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El Gobierno no toma en serio la última de Mas y remite al freno del TC a toda consulta
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solo quiere ganar tiempo, según el pp

El Gobierno no toma en serio la última de Mas y remite al freno del TC a toda consulta

El Gobierno ha decidido responder lo mínimo a la última ocurrencia de Mas, el simulacro de consulta, y recuerda que el TC tiene suspendida cualquier fórmula parecida

Foto: El presidente de la Generalitat, Artur Mas (Reuters)
El presidente de la Generalitat, Artur Mas (Reuters)

El Gobierno ha decidido responder lo mínimo a la última ocurrencia de Artur Mas, el simulacro de consulta para el 9-N, y recuerda que el Tribunal Constitucional frenó cualquier sucedáneo de referéndum secesionista por su propio fin. La consigna a ministros y dirigentes del PP es que no se molesten en replicar a posibles pasos jurídicos que el presidente de la Generalitat anuncia pero que no concreta. Nadie sabe a qué se refiere porque no tiene ningún margen legal para convocar nada serio, según fuentes gubernamentales.

El Ejecutivo, como el PSOE y demás partidos de la oposición, ya no se toma en serio las “salidas” que Artur Mas dice plantear para hacer la consulta secesionista que prometió a su partido y a sus aliados independentistas de ERC. No se creen nada, y menos la teoría esbozada ahora de que al amparo de los enunciados y artículos de leyes no impugnadas ante el Tribunal Constitucional el presidente del Gobierno autonómico catalán pueda hacer una copia mala de la misma consulta paralizada por el TC.

Esta mañana, durante la sesión de control al Gobierno, el presidente ha hecho un llamamiento a Mas para que actúe con "sensatez" y "moderación" y se preste a dialogar dentro de la ley, pero ha advertido de que el Ejecutivo volverá a recurrir ante los tribunales si dicha ley no se respeta. Ha dicho que el hecho de que no se vaya a celebrar la consulta soberanista es "una excelente noticia" porque es un "triunfo de la democracia y de la ley", por encima de la cual, ha añadido, "no se puede situar ningún gobernante". Y ha apuntado que ahora "se abre un camino para hablar y dialogar" que es lo que debería "haberse hecho desde el principio" en lugar de tomar "decisiones unilaterales", si bien ha reiterado que dicho diálogo sólo puede hacerse dentro de la ley.

Vídeo: Las claves de la nueva consulta propuesta por Artur Mas

En fuentes del Gobierno recuerdan que, si el fin es el mismo, plantear la ruptura de la unidad constitucional de España, esa ingeniosa maniobra jurídica de Mas para contentar a Junqueras incurre de cualquier forma en fraude de ley. Una vez que formule ese nuevo paso en forma de decreto o cualquier otro texto legal, la Abogacía del Estado puede proceder para pedir su paralización, según los mismos medios.

No obstante, también se apunta que el dirigente nacionalista puede cambiar de opinión en cuestión de horas (como suele hacer), una vez que ha ganado otro día de protagonismo frente al “Estado español”, al que considera su adversario pese a ser su máxima autoridad en Cataluña. Aparte de que el TC dejó clara la ilegalidad de cualquier consulta para la independencia, en fuentes del Gobierno apuntan que el grado de ocurrencia a que ha llegado Mas para disimular su fracaso recomienda no alimentar las especulaciones jurídicas sobre el caso.

De todas formas, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha recordado que el propio Consejo de Estado ya dejó claro en su dictamen que el Ejecutivo autonómico catalán no puede utilizar los artículos de la Ley de Consultas relativos a encuestas y procesos de participación ciudadana, los no impugnados, para “otro tipo de cosas”.

La primera novedad en el desafío de Artur Mas es que eleva el tono belicoso de sus declaraciones. No quiere “dar armas al enemigo” e invita a los catalanes a hacer frente a su “verdadero adversario, el Estado español”. La principal es su pelea abierta con Oriol Junqueras por la convocatoria de unas elecciones que llaman “plebiscitarias” y que ahora son la “consulta verdadera” para proclamar la independencia de Cataluña.

La táctica del Gobierno vuelve a ser esperar a ver si de verdad Mas da nuevos pasos para celebrar algún sucedáneo de consulta y comprobar hasta dónde llega la ruptura del frente de partidos secesionistas. UDC ya está de perfil e ICV se ha desmarcado del plan del presidente de la Generalitat.

Oriol no parece interesado en las candidaturas conjuntas con CiU para los comicios “plebiscitarios” porque aspira a ganar las elecciones por su cuenta. Mas sólo intenta ganar tiempo porque reconocer su fracaso en la promesa de la consulta supone el fin de su mandato y tampoco quiere convocar a las urnas visto el pronóstico de hundimiento que le dan las encuestas. Con ese panorama, desde el Gobierno prefieren esperar y ver; ofrecer diálogo en genérico pero dentro de ley, una ley que Mas y Junqueras no se ponen de acuerdo en cómo saltarse.

El Gobierno ha decidido responder lo mínimo a la última ocurrencia de Artur Mas, el simulacro de consulta para el 9-N, y recuerda que el Tribunal Constitucional frenó cualquier sucedáneo de referéndum secesionista por su propio fin. La consigna a ministros y dirigentes del PP es que no se molesten en replicar a posibles pasos jurídicos que el presidente de la Generalitat anuncia pero que no concreta. Nadie sabe a qué se refiere porque no tiene ningún margen legal para convocar nada serio, según fuentes gubernamentales.

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