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El Congreso obliga a los partidos a controlar sus viajes para evitar más ‘casos Monago’
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POSADA SÓLO PUBLICARÁ EL GASTO TOTAL

El Congreso obliga a los partidos a controlar sus viajes para evitar más ‘casos Monago’

El Congreso de los Diputados publicará cada tres meses en su web un informe global sobre los viajes de los diputados que paga la Cámara, ya sea a su lugar de residencia, a actos políticos de partido, o en delegaciones oficiales, sin perjuicio de que cada

Foto: El presidente de la Cámara Baja, Jesús Posada (d), saluda a García Margallo antes de su intervención en el pleno del Congreso (Efe)
El presidente de la Cámara Baja, Jesús Posada (d), saluda a García Margallo antes de su intervención en el pleno del Congreso (Efe)

El presidente del Congreso, Jesús Posada, ha aprobado una resolución con el visto bueno del PP y del PSOE, que obligará a las direcciones de los grupos parlamentarios a vigilar los desplazamientos que los diputados hagan fuera de su lugar habitual de residencia. Esos viajes necesitarán “un aval” para ser abonados por la Cámara y el parlamentario que no lo presente en quince días tendrá que pagar los billetes de avión o tren de su bolsillo.

El Congreso se limitará a publicar trimestralmente en su web el gasto total de los desplazamientos de sus señorías, desglosados entre partida de viajes a su residencia, a actos políticos de partido o de actividad oficial de la Cámara. Pero no por destinos ni con nombres. Esa parte, lo que cuesta al Congreso los viajes de cada diputado y a dónde van cada uno, queda a criterio de cada grupo parlamentario hacerlo público o no.

La nueva normativa para regular y dar más transparencia de los desplazamientos de los diputados después de que saliera a la luz el caso de José Antonio Monago y su afición por ir a Tenerife tiene su principal novedad en que queda por escrito que los grupos parlamentarios tienen la obligación de controlar los gastos de sus miembros en transporte de largo recorrido. Hasta ahora no lo hacían.

En contra de lo que ocurría desde 1978 (cada parlamentario se movía por España sin dar explicaciones), la resolución fija establece que cuando un diputado se desplace para el desempeño de su actividad parlamentaria desde o hacia su lugar de residencia “habitual u ocasional”, o se mueva “desde o hacia su circunscripción”, tendrá que comunicarlo por escrito a la secretaría general de la Cámara dentro de los quince días siguientes al viaje. Se le abona sin más.

Cuando el diputado se desplaza fuera de su circunscripción o lugar de residencia “para actividades de naturaleza política”, es cuando tendrá que añadir “la supervisión o aval” de sus jefes a la hora de comunicar ese gasto a la Cámara. El Congreso también paga el viaje, pero si no está la firma adicional de la dirección del grupo parlamentario a los quince días de su realización el diputado tiene que reembolsar el importe del mismo. En el caso de Monago, tendría que constar ahora el nombre del miembro de la dirección de su grupo que dio el visto bueno a sus desplazamientos a Tenerife.

El último caso previsto por Jesús Posada, previo pacto entre PP y PSOE, es el de los desplazamientos propios de “representación del Congreso”, que serán autorizados directamente por la Mesa de la Cámara. Cualquier viaje ajeno a la “labor política o parlamentaria” de los diputados tendrá que ser abonada por el propio diputado, según zanja la citada resolución.

El presidente del Congreso, Jesús Posada, ha aprobado una resolución con el visto bueno del PP y del PSOE, que obligará a las direcciones de los grupos parlamentarios a vigilar los desplazamientos que los diputados hagan fuera de su lugar habitual de residencia. Esos viajes necesitarán “un aval” para ser abonados por la Cámara y el parlamentario que no lo presente en quince días tendrá que pagar los billetes de avión o tren de su bolsillo.

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