Nicolás fue demandado por llamar "estafador" al rival de un concejal de Madrid

Entró por primera vez en unas instalaciones vinculadas al Partido Popular con 15 años, cuando se presentó en la sede de FAES con su madre para ponerse a disposición del partido. En 2010, cuando aún era menor de edad, Francisco Nicolás Gómez Iglesias empezó a dejarse ver por la sede popular del distrito madrileño de Moncloa Aravaca. Fuentes internas de este distrito reconocen a El Confidencial haber visto a este adolescente moverse por allí "como pez en el agua", muy cerca siempre del concejal Álvaro Ballarín. Pepe Carril, su secretario general de Organización hasta febrero de 2012, quiso disputar a este edil la presidencia del distrito el año pasado, pero su candidatura finalmente no obtuvo el respaldo mayoritario para hacerse con el poder del distrito.

En abril de 2013 presentó una querella en los juzgados contra el joven, que fue detenido hace dos semanas y está imputado por falsedad, estafa y usurpación de funciones públicas. En la demanda, que se encuentra en fase de instrucción y a la que ha tenido acceso El Confidencial, Carril acusa a Gómez Iglesias de insultarles, a él y a varios militantes veteranos, el día de las elecciones internas en el distrito. Según la declaración que Carril hizo en los tribunales, a unas mujeres mayores afines a su candidatura, el ‘pequeño Nicolás’ les dijo: “Viejas, ¿qué hacéis aquí?”.

La sangre llegó al río el mismo día de las elecciones de la presidencia del distrito. “Francisco Nicolás, que estaba en la candidatura de Ballarín, le gritó delante de muchas personas. Le dijo que era un delincuente, imputado y estafador”, aseguran fuentes muy próximas al demandante, que fueron testigos de cómo los miembros de la mesa de votación exigieron al joven que se retractara. “Le pidieron el DNI, y Fran se negó a enseñarlo”.

Ballarín, concejal del Partido Popular en el Ayuntamiento de Madrid y concejal presidente del distrito de Moncloa Aravaca, ganó aquellas elecciones y Carril trasladó en abril la riña a los juzgados. El joven Gómez Iglesias declaró en el juzgado de instrucción número 39, donde está el caso, que él no le llamó en ningún momento delincuente y que mantuvieron una conversación “normal y corriente”. Según la declaración del ‘pequeño Nicolás’, a la que también ha tenido acceso este diario, Carril le riñó porque no podía estar en el sitio donde estaba “y me dijo que era un niñato”. Aparte de esta querella, que se encuentra en fase de instrucción, Carril interpuso una demanda civil por fraude electoral en las elecciones internas a la presidencia del PP de Moncloa Aravaca contra Ballarín, además de otra demanda reclamando la restitución de su honor, dos pleitos sobre los que tampoco ha querido pronunciarse.

Lideraba el Club Juvenil de Moncloa Aravaca

El ‘pequeño Nicolás’ nunca llegó a afiliarse a Nuevas Generaciones. Sin embargo, varias fuentes próximas a la organización coinciden en una versión: el joven madrileño que conseguía miles de euros de empresarios a cambio de futuras reuniones mantenía una estrecha relación de amistad con el concejal y secretario general del PP del distrito de Chamartín, Luis Miguel Boto, y con Ballarín. Estos dos concejales del PP del Ayuntamiento de Madrid formarían parte del círculo íntimo de Gómez Iglesias, según corroboran personas de la máxima confianza del ‘pequeño Nicolás’, que sigue aislado, junto con sus padres, en una vivienda familiar, a la espera de saber cómo transcurre su caso.

Las mismas fuentes mantienen que el chaval de 20 años que se hacía pasar por asesor de Vicepresidencia mantenía reuniones en la sede del distrito de Moncloa Aravaca, donde “el joven era conocido como Fran”. En más de una ocasión, llegó a ser presentado “como el hermano pequeño de Ballarín”. Tan próximo era al concejal que Francisco Nicolás fue el encargado de liderar el Club Juvenil que se creó en el distrito, un departamento que pretendía reunir a adolescentes, aún menores de edad, para darles charlas sobre el partido. “Este chaval no faltaba a ningún evento que organizara Ballarín. Iba a las oficinas de la Junta del distrito habitualmente y entraba en el despacho del edil cuando quería”, mantienen las mismas fuentes. El Confidencial se puso ayer en contacto con el concejal, que hizo caso omiso a las llamadas y a los mensajes que recibió de este diario.