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Torres-Dulce dimite como fiscal general del Estado tras sus choques con el Gobierno
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LO ANUNCIA A LA JUNTA DE FISCALES

Torres-Dulce dimite como fiscal general del Estado tras sus choques con el Gobierno

Eduardo Torres-Dulce no ha aguantado más las presiones de su cargo y acaba de anunciar en junta de fiscales su dimisión como fiscal general del Estado

Eduardo Torres-Dulce no ha aguantado más las presiones de su cargo y acaba de anunciar en junta de fiscales su dimisión como fiscal general del Estado, según confirman a El Confidencial fuentes fiscales. Torres-Dulce fue nombrado tras la llegada de Alberto Ruiz Gallardón como ministro de Justicia para que se encargara de liderarar la Fiscalía. Los enfrentamientos con este ministro no tardaron en llegar. La defensa de sus fiscales al ingreso en prisión del extresorero del PP, Luis Bárcenas, no sentó bien en el Gobierno. La tensión por la querella al presidente de Cataluña, Artur Mas, tras la celebración del 9-N ha sido el colofón para que el fiscal general no haya aguantado más en el puesto.

Hacía tiempo que corrían los rumores de que Torres-Dulce se encontraba cansado y ya había intentado dar el salto al Tribunal Constitucional, aunque sin éxito. El Gobierno, que le nombró en 2011, no tenía la potestad de forzar su dimisión: el único que la tiene para renunciar es precisamente el ya ex fiscal general.

Torres Dulce ya ha comunicado al ministro de Justicia, Rafael Catalá, su renuncia por “motivos personales”. Ahora, debe volver a su puesto en la Fiscalía del Tribunal Constitucional; pero lo hará como fiscal y no como magistrado, que era precisamente su sueño. Precisamente este miércoles estaba convocado el Consejo Fiscal para elegir al que será el fiscal jefe así como al responsable de Inspección del TC, pero sin dar ninguna explicación específica, Torres-Dulce decidió posponer la decisión.

El cambio causó sorpresa entre la carrera fiscal, que sospechaban que este imprevisto podía tener alguna razón de peso. Y efectivamente, ya tenía la dimisión en la cabeza aunque nadie podía sospecharlo. Numerosos fiscales que han trabajado bajo sus órdenes este año han mostrado entre bambalinas a lo largo de los últimos meses el apoyo que Torres-Dulce ha tenido a su trabajo y a la carrera fiscal.

Ha defendido los ataques del Gobierno a sus fiscales pero, al final, le ha pasado factura. Justo antes de la dimisión de Ruiz Gallardón, la relación con éste era ya pésima y no había prácticamente diálogo entre ambos. Con la llegada de Catalá, desde algunos ámbitos se decía que el nuevo titular de Justicia buscaba sustituto en el Fiscalía General aunque esa decisión no estaba en manos de él sino únicamente en las del propio Torres-Dulce, que es quien debe renunciar.

La tensión vivida tras la consulta soberanista del 9-N ha sido la gota que ha colmado el vaso. El Gobierno lanzaba mensajes de presión para que la Fiscalía actuara cuanto antes contra Artur Mas por convocar un referéndum en contra de la orden del Tribunal Constitucional. Torres Dulce reiteró que los tiempos de la política y de la Justicia no son los mismos, pero el Ejecutivo no cesó en las presiones.

Vídeo: El PSOE acusa al gobierno de forzar su dimisión

No ayudó el hecho de que los fiscales catalanes se opusieran a querellarse contra el presidente de la Generalitat por un delito de desobediencia, al entender que no se cumplían los requisitos. Torres-Dulce lo vio como una mera diferencia de criterio y usó los cauces permitidos por el Estatuto fiscal. Es decir, convocó a la Junta de Fiscales para estudiar la querella al president catalán y por una práctica unanimidad se decidió proseguir con la denuncia.

Al final Torres-Dulce hizo lo que debía aunque al Ejecutivo le hubiese gustado ver más contundencia y rapidez. Fuentes próximas al fiscal general entendieron que finalmente éste había salido bien parado de la situación. Sin embargo, unas semanas después, ha puesto su cargo a disposición del ministro y abandona la fiscalía general.

El Gobierno anuncia celeridad para buscar sucesor

El Gobierno ya está buscando el sucesor que afronte el último año de legislatura, especialmente importante ante las elecciones municipales, autonómicas y generales para 2015 y con varios procesos judiciales contra el PP. Tras conocer la renuncia, el ministro de Justicia le ha agradecido sus tres años “de gran trabajo, con momentos difíciles y de grandes tensiones en los que la Fiscalía siempre ha mantenido su autonomía, desde el rigor y con el máximo respeto a la legalidad”.

En un comunicado, Catalá ha defendido la colaboración de Torres-Dulce con el Ejecutivo, “velando por el buen funcionamiento de las instituciones; así como su papel en asuntos de gran importancia para nuestra sociedad, basada en los valores democráticos y de respeto al Estado de Derecho”. Una vez que ya se ha marchado, Catalá reconoce que “ha desempeñado sus funciones con una absoluta entrega, demostrando una gran vocación de servicio público, así como una encomiable dedicación al interés general de todos los ciudadanos”.

Eduardo Torres-Dulce no ha aguantado más las presiones de su cargo y acaba de anunciar en junta de fiscales su dimisión como fiscal general del Estado, según confirman a El Confidencial fuentes fiscales. Torres-Dulce fue nombrado tras la llegada de Alberto Ruiz Gallardón como ministro de Justicia para que se encargara de liderarar la Fiscalía. Los enfrentamientos con este ministro no tardaron en llegar. La defensa de sus fiscales al ingreso en prisión del extresorero del PP, Luis Bárcenas, no sentó bien en el Gobierno. La tensión por la querella al presidente de Cataluña, Artur Mas, tras la celebración del 9-N ha sido el colofón para que el fiscal general no haya aguantado más en el puesto.

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