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Teresa Romero será trasladada en breve a una habitación convencional
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podría tener secuelas en algunos órganos

Teresa Romero será trasladada en breve a una habitación convencional

Tras haber superado el ébola, la enfermera se enfrenta ahora a las posibles secuelas derivadas de la enfermedad. “Hay que ser muy prudentes y revisar los órganos"

Foto: Miembros del equipo médico que atiende a la auxiliar de enfermería, tras comunicar que ha dado negativo en las pruebas. (EFE)
Miembros del equipo médico que atiende a la auxiliar de enfermería, tras comunicar que ha dado negativo en las pruebas. (EFE)

La auxiliar de enfermería Teresa Romero será traslada en las próximas horas a otra planta del Hospital Carlos III, sin las medidas de seguridad antiébola, después de que no se detectase ni rastro del virus en las diferentes pruebas a las que ha sido sometida. El resto de pacientes sospechosos de haber contraído ébola, como las peluqueras con las que tuvo contacto la enfermera, así como los médicos que la atendieron en el hospital de Alcorcón, serán dados de alta paulatinamente a partir de este jueves, a medida que vayan cumpliéndose los 21 días en los que existe riesgo de desarrollar los síntomas propios de la enfermedad.

Tras haber superado el ébola, la enfermera se enfrenta ahora a las posibles secuelas derivadas de la enfermedad. “Hay que ser muy prudentes y revisar que ningún órgano esté afectado, sobre todo los pulmones, que son los que más podrían haber sufrido al tratarse de una persona fumadora”, explica la portavoz del CSI-F en el Hospital Carlos III, África Díez. A pesar de seguir ingresada, lo hará previsiblemente en la quinta planta, en una habitación en la que ya no se requieren las medidas de protección actuales, con todo lo que ello conlleva tanto para la paciente como para el personal sanitario que la atiende.

“Los trabajadores ya no tendrán que atenderla con el traje de seguridad y ella podrá abandonar el aislamiento, ver a su marido, etc., con todos los aspectos positivos que conlleva para todos este cambio”, remarca Díez. El desarrollo de la crisis del ébola comienza a tocar así su fin, aunque desde el sindicato independiente de funcionarios insisten en que “hay que aprender de los errores” para tratar de estar lo mejor preparados posible en el futuro, puesto que el Carlos III seguirá siendo el centro de referencia para atender los posibles casos de ébola que lleguen a España, bien vía aeropuerto o por posibles misioneros contagiados en África.

Los sindicatos piden que se cree una “unidad de élite” en el Carlos III

Los sindicatos de la mesa sectorial mantendrán este jueves un encuentro con las autoridades sanitarias para definir la estrategia y protocolos más adecuados para esta nueva fase. “El Carlos III tiene que seguir siendo el centro de referencia para tratar enfermedades infecciosas, esta crisis ha demostrado que necesitamos un centro especializado, así como personal exclusivo para ello, que esté preparado psíquica y profesionalmente, y recibiendo formación continua”, apunta la portavoz del sindicato independiente de funcionarios CSI-F.

La propuesta que plantearán desde el CSI-F pasa por la creación de una unidad especial de profesionales sanitarios, para evitar situaciones como la falta de personal formado que, unido a las numerosas bajas, provocó que un reducido número de trabajadores tuviesen que cargar con todo el trabajo en la sexta planta del hospital Carlos III. Una labor que tuvieron que realizar sin recibir ninguna remuneración económica por ello. A pesar de que, como informa Díez, el resto de profesionales que realizan este tipo de labores de riesgo reciben un plus salarial por ello.

La creación de esta “unidad de élite” que demandan los sindicatos ya tiene un primer frente abierto: paralizar el desmantelamiento del hospital Carlos III. Un extremo que se antoja complicado después de que la Comunidad de Madrid publicase la concesión de las obras para el desmantelamiento del hospital Carlos III y su reconversión en un centro para atender a pacientes de larga estancia. El anuncio fue recogido en las páginas del Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid el pasado día 9, con un presupuesto base de licitación que ronda los dos millones de euros. Precisamente, el desmantelamiento del hospital Carlos III debido a los recortes es una de las armas arrojadizas que trabajadores, sindicatos y marea blanca utilizaron contra el Gobierno, ya que se trataba de un centro de referencia para pandemias y enfermedades emergentes.

El presidente de la comunidad madrileña, Ignacio González, intentó tranquilizar a los profesionales sanitarios trasladándoles que este proceso se iba a retrasar. “Eso no significa que se anule, y lo que nosotros reclamamos es que el Carlos III vuelva a estar dotado de su UVI, su laboratorio de microbiología, su unidad de urgencias y emergencias, especialistas en enfermedades infecciosas…, igual que estaba antes”, indican desde el CSI-F, apelando a la necesidad que ha puesto de relieve la crisis del ébola.

La auxiliar de enfermería Teresa Romero será traslada en las próximas horas a otra planta del Hospital Carlos III, sin las medidas de seguridad antiébola, después de que no se detectase ni rastro del virus en las diferentes pruebas a las que ha sido sometida. El resto de pacientes sospechosos de haber contraído ébola, como las peluqueras con las que tuvo contacto la enfermera, así como los médicos que la atendieron en el hospital de Alcorcón, serán dados de alta paulatinamente a partir de este jueves, a medida que vayan cumpliéndose los 21 días en los que existe riesgo de desarrollar los síntomas propios de la enfermedad.

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