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¿Quiere sacar el carné a la primera? Haga el teórico en Jaén y el práctico en Toledo
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¿Quiere sacar el carné a la primera? Haga el teórico en Jaén y el práctico en Toledo

Alejarse de las grandes urbes aumenta las posibilidades de aprobar el carné de conducir a la primera, según los datos aportados por la Dirección General de Tráfico

Alejarse de las grandes urbes aumenta las posibilidades de aprobar el carné de conducir a la primera. Los datos aportados por la Dirección General de Tráfico (DGT) a petición de El Confidencial corroboran esta hipótesis, ampliamente arraigada debido a las mayores dificultades de circulación en las ciudades, tales como la intensidad de tráfico o la abundancia de semáforos, cruces, rotondas y pasos de peatones.

Para muestra un botón. Superar el examen práctico a la primera en la provincia de Toledo es tres veces más probable que hacerlo en Las Palmas. Mientras en la región manchega el 42,4% de los aspirantes a obtener el permiso B en 2014 aprobó en el primer intento, sólo el 13,4% hizo lo propio en la provincia canaria. Estas diferencias también se observan en la prueba teórica. Casi seis de cada diez alumnos que se examinaron en Jaén aprobaron el test a la primera, por el 36,5% de Baleares [descargue aquí los datos].

“Hay puntos de examen que por sus características, como la disposición de las calles o el volumen de tráfico, favorecen el aprobado y otros no tanto”, apunta José Miguel Báez Calvo, presidente de la Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE), en referencia a la parte práctica.

En cuanto a la prueba teórica, Báez Calvo alude al nivel cultural -“un factor cada vez menos relevante”- y a la informatización de las autoescuelas como dos aspectos que condicionan el éxito de los alumnos. “En donde se utiliza el papel, los modelos de examen no se renuevan con la deseable frecuencia, de modo que es más fácil aprobar memorizando los test”, explica.

Sevilla, Zaragoza y Palma de Mallorca son las únicas capitales de provincia que aún carecen de exámenes informatizados e individualizados, lo que a juicio de la DGT no influye en la dificultad del examen teórico. “Posiblemente la diferencia esté en la formación, que es variable y distinta por provincias e incluso en las escuelas”, señalan fuentes de la institución dependiente de Interior.

La tasa nacional de aprobados, en cualquier convocatoria, se sitúa en torno al 60%, ligeramente superior en el caso de la prueba teórica. No obstante, en los últimos años este porcentaje ha disminuido en dos puntos porcentuales en el test y en tres en la parte práctica.

“Sería deseable que la prueba teórica fuese más exigente, para que los alumnos tuviesen que prepararse mejor”, considera el presidente de la CNAE, al tiempo que abre la posibilidad de incorporar simuladores a la parte práctica, “que nos permitirían comprobar, sin peligro para nadie, el grado de percepción del riesgo de los futuros conductores”.

2,1 millones de aspirantes desde 2011

Más de 2,1 millones de personas optaron a sacarse el permiso B de circulación entre 2011 y 2014. Esta licencia representa anualmente dos tercios de los exámenes de conducir, si bien el número de aspirantes del permiso B ha disminuido considerablemente en los últimos años, especialmente en 2013, año en el que se puso en marcha la nueva parte práctica.

“Quizá los meses previos a la entrada en vigor del protocolo de calidad en la prueba de circulación hubo una mayor demanda de exámenes prácticos, por la inquietud que inspiraba el nuevo examen. El tiempo ha demostrado lo infundado de tales temores”, considera José Miguel Báez Calvo.

Este nuevo examen, de una duración mínima de 25 minutos, se divide en tres partes. En la primera, el alumno deberá indicar algunos elementos y aspectos mecánicos del vehículo, como el nivel de aceite, el estado de los neumáticos y las luces o dónde se encuentra la batería. A continuación, se realizará la conducción autónoma, en la que circulará libremente hacia los lugares que le indique el examinador, para pasar por último a la conducción guiada.

Para el presidente de la CNAE, las razones que explican el descenso de alumnos no hay que buscarlas tanto en el cambio de la prueba práctica como en la situación económica del país. “Desde que empezó la crisis el número de alumnos presentados ha descendido enormemente. Los años 2012 y 2013, sin ir más lejos, fueron muy malos y el pasado, también”.

Esta caída en el número de presentados al examen del permiso B se situó en el 12% en los últimos cuatro años. Los mayores descensos, por encima del 22%, se registraron en Badajoz, Lugo, Cádiz y Asturias. Sólo cuatro provincias vieron aumentar los aspirantes a conducir un coche entre 2011 y 2014: Segovia, Girona, Álava y Alicante.

¿Cambiar de provincia para sacarse el carné?

Los datos remitidos por la DGT a instancias de El Confidencial también muestran que tres de las cinco provincias con más presentados al permiso B por cada 1.000 adultos limitan con Madrid. Mientras que en Cuenca y Segovia este indicador supera el 27‰, en Toledo es del 22‰. La capital de España, con una tasa de 16,4‰, se encuentra por debajo de la media nacional.

¿Existe una tendencia de los madrileños a viajar a una provincia vecina para sacarse el carné de conducir en un ambiente más propicio, alejado del intenso tráfico de la capital? “Estos desplazamientos no son del todo inusuales, pero tampoco moneda corriente”, responde José Miguel Báez Calvo.

Desde la DGT no han detectado trasvases considerables de alumnos de una provincia a otra, si bien recuerdan que “los ciudadanos tienen completa libertad para presentarse en cualquier provincia, residan en ella o no”. Y concluyen: “Es posible que, si existen estos desplazamientos, se deban más a la elección de la escuela”.

Alejarse de las grandes urbes aumenta las posibilidades de aprobar el carné de conducir a la primera. Los datos aportados por la Dirección General de Tráfico (DGT) a petición de El Confidencial corroboran esta hipótesis, ampliamente arraigada debido a las mayores dificultades de circulación en las ciudades, tales como la intensidad de tráfico o la abundancia de semáforos, cruces, rotondas y pasos de peatones.

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