, España se ha levantado este lunes con el asesinato de un profesor en un instituto de Barcelona. El autor, un menor de 13 años, entró en el centro escolar alrededor de las nueve de la mañana e hirió a varios alumnos con una ballesta y un machete, arma esta última con la que mató al docente.

Sin embargo, esta no ha sido la primera vez que una ballesta protagoniza un cruel asesinato. España y Europa ya tienen varios antecedentes.

Bautizado también como el loco de la ballesta, Andrés Rabadán mató a su padre disparándole con una ballesta el febrero de 1994. Tenía 20 años y vivía solo con su padre desde que en 1982 su madre se suicidara.

Contó con todo lujo de detalles cómo asesinó a su padre. Después de que este le regala por Reyes una ballesta, Andrés Rabadán le disparó en la sien porque el vaso de leche que le dio no era de su agrado. Para poner fin a su agonía lazó tres disparos más: dos en la nuca y una la frente. Quince minutos después de permanecer junto al cadáver se entregó a la policía.

Fue condenado a 17 años de cárcel por el asesinato de su padre y por hacer descarrilar varios trenes. Dedicó su estancia en la cárcel a pintar, escribir libros y enviar cartas, una de ellas dirigida a una enfermera de la prisión a la que amenazaba con violarla.

Tres prostitutas, una actriz y un ajuste de cuentas

Stephen Griffiths, conocido como el 'caníbal de la ballesta', fue condenado en diciembre de 2010 a cadena perpetua por el asesinato de tres prostitutas. El estudiante de Criminología, de 40 años, se declaró culpable ante el tribunal de Leeds que le juzgaba.

Griffiths mató a Susan Rushworth, de 43 años, a Shelley Armitage, de 31, y a Suzanne Blamires, de 36. Las tres prostitutas habían desaparecido respectivamente en junio de 2009, abril de 2010 y mayo de ese mismo año. La Policía encontró los restos de Blamires en un río, lo que la llevó hasta el asesino y posibilitó su detención. También se encontró una parte del cuerpo de Armitage, pero no existe rastro del cadáver de Rushworth.

En abril de 1986, José Ángel Sainz Buñuel, de 23 años, y su cuñado Inocencio Oiza Hernández, de 25 años, fueron acusados de un supuesto homicidio. Según el informe policial, después de golpearle la cabeza con un bate de béisbol, le dispararon en un brazo con una ballesta y le pegaron varios tiros con una pistola de perdigones.

Ocurrió en junio de 2009 a las puertas del teatro Reina Victoria de Madrid. El alemán Arndt Meyer, de 39 años, atacó a la actriz española Sara Casanovas con una ballesta. Aunque la intérprete esquivó el disparo, la intención del agresor era ahorcarla y luego suicidarse después de 18 meses acosándola.

Niños asesinos: 'El Rafita', el 'asesino de la katana' y un muerto 'por error'

Tiene 13 años y su identidad no va a ser revelada. Así lo dice la ley, que protege al menor que este lunes ha conmocionado a Barcelona. Sin embargo, no es el único adolescente que ha acabado con la vida de una persona.

Uno de los casos más sonados en el ‘Rafita’ García, más conocido como el asesino de la joven Sandra Palo. La joven, de 22 años y con discapacidad intelectual, fue violada por cuatro individuos -solo uno de ellos era mayor de edad-, golpeada en la cabeza con un palo, atropellada y quemada viva. Entre los cuatro, acumulaban más de 700 denuncias por faltas, robos y delitos. ‘El Rafita’, que tenía 14 años, estuvo cuatro años en un centro de menores y salió el libertad en 2007. Desde entonces no ha dejado de delinquir.

Murió por un beso. María Dolores fue degollada con apenas 14 años. Ocurrió en 2008 en la localidad barcelonesa de Ripollet después de que la joven publicara un vídeo en el que se besaba con su asesino. Sergio, que así se llamaba el joven, le cortó el cuello con una navaja con la ayuda de un amigo. Ambos fueron condenados a cinco años de internamiento y tres de libertad vigilada.

Fue llamado el asesino de la katana. José Rabadán, un murciano de 17 años, puso fin a la vida de sus padres y de su hermana con síndrome de Down, en el año 2000. La explicación fue sencilla: “Quería estar solo” y no quería que su hermana sufriera más.

Para ser famosas. Ese es el motivo por el que Raquel e Iria, de 16 y 17 años respectivamente, acuchillaron en 32 ocasiones a Clara, una compañera de colegio. Ocurrió en el año 2000 y seis años después estaban en libertad, antes de lo previsto ya que el juez las condenó a ocho años de prisión y cinco en libertad vigilada.

Tres contra uno. Así es como las ceutíes Narima, de 17 años, y Miriam y Esther, de 16, asesinaron a un repartidor de bocadillos de 27 años en 2001. Colocaron un cable en mitad de la carretera que iba dirigido a un exnovio de una de las jóvenes. Apenas pasaron tres años encerradas,

A pesar de que se necesita licencia para portar una ballesta, España se ha levantado este lunes con el asesinato de un profesor en un instituto de Barcelona. El autor, un menor de 13 años, entró en el centro escolar alrededor de las nueve de la mañana e hirió a varios alumnos con una ballesta y un machete, arma esta última con la que mató al docente.

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