Andreu imputa a Blesa, Rato y Sánchez Barcoj por las tarjetas 'black' de Caja Madrid

El juez de la Audiencia Nacional, Fernando Andreu, no ha querido esperar más tiempo y ha citado como imputados a los expresidentes de Caja Madrid, Miguel Blesa y Rodrigo Rato, así como al exdirector general de la entidad, Ildefonso Sánchez Barcoj, por los hechos relacionados con las llamadas " tarjetas b", según fuentes jurídicas. Les ha citado como imputados para el jueves 16 a partir para que expliquen porqué se concedieron durante años a todos los consejeros de Caja Madrid unas tarjetas ajenas al circuito económico legal y de las que se ha llegado a gastar hasta 15 millones de euros. Los tres tendrán que acudir a declarar acompañados de abogados.

El magistrado adopta esta decisión después de recibir la semana pasada un informe de la Fiscalía Anticorrupción en el que pedía que investigara el gasto de 15,25 millones de euros entre 1999 y 2012 con tarjetas de crédito opacas y cuyos cargos se gestionaban de forma separada al resto de tarjetas de empresa de la entidad.

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Para el Ministerio Público, estos gastos podrían suponer un delito societario y otro de apropiación indebida. Entre los gastos realizados por los exconsejeros y exdirectivos de Caja Madrid destacan 3 millones de euros en restaurantes, 2 millones en disposiciones de efectivo, más de 1,5 millones en desplazamientos y viajes, más de 1 millón en grandes superficies, cerca de 800.000 euros en hoteles y unos 700.000 euros en ropa y complementos.

En total, 86 personas -65 miembros del consejo de administración y de la comisión de control y 21 ejecutivos y directivos- se beneficiaron de estas tarjetas, gestionadas directamente por Sánchez Barcoj. El propio exdirector general y mano derecha de Blesa encabeza el listado de gastos con 484.200 euros. La factura de Blesa asciende a 436.700 euros; una media anual de 54.600 euros; aunque solo en 2009, su último año completo al frente de Caja Madrid, gastó 65.000 euros.

Por su parte, Rato ha devuelto parte del gasto derivado de esas tarjetas, aunque sólo lo correspondiente a su etapa en los años 2011 y 2012, es decir, después de la creación de Bankia. La devolución ha sido de 54.837,12 euros, pero ésta es sólo la cantidad que gastó durante 2011 y 2012. No se menciona nada acerca de los 44.200 euros que, según figura en la documentación, gastó en 2010.

La auditoría interna de Bankia fue la que detectó hace meses la existencia de estas tarjetas, emitidas en un primer momento por Caja Madrid, y lo comunicó el pasado 26 de junio de 2014 a su principal accionista, el FROB, el fondo de rescate español. El uso de estas tarjetas no parece que esté vinculado a gastos de representación o relacionados con actividades profesionales de sus titulares.

Toda la información sobre los movimientos de cada una de las tarjetas está ahora en manos de los peritos del Banco de España, a quienes se les ha encargado emitir un informe sobre la presunta irregularidad de su uso.