Podemos toma el pulso a la calle en su primera gran movilización social

El decaimiento de la movilización social durante el último año se ha producido en paralelo a la irrupción de Podemos en la arena política. En la primera mitad del año se produjo una brusca caída de las manifestaciones en la Comunidad de Madrid, epicentro de las principales protestas, hasta el punto de volver a los niveles previos a la llegada del Partido Popular a la Moncloa a finales de 2011. Un escenario alimentado indirectamente por la formación liderada por Pablo Iglesias, más centrada hasta ahora en dar el salto a las instituciones que en movilizar la calle, pero con el que ha decidido romper, apostando por conjugar ambos frentes y no perder así su conexión con los movimientos sociales. Su puesta de largo será esta tarde en la protesta convocada por las Marchas de la Dignidad 22M.

“Desde las comisiones de Organización, Extensión y Comunicación de la Comunidad de Madrid os llamamos a participar en las Marchas de la Dignidad el próximo 29 de Noviembre. Podemos tiene el deber de movilizarse masivamente”, exhortaba la misiva enviada a los afiliados en la que también se daba información logística a los círculos sobre horarios y lugares de reunión. Se trata de la primera gran movilización social en la que participará activamente el partido, y lo hará reuniendo a todos los círculos detrás de una misma pancarta que visibilizará la presencia de Podemos en el cortejo.

La participación de los miembros de la ejecutiva todavía no está confirmada, pero en todo caso dependerá de lo que se alargue la reunión del Consejo Ciudadano, convocada en horario de 10:00 a 18:00 horas. “Como siempre, saludamos todas movilizaciones en defensa de los derechos básicos”, apuntan fuentes del partido. Los que sí acudirán con total seguridad son los círculos de la capital, que se sumarán a las diferentes columnas de las marchas, según les corresponda geográficamente, para luego confluir en la Plaza del Reina Sofía y continuar la última parte del recorrido en un mismo bloque unitario de Podemos. Desde la corriente interna Izquierda Anticapitalista también se ha confirmado la presencia de sus miembros.

Las expectativas electorales que los últimos sondeos han sembrado en torno a Podemos están precipitando las estrategias del partido, consciente de que necesita reforzar en un tiempo récord su implantación territorial, así como desarrollar otras dos patas no menos importantes en las que asentar su futuro: la sindical y la social. Respecto a la primera, el secretario general del partido, Pablo Iglesias, aseguró durante la rueda de prensa de presentación del programa económico que trataría de reforzarse “fortaleciendo” el papel de los sindicatos.

Si bien no se concretaron las medidas para otorgar un papel más preponderante a los sindicatos, la estrategia pasa por establecer alianzas con estas organizaciones que “históricamente han sido una de las piezas esenciales para establecer los derechos laborales y aumentar el bienestar social”. Como recoge el documento económico elaborado por los profesores Juan Torres y Vincenç Navarro, la formación reconoce la “necesidad de proteger y favorecer la expansión de la actividad”.

El riesgo que conllevaría para Podemos perder la calle

La formación política liderada por Pablo Iglesias cuenta ya con marca sindical propia. Somos es el nombre elegido para este nuevo sindicato “independiente de Podemos, aunque con los mismos principios éticos de honestidad, participación y transparencia y un funcionamiento similar”, según explican sus impulsores del Círculo Sindicalistas, cuyos estatutos quedaron registrados en el Ministerio de Empleo. Sin embargo, el nacimiento de Somos se ha fraguado de forma autónoma a la cúpula de Podemos, siendo iniciativa de varios círculos centrados en temas laborales. Uno de sus principales objetivos pasa por convertirse en protagonistas del “cambio de modelo sindical”, mediante la toma de decisiones asamblearias, sin subvenciones ni liberados.

El sindicato Somos tiene prevista una campaña por todos los centros de trabajo “con el propósito de conseguir un millón de afiliados en un corto espacio de tiempo”, según aseguró Francisco Torrico, uno de sus tres portavoces, en unas declaraciones recientes a este diario.

La capacidad de movilización social es otro de los músculos que Podemos deberá ejercitar si llega a las instituciones, pues necesitaría contar con el respaldo de la calle a la hora de aplicar medidas programáticas poco amables con las élites económicas y empresariales. El apoyo a la formación por parte de los movimientos sociales y los entornos quincemayistas, que en un primer momento parecía claro, se ha ido debilitando a medida que se diluía el concepto “movimiento-partido” en partido a secas.

El encargado de volver a alimentar las sinergias con la sociedad civil será el abogado de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), Rafael Mayoral, a quien Iglesias ha nombrado secretario de relación con movimientos sociales. Hoy podrá tomar el pulso a la calle en la que es la primera gran movilización social en la que participa directamente Podemos.