El PP cierra filas con la Constitución y critica a "los adanes" de la oposición

Mariano Rajoy se hizo la foto del cierre de filas del Partido Popular en torno a la Constitución y de arranque de la precampaña electoral con todos sus barones. El homenaje a la ley de leyes y el régimen de 1978 celebrado en la Granja de San Ildefonso reunió a los representantes del poder autonómico del PP y sirvió al presidente del Gobierno para dejar claro que su guión para terminar la legislatura es el mismo: "Seguir con las reformas económicas y sociales para superar la crisis" y "combatir la corrupción".

El jefe del Ejecutivo intenta salirse del debate sobre la reforma constitucional, a su juicio artificial, con el mensaje de que el gran cambio institucional, "en el que hay que concentrarse", es el que viene de la Unión Europea. Rajoy se esfuerza en advertir de que el futuro está en resolver el encaje de los distintos Estados de la UE, no en el de las regiones españolas dentro de España, en recrear o darle vueltas al Estado de las Autonomías con fórmulas de siglos atrás para satisfacer las frustraciones del nacionalismo periférico.

Rajoy repitió frase a frase su discurso sobre la reforma constitucional: que la soberanía nacional, la unidad de España, los derechos de los españoles y el principio de la igualdad entre los ciudadanos no sonnegociables y que cualquier cambio en la ley de leyes debe partir de una propuesta concreta que tenga en cuenta la necesidad del consenso. Lo demás, como hace Pedro Sánchez al enunciar una reforma genérica que a nadie convence, le parecen al presidente del Gobierno "ocurrencias, frivolidad y eslóganes".

Para el jefe del Ejecutivo, la palabra clave de la legislatura es "reformas" y lo que practica la oposición es el "negativismo a ultranza" porque "los mismos que negaron la crisis" (por los socialistas) "no tienen remedio" y ahora están empeñados en negar la recuperación y en "deprimir la autoestima del país".

Rajoy dedicó algunos ataques de mitin al secretario general del PSOEque, por generalizar, también podía aplicarse a Podemos, al referirsea "los adanes" que pretenden que el país ha empezado con ellos.

El presidente del PP recordó que la Constitución ya se ha cambiado dos veces, la dos para adaptarla a preceptos europeos (voto en municipales y estabilidad presupuestaria) y que cuando se vuelva a hacer se acometerá para "el interés general de los españoles" o por el propio desarrollo de la integración europea.

Discurso de clausura aparte, que pareció convencer a los reunidos, el homenaje del PP a la Constitución consistió en la lectura de la Declaración de la Granja, un texto en defensa de la misma que fue leído, por párrafos, por todos los presidentes autonómicos del partido, tanto los que están en el poder como los que están en la oposición como es el caso de Alicia Sánchez-Camacho, Juan Manuel Moreno o Arantza Quiroga.

Sólo faltó el jefe del ejecutivo regional de La Rioja, Pedro Sanz. El de la Junta de Extremadura, José Antonio Monago, se presentó para la foto pero no se quedó a los discursos. Los demás, desde José Manuel Soria como representante del PP canario, hasta María de Cospedal subieron a la tribuna para leer las líneas que les tocaban. Por Madrid lo hizo Ignacio González (dejó fuera a Esperanza Aguirre aunque estaba allí) y todos los barones autonómicos originarios de regiones con lengua local, la emplearon al recitar sus párrafos: Sánchez-Camacho, Alberto Fabra, José Ramón Bauzá, Quiroga y Alberto Núñez Feijóo.

Los pasajes de la declaración más aplaudidos fueron los referentes al compromiso del PP con las víctimas del terrorismo (le tocó a la presidenta del PP vasco) y las referencias a la Corona encarnada ahora por Felipe VI, que corrieron a cargo de Luisa Fernanda Rudi.

La secretaria general del partido leyó la frase final: "España necesita más que nunca la Constitución de 1978. Y nosotros queremos ponerla nuevamente en valor".