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Dos diputados de UPyD dejan la dirección tras las elecciones y el enrocamiento de Díez
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Y OTROS dos MIEMBROS DEL CONSEJO DE DIRECCIÓN

Dos diputados de UPyD dejan la dirección tras las elecciones y el enrocamiento de Díez

Junto con Irene Lozano y Álvaro Anchuelo han abandonado la dirección del partido los vocales David Andina y Rodrigo Tena. Luis de Velasco ha rectificado y finalmente no dimitirá

Rebelión en UPyD. El enrocamiento de Rosa Díez en la portavocía de UPyD ha provocado una crisis sin precedentes en el partido. Cuatro miembros del Consejo de Dirección, entre ellos los diputados Irene Lozano y Álvaro Anchuelo, presentaron a última hora de este lunes su dimisión irrevocable del órgano directivo del partido tras el desastre en las elecciones andaluzas del domingo y después de escuchar la comparecencia de Díez.

Una hora antes de que comenzara la reunión de la cúpula de la formación magenta donde cinco miembros han abandonado sus puestos, Rosa Díez ofreció una comparecencia de prensa en la que reconoció que el resultado electoral había sido "malo, inapelablemente malo", pero sin hacer ni una sola autocrítica y resistiéndose a ceder a las presiones y ceder la portavocía del partido. Además de Lozano y Anchuelo, han abandonado el Consejo de Dirección los vocales David Andina y Rodrigo Antena. El actual portavoz de UPyD en la Asamblea de Madrid, Luis de Velasco, finalmente ha rectificado, no dimitirá y participará activamente en la campaña, tal y como ha confirmado el partido

El resultado electoral del domingo, el peor resultado de la historia de UPyD en Andalucía, puede ser la antesala de lo que pasará en las elecciones del 24 de mayo, por lo que muchos militantes y miembros de la dirección del partido pidieron ayer un golpe de timón para poder hacer frente a las encuestas, que pronostican que la formación magenta está llamada a desaparecer. Sin embargo, en la comparecencia pública de la portavoz no hubo ni una sola frase que hiciera referencia a qué había fallado Unión Progreso y Democracia para convencer solo al 1,93% del electorado andaluz, mucho menos que en los escrutinios de 2012, que se hizo con el 3,35% de los votos.

Rosa Díez reconoció públicamente que nadie le había pedido que dimitiera y adelantó ante los periodistas que quería ser la candidata a La Moncloa. Además, añadió que UPyD no iba a cambiar ni un ápice los principios democráticos que inspiró su fundación."Nos importa la política mucho más que los votos", aseguró. Además, cerró la puerta a un hipotético pacto con Ciudadanos, el partido de Albert Rivera que entró en el Parlamento andaluz con nueve escaños, la cuarta fuerza más votada. Algunos de los dirigentes de UPyD vienen pidiendo desde el domingo reabrir conversaciones con Ciudadanos y evitar así la extinción, pero Díez se resiste a arrimarse al calor de la marea naranja después de que ella misma cerrase la puerta a cualquier posible pacto con el partido catalán.

En una rueda de prensa sin precedentes, la portavoz de UPyD no entró a discutir ante los periodistas el porqué de la derrota electoral. "Lo discutiré en el seno de mi partido", se limitó a contestar. Durante la comparecencia, Díez se enteró por un periodista de El Confidencial del tuit que su compañero de partido, Toni Cantó, acababa de lanzar: "Decepcionante rueda de prensa de Rosa Díez. La dirección del partido debe responsabilizarse de las decisiones que nos han traído hasta aquí". Era el comienzo de la lluvia de críticas que la portavoz de UPyD recibiría a partir de una hora después por la parte del Consejo de Dirección más crítica con la estrategia actual del partido y que pide acometer cambios radicales y urgentes.

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La portavoz de UPyD en el Congreso de los Diputados optó por no responder al candidato magenta a la Presidencia de la Comunidad Valenciana e insistió en que no se irá hasta que los afiliados no la echen. Para forzar a Díez a abandonar la portavocía del partido, deberían haber dimitido al menos 11 de los 21 miembros que conforman el Consejo de Dirección. Pero, de momento, la diputada vasca cuenta con el apoyo mayoritario de sus compañeros. Al menos, de momento.

En la comparecencia de ayer, salió flanqueada por el responsable de Regeneración Democrática, Andrés Herzog, y el candidato a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, Ramón Marcos, en una clara señal a navegantes de que ellos, como Rosa Díez, creen que el camino andado por UPyD es el camino correcto y hay que apostar por una línea continuista: denunciar la corrupción, ser transparentes, autónomos e independientes, marcando la diferencia con Ciudadanos, un camino que parece abocado al fracaso.

El liderazgo de Rosa Díez está más cuestionado que nunca desde este domingo. UPyD consiguió en Andalucía algo más de 76.000 sufragios, 53.000 menos que en marzo de 2012. Su candidato, Martín de la Herrán, quien ha publicado un vídeo que no ha sentado bien en las filas del partido, se queda muy lejos de los votos necesarios que le hubieran permitido alcanzar un escaño en el Parlamento. El todavía portavoz de UPyD en la Asamblea de Madrid, Luis de Velasco, que ayer presentó su baja oficial en el partido, calificó estas cifras como “desastre total” y asumió que, “como integrante del consejo de dirección, tengo mi parte de responsabilidad”, en una clara alusión a que la estrategia fijada por el partido no ha sido la adecuada.

Otra voz crítica fue la del diputado nacional Álvaro Anchuelo, que también abandonó el partido un día después de decir públicamente que “el resultado de UPyD es malo sin matices”, y pidió extraer “de una vez” las consecuencias. “Ya no se trata de opiniones ni de encuestas. En Democracia, los votantes siempre tienen la razón”. Algo más cauta se mostró su compañera, Irene Lozano, que siguió el resultado electoral andaluz desde un programa de televisión y reconoció abiertamente el desastre. “Hay que ver el significado de este fracaso y cómo lo vamos a afrontar”.

La irrupción de Ciudadanos, que forma grupo propio en la Cámara andaluza con nueve diputados, explica en gran medida el fiasco de UPyD. En más de un despacho pesa como una losa no haber aceptado la mano que tendió el partido de Albert Rivera para fraguar una alianza electoral y finalmente no se cerró. En la comparecencia del líder catalán este domingo en Sevilla señaló a la formación magenta como la culpable de no haber cerrado aquel pacto. “Creo que va a haber un debate en UPyD. Que ha habido un error. Porque lo cierto es que miles y miles de votantes de UPyD han votado a Ciudadanos”. Según Rivera, “su método no ha funcionado. Eso es la vieja política. Y quien no entienda el nuevo mapa político no entiende lo que pasa en España”, aseguró en una cadena radiofónica.

En busca de una transición “pacífica”

Mientras Ciudadanos celebra su éxito, miembros y simpatizantes de UPyD piden reaccionar a tiempo. “Hemos hecho un trabajo en la oposición encomiable. La estrategia ha fallado”, reconoce a este periódico un miembro del Consejo de Dirección de la formación magenta. En privado, las fuentes internas consultadas por este periódico coinciden en que el tiempo de Rosa Díez ha terminado y que debe dar paso a la savia nueva del partido para poder hacer frente al fenómeno de partidos nuevos como Podemos o Ciudadanos. Solo esperan, eso sí, que la transición “sea pacífica y no traumática”, en una clara alusión al lío que se montó cuando el eurodiputado Sosa Wagner abandonó su escaño en el Parlamento europeo después de que en verano de 2014 atribuyera “prácticas autoritarias” a la dirección del partido.

Rebelión en UPyD. El enrocamiento de Rosa Díez en la portavocía de UPyD ha provocado una crisis sin precedentes en el partido. Cuatro miembros del Consejo de Dirección, entre ellos los diputados Irene Lozano y Álvaro Anchuelo, presentaron a última hora de este lunes su dimisión irrevocable del órgano directivo del partido tras el desastre en las elecciones andaluzas del domingo y después de escuchar la comparecencia de Díez.

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