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El algoritmo de Podemos para ‘hackear’ la opinión pública
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LA CLAVE PARA LA CAMPAÑA ELECTORAL DE 2015

El algoritmo de Podemos para ‘hackear’ la opinión pública

La batalla por la opinión pública se juega en la red, que cuenta con sus propias dinámicas y algoritmos interiorizados por Podemos como ningún otro partido

Foto: Los mensajes públicos de Podemos están diseñados para que se adapten fácilmente a distintos formatos y pantallas. (Daniel Muñoz)
Los mensajes públicos de Podemos están diseñados para que se adapten fácilmente a distintos formatos y pantallas. (Daniel Muñoz)

“La opinión pública ya no es la opinión publicada, sino la compartida. Lo que la gente habla en las redes sociales crea un efecto reverberación y un eco no suficientemente representativo, pero sí muy eficiente”, explica el asesor de comunicación y consultor político Antonio Gutiérrez-Rubí. Pocos son los expertos en comunicación política que dudan a estas alturas sobre el papel central de los entornos digitales a la hora de marcar la agenda informativa, reinterpretar la realidad y contrainformar, en detrimento de los medios tradicionales.

Hasta los programadores televisivos, añade Gutiérrez-Rubí, han cambiado los audímetros tradicionales por los sociales para diseñar sus parillas. “Saber manejarse en esta realidad es fundamental en una campaña electoral, y los movimientos sociales y nuevos partidos ganan por goleada”, sentencia Yolanda Quintana, periodista e investigadora en movimientos sociales e internet, así como autora, junto a Mario Tascón, del premonitorio Ciberactivismo. Las nuevas revoluciones de las multitudes conectadas (Catara).

En España se calcula que los influencers o generadores de opinión en internet se reducen, a lo sumo, a unas 25.000 personas. Con una estudiada estrategia y organización, sólo unos cientos de ellos pueden intervenir en la opinión pública con una eficacia mucho mayor que la de cualquier medio tradicional o campaña propagandística multimillonaria. Podemos invirtió 138.000 euros en la campaña de las europeas, muy alejados de los seis millones de PP o PSOE, pero movilizó a cientos de cibervoluntarios que lograron acaparar la atención y multiplicar así la repercusión de sus mensajes. La Teoría de la Movilización de Recursos, que diría Sidney Tarrow, y es que el equipo de redes sociales para las elecciones europeas, que coordinaron Eduardo Fernández y Miguel Ardanuy, ahora miembros de la ejecutiva, estaba compuesto por una veintena de voluntarios "con distintos grados de implicación".

Acaparar cuentas en desuso en redes sociales, reunir y coordinar vía mail y whatsapps a “colaboradores” de confianza, diseñar una estrategia sólida, ejecutarla en múltiples formatos o pantallas, trabajarla antes, durante y después del lanzamiento de la campaña en cuestión, prefijar una hora y un leitmotiv o hashtag en Twitter y guardar silencio antes del momento acordado para difundirlo. Estas son algunas de las principales pautas del éxito con las que se doctoraron los nuevos movimientos sociales en la era digital y que la formación liderada por Pablo Iglesias ha sabido integrar e implementar como ninguna otra.

Los denominados hacktivistas y expertos en la aplicación política de las tecnologías de la información viven su época dorada desde el 15-M, y Podemos ha sabido atraer a muchos de ellos. En el círculo TICs se reúnen algunos de los mejores y experimentados activistas en tecnopolítica. Entre ellos destacan académicos del Internet Interdisciplinary Institut de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), como Javier Toret, o el programador Pablo Soto. El primero de ellos es uno de los candidatos al consejo ciudadano de Podemos en Barcelona, integrando la lista Claro que Podemos, apadrinada por secretario general. Asimismo, el abogado especializado en derecho informático y propiedad intelectual David Bravo integrará la lista oficialista que se presenta en Sevilla.

La aplicación del big data y el curtido análisis de la sociedad red

La batalla por la opinión pública se juega en la red, y esta tiene sus propios algoritmos, que es preciso conocer e implementar en las estrategias para alcanzar el máximo rendimiento. En Podemos estos algoritmos están interiorizados y forman parte de su ADN. “La estrategia comunicativa en internet llevada a cabo por los partidos tradicionales es la misma que las notas de prensa que difundían por fax. Se trata de una difusión jerarquizada, endogámica, que circula en un entorno muy cerrado y se lanza desde nodos potentes como la cuenta de un portavoz o la oficial del partido”, apunta Yolanda Quintana. Por el contrario, añade, la de los nuevos partidos como Podemos, y también Ciudadanos o Equo, está más distribuida, por lo que logran multiplicar los mensajes y el impacto.

La investigadora subraya la gran ventaja de estos activistas, que cuentan con una literatura científica de producción propia ingente. Además de ser nativos digitales, desde el 15-M han evolucionado de forma notable a partir de sus estudios sobre las dinámicas de difusión, la sociedad y cultura digital y la aplicación del big data.

De este modo, han ido puliendo sus estrategias para visibilizar (viralizar) sus opiniones, sincronizarlas marcando con exactitud cuáles son las mejores horas y adaptando los marcos discursivos a cada formato. Todos los análisis que componen esta ingente literatura científica son públicos y compartidos, en consonancia con la cultura hacker del copyleft. Algunos partidos como UPyD y Ciudadanos han intentado seguir sus hojas de ruta, también el equipo de Eduardo Madina en las primarias del PSOE, pero rara vez los alumnos adelantan a los profesores, aunque el equipo de comunicación de Albert Rivera ha realizado avances nada desdeñables en este sentido. Como coinciden en señalar los expertos, todavía van varios pasos por detrás.

Todas las intervenciones públicas de los líderes de Podemos están diseñadas para ser difundidas posteriormente en todos los formatos posibles, apunta Gutiérrez-Rubí. Luego, en cada canal o soporte se subraya el contenido que pueda ser más eficiente y beneficioso para sus intereses propagandísticos. “Pase lo que pase en las entrevistas, no se van a comentar las preguntas, pues todo se ha diseñado previamente y se ejecuta de forma coordinada en función del análisis preestablecido”, añade el profesor. Un buen ejemplo de ello fue el eco generado en las redes sociales, y por tanto luego en los medios tradicionales y la opinión pública, de la entrevista a Pablo Iglesias en el canal 24 Horas de RTVE. El ejército de cibervoluntarios sabía de antemano qué extractos del discurso del secretario general iban a difundir y cuáles ocultar. Como resultado, la mayor parte de la opinión pública digirió una realidad premoldeada que luego se encargaron de distribuir el resto de medios, mientras que sólo una minoría, la del 3% del share que alcanzó este espacio televisivo, construyeron sus puntos de vista a partir de lo que habían interpretado por sí mismos durante toda la entrevista.

Todo está medido, desde la identificación de conceptos a partir de las búsquedas que se hacen en Google durante el programa hasta el diseño de la arquitectura semántica con la que se trabaja. Un manejo extraordinario de los tiempos y las formas por parte de los expertos de Podemos. “Para poder competir con ellos, e incluso coexistir, se necesita avanzar mucho en el conocimiento de estas dinámicas”, apunta Gutiérrez-Rubí. Como ejemplo, alude a la campaña que aupó a Barack Obama a la presidencia de EEUU y en la que dedicó a las redes sociales un escaso 4% de toda su inversión, consiguiendo multiplicar la rentabilidad de manera asombrosa y convirtiéndose en el adalid de la nueva comunicación política en la era digital. En el año 2015, siete años después y coincidiendo con un histórico ciclo electoral en España en el que por primera vez el 50% del electorado no tiene decidido su voto, el poder se disputará en un terreno de juego dominado por los nuevos actores políticos.

“La opinión pública ya no es la opinión publicada, sino la compartida. Lo que la gente habla en las redes sociales crea un efecto reverberación y un eco no suficientemente representativo, pero sí muy eficiente”, explica el asesor de comunicación y consultor político Antonio Gutiérrez-Rubí. Pocos son los expertos en comunicación política que dudan a estas alturas sobre el papel central de los entornos digitales a la hora de marcar la agenda informativa, reinterpretar la realidad y contrainformar, en detrimento de los medios tradicionales.

UPyD Eduardo Madina
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