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Rajoy dibuja un balance triunfalista y sin referencias a la corrupción
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“LA RECUPERACIÓN HA VENIDO PARA QUEDARSE”

Rajoy dibuja un balance triunfalista y sin referencias a la corrupción

Del Cabo de Hornos, Rajoy ha arribado su barco de la recuperación a la tierra del triunfalismo económico. Ese es su balance de la primera mitad del año

Foto: Mariano Rajoy, en la rueda de prensa que ofreció ayer en Moncloa (AP).
Mariano Rajoy, en la rueda de prensa que ofreció ayer en Moncloa (AP).

Del Cabo de Hornos, Mariano Rajoy ha arribado su barco de la recuperación a la tierra del triunfalismo macroeconómico. El presidente del Gobierno cierra la primera mitad de 2014 con un balance exultante, ebrio de pronósticos extremadamente optimistas pero con nulas referencias al constante goteo de casos de corrupción que afectan a los principales partidos, incluido el suyo, y que han debilitado la confianza de los ciudadanos en el sistema hasta herir profundamente al bipartidismo. Rajoy reconoció ayer, en su tradicional rueda de prensa veraniega en La Moncloa, que PP y PSOE salieron tocados de las últimas elecciones europeas del pasado 25 de mayo y que tiene que “hacer un esfuerzo” para recuperar la confianza de los votantes perdidos. Su hoja de ruta, sin embargo, con un Bárcenas en prisión que hace justo un año le obligó a comparecer en el Senado ante la amenaza de una moción de censura, parece que no se va a mover ni un milímetro de los datos de la recuperación.

Rajoy antepuso la España del crecimiento virtuoso que ya ha salido de la crisis a la imagen de ese otro país salpicado de casos Gürtel, tramas de EREs falsos, trapicheos de la saga Pujol y otros tantos y tantos casos que infestan los periódicos del día a día. Sobre ese otro retrato, que afea la imagen que le devuelve el espejo, Rajoy no hizo referencia en su particular balance y solo le dedicó unas palabras ante las preguntas de los periodistas. “Muchas de las personas a las que ha hecho referencia -(Bárcenas, Matas, Pujol...)- ya no están en la vida política”, se limitó a subrayar tras prometer que hará “lo posible y lo imposible” para que estas situaciones no se vuelvan a producir. “Quiero decirle que sin embargo hay decenas de miles de políticos que están en situaciones diferentes que no han tenido que ir nunca a un tribunal y que las instituciones están funcionando. Son los jueces los encargados de aplicar las leyes y los encargados de aplicar la justicia en nuestro país”.

Dos cosas claras dejó ayer sentenciadas el presidente del Gobierno. Que agotará la legislatura y que no hará una remodelación del Gobierno en profundidad. Aferrado a los datos de la recuperación, todo parece indicar que fía toda su suerte a que el ciudadano de la calle sepa apreciar y poner en valor las reformas emprendidas por su Gobierno en los dos últimos años y medio. En su opinión, España ha “recuperado” la confianza que había perdido en los mercados, “el fatalismo y la desesperanza están dando paso a un racional y razonable sentimiento de confianza en el futuro”, “estamos ante un crecimiento sano y diversificado”, “un crecimiento que ha venido para quedarse” y en menos de dos años “hemos pasado de ser una economía al borde de la quiebra y del rescate a ser una de las economías que más crece de Europa”.

Un extremado optimismo económico trufado de buenos datos con el que Rajoy cierra curso antes de irse de vacaciones y que basó en tres consideraciones. La primera, que la recuperación es firme y cada vez más intensa (“estamos pisando terreno sólido”, dijo). Dos, que los españoles “tienen razonable derecho a la esperanza” aunque los efectos de su discurso todavía no lleguen a todos los ciudadanos. Y, tres, que lo que está ocurriendo “no es fruto de la casualidad o la buena suerte” sino de su intensa agenda reformista y de los sacrificios asumidos por los españoles. Sobre ellos, dijo ser consciente de que muchos “todavía lo están pasando mal” pero que ha tratado de hacer un reparto equitativo de los costes de esta crisis y preservar, a su vez, los pilares del Estado de Bienestar.

Con todo ello, el presidente espera obtener los réditos electorales que necesita en las próximas citas de 2015. Citas en las que confía en que los dos grandes partidos salgan fortalecidos. Sobre esto, recordó que el bipartidismo existe en países como Estados Unidos, Francia o Reino Unido y es el modelo que da “estabilidad, seguridad y certidumbre” a los países más avanzados.

Ley y diálogo en Cataluña

A golpe de mostrarse impasible ante las adversidades soberanistas de Artur Mas, Rajoy está logrando imponer también su propia hoja de ruta en Cataluña, en donde, de sus palabras, se deduce que no cree que vaya a haber un temido choque de trenes. Sobre todo, tras la distensión generada tras su última entrevista con el president de la Generalitat.

Quizá el principal fruto de ese encuentro se traduce en la siguiente afirmación de Rajoy: “Ley sí, pero diálogo también”, explicó en su respuesta a los periodistas, lo que deja un amplio frente abierto a las negociaciones en algunos de los 23 temas alternativos al derecho a decidir que Mas llevó a Moncloa el pasado miércoles. Sobre lo demás, que nadie espere bandazos por su parte. La consulta es ilegal y confía en que el president no hará nada que esté fuera de la ley.

“En un asunto de estas características, el presidente del gobierno no va a dar bandazos de ningún tipo. Yo le he dicho a Mas que mi posición era la que él conocía, primero porque el presidente tiene la obligación de cumplir la ley y esto es ilegal y porque, además, creo que esto es muy perjudicial para todos los españoles, para los que viven en Cataluña y en otro sitio”, añadió. “El 9 de noviembre, con franqueza, no sé lo que ocurrirá, solo sé una cosa, que el señor Mas ha dicho que él no hará nada que sea ilegal. Y creo que eso sería una decisión muy puesta en razón”.

Aforamiento exprés de Don Juan Carlos: “Fue idea mía”

Rajoy hizo también balance del relevo en la Jefatura del Estado entre el rey Juan Carlos y Felipe VI. Sobre este asunto, se ufanó de que el proceso se haya producido de forma “impecable” y con un comportamiento “leal” por parte de todas las instituciones y los ciudadanos. “A ello ha contribuido la experiencia y formación de don Juan Carlos y la prudencia y formación de don Felipe”, explicó.

En esta valoración también triunfalista, Rajoy no quiso entrar a valorar si el aforamiento exprés del padre del Rey fue o no “una chapuza”, tal y como el propio presidente del Congreso, Jesús Posada, llegó a reconocer hace algunas semanas. “La idea fue mía, qué quiere que le diga”, respondió a preguntas de este diario. Recordó también que, la próxima semana, don Juan Carlos empezará su nueva trayectoria como enviado del Gobierno a la toma de posesión del presidente colombiano Juan Manuel Santos.

Decidido a cambiar la elección de los alcaldes

En otro orden de cosas, Rajoy reafirmó ayer su compromiso de seguir “considerando” la posibilidad de cambiar la forma de elegir a los alcaldes en las próximas municipales mediante el voto directo de los ciudadanos. Punto en el que discreparon, abiertamente, él y el socialista Pedro Sánchez en su primera entrevista en La Moncloa.

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“Yo quiero decirle una cosa con absoluta franqueza. Tampoco me parece una propuesta del PP tan descabellada cuando hay partidos que la llevaron en su programa electoral y cuando muchos países absolutamente democráticos tienen ese tipo de leyes como Reino Unido o Francia”, explicó.

Sobre la reforma federal de la Constitución por la que aboga también el PSOE, Rajoy explicó que está en contra de ella porque nadie se la ha explicado todavía. “No me opongo porque no sea el momento sino porque nadie me la ha contado”, dijo. “Es importante saber qué es lo que se quiere hacer. Es como la tercera vía, ¿pero cuál es? El presidente del gobierno no puede frivolizar sobre estas cosas ni frivolizar sobre asuntos que no están planteados”.

Del Cabo de Hornos, Mariano Rajoy ha arribado su barco de la recuperación a la tierra del triunfalismo macroeconómico. El presidente del Gobierno cierra la primera mitad de 2014 con un balance exultante, ebrio de pronósticos extremadamente optimistas pero con nulas referencias al constante goteo de casos de corrupción que afectan a los principales partidos, incluido el suyo, y que han debilitado la confianza de los ciudadanos en el sistema hasta herir profundamente al bipartidismo. Rajoy reconoció ayer, en su tradicional rueda de prensa veraniega en La Moncloa, que PP y PSOE salieron tocados de las últimas elecciones europeas del pasado 25 de mayo y que tiene que “hacer un esfuerzo” para recuperar la confianza de los votantes perdidos. Su hoja de ruta, sin embargo, con un Bárcenas en prisión que hace justo un año le obligó a comparecer en el Senado ante la amenaza de una moción de censura, parece que no se va a mover ni un milímetro de los datos de la recuperación.

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