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Rosa Díez cambia a Gorriarán como 'número dos' tras las críticas a los rebeldes de UPyD
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LE SUSTITUYE ANDRÉS HERZOG

Rosa Díez cambia a Gorriarán como 'número dos' tras las críticas a los rebeldes de UPyD

Andrés Herzog será el encargado de intentar apagar el fuego abierto en el Grupo Parlamentario: tres de los cuatro diputados han pedido la cabeza de la líder de la formación

Foto: Rosa Díez (Ilustración: Raúl Arias)
Rosa Díez (Ilustración: Raúl Arias)

Primeras consecuencias del duro enfrentamiento dialéctico entre los diputados de UPyD a través de las redes sociales. Rosa Díez ha apartado a su número dos, Carlos Martínez Gorriarán, y ha nombrado portavoz adjunto a Andrés Herzog, responsable de Regeneración Democrática y secretario general del Grupo Parlamentario. Un puesto que hasta ahora no existía. Con este movimiento, la portavoz de la formación magenta en la Cámara Baja quiere intentar apagar el fuego abierto en su equipo tras los pésimos resultados electorales cosechados en Andalucía.

Tras conocerse que UPyD no entraba en el Parlamento andaluz, los diputados Álvaro Anchuelo e Irene Lozano pidieron públicamente responsabilidad política a su jefa. También lo hizo Toni Cantó, justo cuando la líder ofrecía una rueda de prensa. Su único apoyo era Gorriarán, hasta hoy su número dos en el Congreso y en el partido. Su error fue utilizar también la misma vía, las redes sociales, para criticar la actitud de sus compañeros.

La situación que se respira en Unión Progreso y Democracia es tan insostenible que Díaz ha decidido colocar a otro de sus aliados, Herzog, como portavoz adjunto para intentar relajar los ánimos. Además, la líder de la formación magenta ha convocado para este sábado un Consejo Político Extraordinario en el que el único punto del orden del día será debatir y votar una resolución política sobre la estrategia del partidode cara a las elecciones autonómicas y municipales del 24 de mayo.

El Consejo Político ya estaba convocado para debatir los programas electorales, pero tras los resultados de Andalucía la dirección de UPyD ha decidido impulsasr esta convocatoria extraordinaria para impulsar medidas que permitan a la formación magenta no desaparecer del mapa en la próxima cita con las urnas.

Rosa Díez no dimite

De momento, Rosa Díez no ha movido ni un ápice su postura pese a las potentes voces internas que este lunes pidieron abiertamente su dimisión. Ayer acudió por la mañana a la reunión con su Grupo Parlamentario, la primera después de que, unas horas antes, tres de sus cuatro compañeros le retiraran públicamente su confianza. Tras el encuentro, la portavoz de UPyD aseguró que respetaba la decisión de Irene Lozano y Álvaro Anchuelo, que el lunes dimitieron de sus cargos orgánicos, y elogió el “buen trabajo” que han hecho en la dirección y en el Congreso. Los que el lunes criticaban sin tapujos a su líderayer intentaron matizar sus actitudes. El diputado Anchuelo publicó en su blog un post asegurando que "no he declarado ninguna guerra contra Rosa". Deja el Consejo, según sus palabras, "porque hace tiempo que discrepo con algunas de las líneas estratégicas fundamentales en él decididas". La guerra continúa el sábado, cuando se reúne el Consejo Político y se reabrirá la caja de los truenos: qué rumbo debe tomar la dirección del partido para sacar un resultado digno el 24 de mayo.

Rosa Díez tuvo tiempo de conversar ayer por la mañana cara a cara con su compañero Toni Cantó, que el lunes aprovechó la rueda de prensa que ofreció la líder de su formación para criticar duramente su postura a través de las redes sociales. Nadie en el partido entendió aquel tuit en el que el actor tildaba de “decepcionante” la comparecencia de su compañera, aunque la mayoría no entendiera la falta de autocrítica en las palabras de la líder ante el desastre andaluz. “¿Por qué no lo comentó en privado?”, se lamenta más de un compañero. La portavoz hizo de tripas corazón y se defendió ante la evidente falta de liderazgo que tiene en el partido. El Consejo de Dirección del lunes debatió su posición de no acercar posturas con Ciudadanos, que es lo que exigían los que después dimitieron. “Se sometió a votación y fue mayoritaria”.

Este punto, sumado al desastroso resultado electoral en Andalucía, provocó la dimisión de cuatro miembros del Consejo –David Andina y Rodrigo Tena, además de Lozano y Anchuelo–y la desestabilización absoluta del partido, que está abierto en canal entre una minoría que apuesta por arrimarse al sol de Ciudadanos y los que cierran filas en torno a Díez y quieren seguir siendo un partido autónomo y presentarse a las elecciones con sus siglas sin la dimisión de la portavoz.

Las mismas voces internas que el lunes movieron los cimientos de UPyD dejaron ayer que la tormenta amainase. Sólo Lozano intervino por la mañana en varios medios de comunicación antes de acudir a la reunión con Díez y sus compañeros del Congreso para exigir la dimisión de la líder de la formación magenta. Pero no respondió a las llamadas que este diario le hizo a lo largo del día ni lanzó ningún otro dardo envenenado a través de las redes sociales después de la convocatoria.

A la espera del Consejo Político del sábado

Díez intentó cerrar ayer la herida abierta y se comprometió a no pedir el escaño a Lozano ni a Anchuelo porque “son extremadamente responsables y están haciendo un buen trabajo”. La rebelde periodista reconvertida en política reconoció en la Cámara Baja que la convivencia entre los cinco diputados hasta que se agote la legislatura en noviembre va a “ser difícil”. Aunque parece que, de momento, no lo da todo por perdido. En declaraciones a una cadena de televisión, Lozano dijo que “el partido ha sufrido un golpe duro, pero se puede superar tomando las decisiones necesarias”. Para ella, el nuevo rumbo significa dar un golpe de timón, no seguir con la estrategia inicial marcada por Rosa Díez, por lo que nadie descarta que abandone voluntariamente el escaño como hizo Tania Sánchez en Izquierda Unida, lo que podría adelantar el hundimiento definitivo del partido fundado en 2007.

Quien sí arremetió duramente contra el comportamiento de sus compañeros fue Carlos Martínez Gorriarán, el número dos del partido, mano derecha de Díez, que tildó de “irresponsables” a aquellos que “abandonan el barco cuando las cosas van mal dadas” y “no piensan más que en su propia carrera personal”.

De momento, nadie quiere alzar la voz públicamente hasta el sábado, cuando se reúne el Consejo Político de UPyD, un órgano formado por más de cien militantes y donde se analizará la grave situación que atraviesa el partido. Allí se espera que los cercanos a Díez saquen las uñas contra las voces críticas, a quienes critican por querer entregar el partido a Ciudadanos “a costa de desintegrar el partido que formamos”. A nadie le ha gustado las formas que han utilizado los rebeldes: las redes sociales y la plataforma mediática, “al estilo de Rivera y Pablo Iglesias”. De hecho, hay quien se aventura a hacer quinielas y apuestan por que los que el lunes pidieron la cabeza de la líder pronto estarán sentados “en un sillón privilegiado de Ciudadanos”.

Los que optan por cambiar de estrategia para dar un golpe de efecto en las municipales y autonómicas de mayovolverán a poner sobre la mesa las dos únicas vías posibles que ven para salvarse: la dimisión de Rosa Díez o la unión con la formación de Albert Rivera. La tormenta en UPyD sólo ha hecho más que empezar.

Primeras consecuencias del duro enfrentamiento dialéctico entre los diputados de UPyD a través de las redes sociales. Rosa Díez ha apartado a su número dos, Carlos Martínez Gorriarán, y ha nombrado portavoz adjunto a Andrés Herzog, responsable de Regeneración Democrática y secretario general del Grupo Parlamentario. Un puesto que hasta ahora no existía. Con este movimiento, la portavoz de la formación magenta en la Cámara Baja quiere intentar apagar el fuego abierto en su equipo tras los pésimos resultados electorales cosechados en Andalucía.

Rosa Díez UPyD
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