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Guerra sofoca el debate interno recordando al PSOE las claves del 'pacto constitucional'
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ELORZA QUIERE CENSURAR A LA CORONA

Guerra sofoca el debate interno recordando al PSOE las claves del 'pacto constitucional'

El PSOE tiró ayer de historia y de referentes como Pablo Iglesias para desactivar y sofocar los conatos republicanos que han prendido en el partido.

Foto: Rubalcaba preside la reunión del grupo parlamentario socialista.
Rubalcaba preside la reunión del grupo parlamentario socialista.

El PSOE tiró ayer de historia y de referentes como Pablo Iglesias para desactivar y sofocar los conatos republicanos que han prendido en una parte importante de sus bases y de sus parlamentarios. Eso es, al menos, lo que esgrimió el veterano Alfonso Guerra, exvicepresidente del Gobierno con Felipe González y buen conocedor de los entresijos de la Transición, en una intervención ante sus compañeros que, fuentes de la dirección, consideran “clave” para explicar el relato de lo que ayer se coció, a puerta cerrada, entre las filas de Rubalcaba.

Guerra respondió así a quienes como Odón Elorza y Guillem García reclamaron libertad de voto en la abdicación del rey Juan Carlos y en el texto que hoy llega, en forma de ley orgánica, al Congreso de los Diputados. Elorza llegó a reclamar un voto “en conciencia” para mostrar su rechazo a “una Monarquía que no ha sabido estar con la sociedad durante los recortes”. Así se expresó el exalcalde de San Sebastián en una intervención que algunos de sus compañeros consideraban ayer “delirante”. No obstante, lo que haga hoy Elorza será, quizá, lo más llamativo dentro de las filas del PSOE toda vez que el 99% del grupo se puso ayer de lado de las tesis de Rubalcaba y de la dirección.

Y en ese debate, la postura de Guerra fue determinante. El exvicepresidente tuvo que explicar a sus compañeros de partido lo que significó el “pacto constitucional” suscrito por el PSOE en 1978 con todo el arco parlamentario de la época y las consecuencias que aquel pacto tiene para un partido “mayoritario y de Gobierno” que no se parece en nada a las minorías de izquierda a la izquierda del PSOE.

Según explican fuentes internas del grupo socialista, Guerra recordó también cuál fue el primer proyecto político del fundador del PSOE, Pablo Iglesias, quien en un principio no se pronunció ni a favor ni en contra de la monarquía como forma de Estado, sino que estableció un programa basado en los principios de igualdad y libertad. Guerra, que preside la Fundación Pablo Iglesias, recordó, en esta particular clase de memoria histórica, que el posicionamiento del PSOE histórico contra la monarquía sólo llego cuando esta se convirtió, con Alfonso XIII, en un “instrumento de apoyo a la dictadura” de Primo de Rivera, primero, y de Dámaso Berenguer, después. En este sentido, Guerra concluyó que no hay motivo ideológico en el PSOE para oponerse a una monarquía sometida al imperio de la ley y a la soberanía popular.

Tres horas de reunión a puerta cerrada

Sea como fuere, el debate interno del PSOE fue ayer intenso. “Un debate fantástico”, se limitó a decir Rubalcaba a la salida de la reunión, de casi tres horas de duración. Hubo, en total, 26 peticiones de palabra pero, en su mayoría, fueron para apoyar el a la ley de abdicación que hoy se vota en el Congreso. El alma republicana del PSOE se expresó, eso sí, tanto a través de Elorza como de su compañero balear Guillem García, que reclamó también la libertad de voto. Un tercer diputado, el alicantino Federico Buyolo, no pidió la palabra finalmente pero, ante los medios de comunicación, dijo sentirse representado en las opiniones que habían expresado tanto Elorza como, especialmente, Guillem. Aclaró, eso sí, que hoy no romperá la disciplina de voto y acatará el sentir mayoritario de los 173 parlamentarios presentes en el cónclave interno.


Rubalcaba, por su parte, adelantó a sus compañeros las claves de la posición que hoy defenderá desde la tribuna. En su intervención citó también al diputado Pedro Sánchez, uno de los posibles candidatos a liderar el PSOE a partir de julio, al señalar que la Conferencia Política del PSOE acordó en noviembre que el partido aprobaría una ley de abdicación para dar el relevo necesario a la Jefatura del Estado. La referencia a Sánchez se explica porque el diputado había señalado a la prensa que había que ser “coherente” con las resoluciones de la Conferencia que él mismo había coordinado junto a Ramón Jáuregui.

Rubalcaba recordó también que el consenso político forma parte de la doctrina constitucional y que, por tanto, cualquier sistema de reforma de la Carta Magna lo exige entre las principales fuerzas parlamentarias. El PSOE recuerda, en este sentido, que viene abogando por una reforma constitucional al estilo federal desde el inicio de legislatura.

Así las cosas, el PSOE ha optado por cerrar filas con la Corona ante la llegada de Felipe VI. Un rey que, sin embargo, tendrá que ganarse el trono al igual que hiciera su padre hace casi 40 años. Las nuevas generaciones del PSOE, como la que encarna Eduardo Madina, no tienen tan claro que el futuro de España pase por una monarquía parlamentaria. El diputado vasco abogó, en este sentido, por que el PSOE aborde este debate, junto a otras reformas constitucionales, próximamente.

El PSOE tiró ayer de historia y de referentes como Pablo Iglesias para desactivar y sofocar los conatos republicanos que han prendido en una parte importante de sus bases y de sus parlamentarios. Eso es, al menos, lo que esgrimió el veterano Alfonso Guerra, exvicepresidente del Gobierno con Felipe González y buen conocedor de los entresijos de la Transición, en una intervención ante sus compañeros que, fuentes de la dirección, consideran “clave” para explicar el relato de lo que ayer se coció, a puerta cerrada, entre las filas de Rubalcaba.

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