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El alza de Ciudadanos y el éxito de Moreno convierten Andalucía en reválida para Rajoy
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los debates del candidato dan esperanza al pp

El alza de Ciudadanos y el éxito de Moreno convierten Andalucía en reválida para Rajoy

Si el partido de Rivera rentabiliza en las urnas andaluzas el desgaste del PP entre las clases medias urbanas, a Rajoy se le acabará el discurso del partido único y sin alternativa del centro derecha

Foto: Juan Manuel Moreno y Mariano Rajoy, en un acto de campaña de las elecciones andaluzas. (Reuters)
Juan Manuel Moreno y Mariano Rajoy, en un acto de campaña de las elecciones andaluzas. (Reuters)

La dirección del Partido Popular cerró la campaña de las elecciones andaluzas más preocupada por el empuje de Ciudadanos (por si se hace realidad el pronóstico de las encuestas) que por la magnitud de su previsible retroceso en la cámara regional. La implicación personal del presidente del Gobierno en la campaña y la revelación del candidato Juan Manuel Moreno remiten hacia la figura de Mariano Rajoy y al conjunto del PP la factura del desgaste. Si el partido de Albert Rivera lo rentabiliza ahora en las urnas, a los populares se les acabará para autonómicas y generales el discurso del partido único y sin alternativa en el centro derecha.

Nada ha salido como se esperaba en la sede de Génova cuando Susana Díaz decidió adelantar un año las elecciones autonómicas. Del fenómeno de Podemos que amenazaba con irrumpir entre el electorado del PSOE además de quedarse con buena parte de Izquierda Unida, el protagonismo de los comicios ha basculado hacia Ciudadanos.

El objetivo del PP era movilizar a sus bases para arrancarlas de la tendencia a la abstención contrastada en los comicios europeos. Luego, al entrar en liza las encuestas, resultó que la formación de Rivera, con un candidato desconocido y sostén del PSOE en Sanlúcar de Barrameda como es Juan Marín, le hacía la competencia.

El cambio de guión sobre la marcha para criticar la inexperiencia o el origen territorial de Ciudadanos fue tan evidente en los candidatos y los dirigentes del partido en el poder que demostraba su desconcierto ante los datos demoscópicos. El voto del ciudadano “cabreado” pero que huye de la izquierda convencional o populista tenía ya un referente.

En la dirección del PP reconocen ahora que empezaron la campaña con las peores perspectivas, las de las encuestas y más. Sólo la continua presencia (5 actos en 14 días) de Mariano Rajoy y medio Gobierno en las principales ciudades andaluzas y, sobre todo, los éxitos de su candidato Juan Manuel Moreno en los debates les devolvieron la moral en la última semana.

La hemorragia del PP, a consulta

Del pesimismo al desconcierto por Ciudadanos y la convicción de que Moreno sale consolidado como presidente del PP andaluz “ocurra lo que ocurra”, en fuentes del PP difunden la teoría de que Rajoy se ha volcado en las elecciones andaluzas porque así lo mandan las tradiciones del partido, pero que él no se la juega. Se ponen la venda porque en las urnas se medirá la hemorragia que tiene el PP entre sus bases electorales: las clases medias predominantes en las capitales andaluzas, que son otro feudo tradicional de los populares.

Las ocho capitales de provincia de la región tienen alcalde del Partido Popular, casi todos por mayoría absoluta. Y esa bolsa de votos fue fundamental para construir en 2011 la hegemonía en el Congreso y el Senado de la que Rajoy presume para asegurar la estabilidad del Gobierno y la capacidad para aplicar una política de reformas sin parangón desde los tiempos de Felipe González.

Las elecciones andaluzas serán la mejor prueba para ver si el mensaje del jefe del Ejecutivo sobre la recuperación económica y la creación de empleo empieza a calar, al menos entre sus votantes más tradicionales. Si Ciudadanos se hace hueco ahora en esas poblaciones, para las autonómicas de mayo las perspectivas del PP irán a peor.

El éxito de Moreno que fortalece a Sánchez

En fuentes de Génova siguen sin creerse las encuestas que otorgan a la formación de Rivera hasta el 18% en intención de voto. Confían en haber “reconducido” la situación al final de la campaña, pero también reconocen su temor a un severo revés. Sobre los 50 escaños y el 40% de los votos conseguidos en 2012 con Javier Arenas al frente daban por perdidos hasta 8 (uno provincia) o 10 diputados. Los sondeos les dejan incluso por debajo de 35 escaños, un desastre en toda regla difícil de disimular aunque los socialistas también retrocedan.

Por muchos votos que pierda el PP, nadie en la dirección podrá culpar al candidato. Juan Manuel Moreno ha sido la revelación de la campaña, según coindicen en sostener sus padrinos y detractores de primera hora. Después de reprocharle falta de preparación o experiencia ha resultado ser un aspirante sólido y buen comunicador más allá de su condición de hombre de partido y aparato.

Según la maldad acuñada entre los populares después de los debates en televisión, se da la paradoja de que Moreno ha facilitado la estabilidad interna de un partido (el PSOE) al dejar en evidencia y “bien retratada” a Susana Díaz. “Nada que ver con la imagen de lideresa nacional que se había hecho en Madrid”, repiten. Salvo sorpresa de clara victoria en las urnas, Pedro Sánchez puede respirar tranquilo ante las primarias del Partido Socialista.

La dirección del Partido Popular cerró la campaña de las elecciones andaluzas más preocupada por el empuje de Ciudadanos (por si se hace realidad el pronóstico de las encuestas) que por la magnitud de su previsible retroceso en la cámara regional. La implicación personal del presidente del Gobierno en la campaña y la revelación del candidato Juan Manuel Moreno remiten hacia la figura de Mariano Rajoy y al conjunto del PP la factura del desgaste. Si el partido de Albert Rivera lo rentabiliza ahora en las urnas, a los populares se les acabará para autonómicas y generales el discurso del partido único y sin alternativa en el centro derecha.

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