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El Rey habló con los expresidentes y la vicepresidenta preparó con Spottorno la ley
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cuatro meses de preparativos y un fin de semana de locos

El Rey habló con los expresidentes y la vicepresidenta preparó con Spottorno la ley

El Gobierno conocía desde marzo la decisión del Rey de abdicar. Sáenz de Santamaría preparó el borrador de la ley de acuerdo con Spottorno

Foto: El rey Juan Carlos, acompañado de Felipe González (i), José Luis Rodríguez Zapatero (2d) y José María Aznar (d), y el presidente Mariano Rajoy (2i)
El rey Juan Carlos, acompañado de Felipe González (i), José Luis Rodríguez Zapatero (2d) y José María Aznar (d), y el presidente Mariano Rajoy (2i)

Su Majestad el Rey tomó la decisión de abdicar en el mes de enero de 2014, al cumplir 76 años, y a quien primero se lo comunicó fue al heredero, Su por entonces Alteza Real el Príncipe de Asturias. Después, el 31 de marzo, Don Juan Carlos informó al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y tres días después al jefe de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba.

En las semanas siguientes, se lo contó personalmente a los tres expresidentes del Ejecutivo: Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero. Todo bajo la premisa de la confidencialidad. Tal era el celo que se exigía para prevenir las filtraciones que fue la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría quien, como responsable de Presidencia, preparó el borrador de la ley orgánica correspondiente de acuerdo con el jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno. El ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, aseguraba no sabar nada hasta el propio día del anuncio de la abdicación.

Todo estaba previsto desde abril, salvo la fecha definitiva del anuncio en el calendario político. La dimisión de Rubalcaba y la crisis del PSOE, tampoco. Los mismos dirigentes políticos de los partidos de gobierno (PP y PSOE) dispuestos a avalar hasta el final la decisión de Don Juan Carlos de aguantar en su puesto hasta el final pese a los problemas de salud y del deterioro de imagen de la Monarquía, aplaudieron su decisión de abdicar en Don Felipe. Fue una prueba de lealtad y respeto al Rey y a la Constitución que sólo dejaba ese margen de decisión autónoma a un Monarca sin poderes: elegir la fecha de su dimisión.

Elegido el momento con Rajoy

El momento del anuncio fue elegido por el Rey de acuerdo con Rajoy, aunque los acontecimientos de finales de mayo sugiriroen que al final se pudo precipitar la fecha y fueron varias las fuentes que aseguraron que el día 18 de junio era la primera opción. Sin embargo, y tras la 'semana de pasión' en el PSOE que precipitó la salida de Rubalcaba y con él la garantía de lo pactado, hubo que acelerarlo todo. Entre los planes de dos semanas antes y el anuncio hecho público el día 2 de junio se celebraron las elecciones europeas del día 25, convocatoria con la que se contaba. Pero no con que la sangría de votos sufrida por el PSOE obligara a Rubalcaba a dejar la secretaría general de su partido, no un simple adelanto de primarias. Pese a la crisis por la sucesión interna en que se metieron los socialistas, el líder del PSOE controló a sus grupos parlamentarios en el Congreso y en el Senado hasta que empezó a primeros de julio la pelea precongresual.

El viernes por la tarde comenzaron los movimientos definitivos y el sábado por la mañana se cerraba una reunión en Zarzuela en la que estaba presente el jefe de la Casa, el secretario general, el jefe de Gabinete y el jefe comunicación. La operación estaba en marcha y la confidencialidad seguía siendo la primera premisa: por ello comenzaron a 'cerrarse' teléfonos en todo el entorno del personal de Zarzuela, una situación que se prolongó hasta la mañana del mismo día del anuncio, cuando hasta los teléfonos fijos estaban 'capados' para sellar cualquier posible indiscreción.

El Príncipe adelantó su regreso

Todas las precauciones eran pocas. Una filtración el fin de semana, con el heredero fuera de España, hubiera sido un auténtico desastre. Don Felipe tuvo que adelantar su regreso de El Salvador, a donde asistía a la toma de posesión del nuevo presidente, Salvador Sánchez, para estar en Madrid por la mañana y por ello canceló el último compromiso, una cena en el país centroamericano. Don Felipe llegaba a España a primera hora del lunes y sólo este diario aventuraba lo que estaba sucediendo.

El vídeo con el mensaje del Monarca se grabó a última hora de la mañana, cuando Rajoy ya había anunciado la decisión adelantada por El Confidencial en exclusiva. Según expertos consultados por este diario, aparece oscuro, corto y de factura improvisada. En TVE tampoco fueron avisados hasta última hora y se retrasó dos veces la hora de su emisión, desde las doce a las doce y media y, finalmente, a la una de la tarde. El fondo de la imagen sí estaba muy preparado, con dos fotos: una de Don Juan Carlos con Don Felipe y las infantas Leonor y Sofía; y otra del Rey con su padre, Don Juan.

La operación-relevo podía calificarse como un éxito. Sin embargo, quedaba en el aire por qué una decisión histórica trabajada durante meses parecía que se había tenido que acelerar de esa manera, esperando al regreso de Don Felipe y con la Reina Sofía camino de Nueva York para recibir un premio.

Una semana de actos militares conjuntos

En fuentes de la Zarzuela presentaron los próximos actos militares en los que concurrirán juntos el Rey y el Príncipe como un ejemplo de continuidad y normalidad institucional que arrancaba un día después del anuncio en el El Escorial en la reunión de la Real Orden de San Hermenegildo y siguió el día de las FAS con el homenaje a los caídos en la plaza de la Lealtad de Madrid. Don Juan Carlos tenía por delante un acto institucional muy importante como fue presidir el día de las Fuerzas Armadas.

El Gobierno y los líderes políticos que estaban en el secreto de los planes del Rey dejaron que Don Juan Carlos diera las explicaciones sobre su cambio de idea para dejar paso a Don Felipe. El Ejecutivo tenía listo un borrador de anteproyecto de ley orgánica para desarrollo de los trámites de la abdicación. Tal y como fijaba la ley de leyes y nunca se había promulgado. El Consejo de Ministros se reunió de forma extraordinaria para aprobar ese texto elaborado por Presidencia (Sáenz de Santamaría) y de acuerdo con Spottorno. Fue inmediatamente calificado por la Mesa del Congreso y después aprobado por las Cámaras, antes de fin de mes.

Aunque el Gobierno se reservó el contenido del anteproyecto, en fuentes parlamentarias se daba por hecho que Don Juan Carlos mantendrá sus prerrogativas, el tratamiento de Su Majestad y la residencia en el Palacio de la Zarzuela: no hubo ni un movimiento porque tanto el futuro Rey como la futura Reina no querían trasladarse y prefirieron seguir viviendo en la casa que construyeron y decoraron a su gusto, separada menos de 300 metros del Palacio dentro del mismo complejo de La Zarzuela. Aunque, eso sí, orgánica y presupuestariamente pasó a depender el nuevo jefe de la Casa Real cuando las Cortes proclamaron a Felipe VI.

En los mismos medios se apuntaba que la ley orgánica sólo tenía que fijar el mecanismo y las consecuencias para el Rey en caso de abdicación, que el resto de las cuestiones añadidas (la sucesión) estaba claramente establecido en la Constitución. El proyecto de ley contó con el visto bueno previo del PSOE. Rubalcaba ya estaba informado. Requería mayoría absoluta (176 diputados), como toda ley orgánica, y contó desde el primer momento con más de 300 parlamentarios a favor que adelantaron su posición: fueron los de PP y PSOE (295), más UPyD (5) y varios diputados del Grupo Mixto. Las Cortes tuvieron todo listo para proclamar Rey a Don Felipe a partir de la tercera semana de junio.

Su Majestad el Rey tomó la decisión de abdicar en el mes de enero de 2014, al cumplir 76 años, y a quien primero se lo comunicó fue al heredero, Su por entonces Alteza Real el Príncipe de Asturias. Después, el 31 de marzo, Don Juan Carlos informó al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y tres días después al jefe de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba.

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