La Policía analizará los errores del ataque al PP para reforzar la seguridad en los partidos

Los bolardos no resistieron. El Citroën Xantia los pasó por encima y apenas sufrió daños al superarlos antes de empotrarse contra las persianas metálicas del número 13 de la calle de Génova, sede del Partido Popular. La facilidad con la que ‘el loco del pueblo’ -como llamaban a en su municipio a Daniel P. B.- arrasó con las pilonas ha provocado que la Policía se replantee si estas herramientas disuasorias son suficiente para asegurar el perímetro de algunos edificios. Daniel P. B. prestó declaración esta misma tarde en la Audiencia Nacional.

El jefe superior de Policía de Madrid, Alfonso Fernández Díez, anunció ayer que va a abrir un “periodo de estudio” para determinar “la velocidad y la resistencia” con la que un vehículo impacta contra estos elementos con el fin de analizar cómo se pueden incrementar las medidas de seguridad. “Habrá que plantearse el modo de mejorar la resistencia a estos bolardos”, dijo el máximo responsable policial de la Comunidad de Madrid, quien detalló que el coche que se estampó contra el edificio del PP apenas sufrió unos pocos daños en su rejilla delantera como consecuencia de los mencionados pivotes.

Fernández Díez aseguró que el hombre que estrelló su vehículo contra el edificio ha podido provocar “gravísimos daños” tanto en el inmueble afectado como en los colindantes si llega a explotar el artefacto que él mismo había fabricado. El mecanismo estaba programado para que estallara una hora y media después, por lo que la Policía tuvo que activar de urgencia el dispositivo antiterrorista, que movilizó a varias unidades del mismo cuerpo, a los Bomberos y a la Policía Municipal, entre otros.

En cuestión de minutos, los Tedax acudieron al lugar y desactivaron el artefacto, conformado por dos bombonas de butano, casi seis kilos de nitrato amónico, un temporizador y cerillas. Estas últimas –que también podían haberse encendido manualmente para adelantar la explosión– activaban el mecanismo, calificado por el propio jefe de la Policía como “casero”. “En cualquier página de internet se explica cómo hacer estos artefactos”, dijo ayer Fernández Díez, quien detalló que en este caso el nitrato seguramente fue adquirido por el detenido en sus propios terrenos, ya que se dedica a la agricultura.

Según el jefe superior, el hombre tenía la intención de atentar “contra toda la clase política”, no solo contra un partido concreto, porque entendía que son los culpables de “buscarle la ruina”, en referencia a que se encuentra en paro desde hace más de seis meses. El comisario rechazó que el agresor tuviera ningún tipo de enfermedad mental, aunque ha admitido que estaba “bastante alterado” y que hace diez años robó un vehículo en su pueblo, Bronchales (Teruel).

Fernández Díez felicitó a todos los cuerpos que han participado en la actuación, que ha calificado de “modélica”, e incluso a los políticos por dejar trabajar a la Policía y no trasladarse hasta la zona afectada. Según el jefe de Policía, los dirigentes a veces con la intención de preocuparse e interesarse acuden a los lugares donde se han producido los sucesos sin darse cuenta de que a veces pueden interferir.