Ángel Carromero tumbó la afiliación del ‘pequeño Nicolás’ al Partido Popular

No llegó a pertenecer al Partido Popular, pero lo intentó. Francisco Nicolás Gómez Iglesias solicitó formalmente su ingreso en las Nuevas Generaciones (NNGG) del partido una vez que cumplió la mayoría de edad, en abril de 2012. Sin embargo, el joven impostor volvió a hacer de las suyas e intentó borrar la dirección que aparecía en su DNI. La cúpula de NNGG, con Ángel Carromero en la vicesecretaría, le devolvió la solicitud que debía rellenar porque el presunto impostor había alterado los datos del documento oficial. “Borró con típex la dirección que aparecía en su carné de identidad y escribió encima otra, a bolígrafo. Le dijimos que necesitábamos la fotocopia original, pero no la envió, por eso nunca se terminó de tramitar su afiliación”, confirman a El Confidencial fuentes de la formación.

El veto de Nuevas Generaciones no condicionó la carrera ascendente de Francisco Nicolás. Todo lo contrario. Supo moverse y proyectar una imagen de la que se sirvió para figurar en actos de todo tipo junto a la élite del mundo político y empresarial. Según fuentes internas del PP de Madrid, Carromero podría haber empezado a sentir cierta envidia del chaval, por su buena colocación en todos los actos. Si se le negaba la afiliación, evitaría que el ‘pequeño Nicolás’ se metiera de lleno en los actos que organizaban los jóvenes del PP, donde Carromero mantiene un puesto aventajado. Sin embargo, fuentes cercanas al actual secretario general de la formación juvenil niegan esta teoría. El intento de afiliación coincide en el tiempo con el viaje de Carromero a Cuba. Además, fuentes cercanas al asesor popular insisten en que solo han coincidido "dos o tres veces" en actos del partido y aseguran que la verdadera y única razón por la que el estudiante de Cunef no consiguió afiliarse al PP es por alterar su propio documento de identidad.

Un barrio demasiado humilde

Quizá en esa época, el carné del joven seguía vinculado al humilde barrio de Prosperidad, donde todavía viven sus padres, incompatible con su obsesión de impresionar a sus contactos simulando ser un chaval de buena familia. Aquel problema se acabó. Francisco Nicolás ya no necesita alterar a mano los datos que aparecen en su DNI, porque aprovechó una reciente renovación de su documento de identidad para darle más glamour a sus orígenes. Según consta en su actual Documento Nacional de Identidad, en poder de este diario, Gómez Iglesias vive en la madrileña calle de Carbonero y Sol, número 32, en el exclusivo barrio de El Viso. El inmueble no es ni siquiera de sus padres ni de su abuela, con quien residía en la madrileña calle Maudes el día que fue detenido por la Policía.

El propietario del inmueble que figura en su DNI es Kyril de Bulgaria, que lo puso en alquiler y se lo arrendó a Asistencia y Consultores de Obras SL (ACO), una firma madrileña del sector de la construcción que desarrolla proyectos para la Administración, empresas y particulares. Francisco Nicolás prometió a los dueños de esta empresa futuras reuniones en esta vivienda, aunque nunca le cerró ninguna. Esta compañía, a su vez, está vinculada a Edhinor, otra constructora mucho más grande a la que el joven Nicolás decía representar, la misma que ganó un contrato de obras de la ciudad de la seguridad del Ayuntamiento de Madrid, que se la adjudicó por más de 10 millones de euros.

Empadronado en el chalet de Kyril

Cuando Francisco Nicolás fue detenido el 14 de octubre por hacerse pasar por miembro del CNI y asesor de Vicepresidencia, el joven aseguró a la Policía Nacional que utilizaba esa vivienda para reunirse con inversores y tratar de impresionar a potenciales clientes, pero la forense psiquiatra que le reconoció tras pasar tres días en los calabozos invalidó esas revelaciones asegurando que sufría “una florida ideación delirante de tipo megalomaníaco”. Sin embargo, ese chalé sí que fue utilizado por el ‘pequeño Nicolás’ para reunirse con empresarios e inversores entre los meses de junio de 2013 y junio de 2014, un intervalo de tiempo suficientemente amplio como para aprovecharlo, hacer creer a sus víctimas que era su propia vivienda y engordar, ya de paso, su falso currículum.

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Lo que menos interesaba al 'pequeño Nicolás' era pertenecer a NNGG. Si quería formar parte del equipo de los alevines del PP era para seguir cerca de los más poderosos. No necesitó el carnet del partido para conseguirlo. Pronto se ganó la confianza de los máximos mandatarios del Distrito de Chamartín, con Luis Miguel Boto a la cabeza, y del Distrito de Moncloa-Aravaca, que dirige Álvaro Ballarín. De hecho, Francisco Nicolás se ganó la primera querella por pedir el voto de forma fraudulenta por este concejal del PP. Pepe Carril, secretario general de Organización de ese barrio hasta febrero de 2012, le quiso disputar la presidencia del distrito en 2013, pero su candidatura finalmente no obtuvo el respaldo mayoritario para hacerse con el poder del distrito.

Un carácter altivo

En abril del año pasado presentó una querella en los juzgados contra el joven. En la demanda, que se encuentra en fase de instrucción y a la que tuvo acceso este diario, Carril acusa a Gómez Iglesias de insultarles, a él y a varios militantes veteranos, el día de las elecciones internas en el distrito. Según la declaración que Carril hizo en los tribunales, a unas mujeres mayores afines a su candidatura, el ‘pequeño Nicolás’ les dijo: “Viejas, ¿qué hacéis aquí?”.

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Tan próximo era al concejal que Francisco Nicolás fue el encargado de liderar el Club Juvenil que se creó en el distrito, un departamento que pretendía reunir a adolescentes, aún menores de edad, para darles charlas sobre el partido. “Este chaval no faltaba a ningún evento que organizara Ballarín. Iba a las oficinas de la Junta del distrito habitualmente y entraba en el despacho del edil cuando quería”, mantienen fuentes cercanas al distrito.