Garzón no se someterá a primarias para encabezar la lista de IU en las generales

Alberto Garzón encabezará las listas de Izquierda Unida en las elecciones generales sin tener que someterse al escrutinio de los militantes y simpatizantes en un proceso de primarias abiertas, como estipulaba el reglamento aprobado en la última asamblea federal. El joven diputado malagueño de 29 años ha sido el único miembro de la formación que ha presentado su candidatura dentro del plazo marcado por el reglamento, que remataba ayer. Finalmente, la corriente Izquierda Abierta, liderada por Gaspar Llamazares y Montse Albiol, decidió a última hora no entrar en liza, ni siquiera solicitar una ampliación del plazo de inscripción para poder debatirlo con más tiempo en los distintos territorios.

Llamazares ha destacado la valía y capacidad de Garzón, al tiempo que ha dicho estar centrando su trabajo político en las cuestiones que afectan a la federación asturiana, en donde pretende encabezar las listas para disputar la presidencia del Principado en las elecciones autónomicas del próximo mes de mayo. El respaldo mayoritario de las distintas federaciones de Izquierda Unida al joven diputado de 29 años, así como del PCE, unido al desgaste que supone para las corrientes minoritarias batirse en duelo contra un candidato que parte como favorito (lo que ya quedó patente en las elecciones de IU en la Comunidad de Madrid), han sido condicionantes para que ningún otro aspirante deciese dar el paso.

El meteórico ascenso del diputado malagueño de 29 años no se entendería sin el 'efecto Podemos'

Como ya apuntó el candidato de Izquierda Abierta en las europeas, Tasio Oliver, tras la reunión en la que se aprobó el reglamento de primarias, “Izquierda Abierta quiere jugar este partido, pero para eso los dos equipos tienen que conocer la fecha del partido, su duración y contar con la ecuanimidad del árbitro. Y si además uno tiene a Cristiano Ronaldo, al Betis se le hace muy difícil participar”. Fuentes de esta corriente, que votó en contra del reglamento por entender que los plazos marcados eran demasiado ajustados y apenas había margen para relizar una campaña con garantías, han adelantado a este diario que exigirán “flexibilidad si de aquí a la fecha tope para la recogida de avales, el 23 de enero, se presenta algún candidato. Por democracia interna y justicia con los militantes sería positivo que aceptase la candidatura de quien se presente en el período que va desde el registro hasta la presentación de avales”.

La colación de izquierdas no celebrará, casi con total probabilidad, unas elecciones primarias, que por primera vez en su historia se convocaban de forma abierta a la ciudadanía para elegir candidatura a presidencia del Gobierno. Con el camino despejado tras la renuncia a presentarse de Cayo Lara, máximo responsable de la formación, que sin embargo pretenden continuar en el cargo de coordinador federal hasta la próxima Asamblea, prevista para diciembre de 2016, Garzón se convertirá en la imagen de la renovación. Una nueva etapa que, según sus propias palabras, refleja “un cambio generacional y una nueva forma de entender la política, vinculada a la calle”. Según el calendario previsto por el reglamento, su proclamación oficial por parte de la presidencia del partido se producirá el 23 de enero.

Relevo generacional y pasos hacia la nueva política

El meteórico ascenso de Alberto Garzón no se entendería sin el efecto Podemos. El surco abierto por la formación de Pablo Iglesias en las pasadas elecciones europeas validó el diagnóstico de las nuevas generaciones de militantes, defensores de la 'nueva política', y provocó un repliegue moderado pero constante de la vieja guardia. Solo unas semanas después del sorpasso de Podemos, la ejecutiva federal comenzó a delegar importantes responsabilidades en los jovencísimos Alberto Garzón y Clara Alonso (30 años), secretarios de proceso constituyente y comunicación interna respectivamente. Unos nombramientos que marcaron el inicio de la construcción de una organización con tintes quincemayistas.

Los resultados de las primarias madrileñas, en las que arrasaron los candidatos de la corriente de Garzón, Tania Sánchez y Mauricio Valiente, frente a los candidatos oficialistas, volvieron a demostrar la voluntad de las bases hacia este giro en la formación. Una plaza que tradicionalmente marca el devenir del partido en el resto de territorios, y en la que la confrontación de modelos acabó convirtiéndose en un debate de nombres más que de ideas. Una enconada disputa que Cayo Lara trató de evitar anunciado su intención de no competir con “los niños”, como despectivamente denominan a esta corriente crítica desde el ala oficialista.

En un gesto de acercamiento a quienes ven en la corriente encabezada por Garzón un submarino de Podemos, el diputado malagueño ha intensificado sus críticas hacia la formación de Pablo Iglesias en los últimos días. Entre otras acusaciones, ha criticado “la ambigüedad ideológica” de Podemos, su “irresponsabilidad histórica” por rechazar la confluencia en las candidaturas municipalistas Ganemos y afán por no ser más que una “maquinaria electoral”. Al mismo tiempo ha alardeado de la estructura y tradición de IU frente al “gigante con pies de barro” que sería Podemos, y que por tanto necesitaría de pactos con la coalición para poder gobernar en condiciones. Mientras tanto, IU medirá sus fuerzas frente a Podemos en las elecciones autonómicas, mientras que en las generales optará por confluir en las candidaturas Ganemos/Mareas allí donde se presenten.