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La espía del caso Gao Ping: "¿Crees al fiscal tan gilipollas para montar esto sin pruebas?"
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La espía del caso Gao Ping: "¿Crees al fiscal tan gilipollas para montar esto sin pruebas?"

La agente secreto María se entrevistó casi tres horas con el empresario chino Yongping en un reservado del restaurante Trazos del hotel Paseo de las Artes.

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La agente secreta María mantuvo una entrevista de casi tres horas con el empresario chino Yongping en un reservado del restaurante Trazos del Hotel Paseo del Arte de Madrid para convencerle de que tenía que reunirse "de forma absolutamente confidencial", "extraoficial" y "en una reunión de amigos" con el fiscal José Grinda, que investiga una supuesta trama de corrupción de la Policía en el caso Emperador.

La espía del CNI le propuso al empresario asiático, conocido como Miguel el Calvo, que está imputado junto a Gao Ping por blanqueo de dinero, declarar en secreto contra los policías ante el fiscal anticorrupción. Eso sí, sin el conocimiento de su letrado. "No le comentes nada a tu abogado porque esto es extraoficial", le recomendó al chino.

Cuando la agente secreta le hacía esa advertencia a Yongping, desconocía que el letrado no sólo estaba al tanto del encuentro, sino que había contratado a un equipo de detectives que vigilaba y fotografiaba a todo sospechoso que se acercaba al hotel. El abogado esperaba a su cliente en la cafetería del establecimiento acompañado por el jefe de los detectives. Y eso no era todo: Miguel el Calvo, además, registraba las casi tres horas de conversación con dos diminutas grabadoras digitales escondidas en los bolsillos de su chaqueta que había accionado antes de entrar en uno de los reservados del restaurante del hotel.

Para expertos en la Seguridad del Estado, resulta sorprendente que la agente del CNI, una experta en tramas chinas y en terrorismo de ETA, no adoptara ninguna medida de seguridad para impedirlo. Sus especiales relaciones con Yongping, a quien controlaba desde hacía siete años, quizás le proporcionaban ese punto de confianza que escapa a los más elementales consejos que reciben los agentes novatos del CNI.

"Si hablamos con él (con Grinda) cuéntale la verdad, dile dónde puede mirar y dile si hay alguien implicado... No puedes entrar en la puta cárcel. No es una testificación oficial, eso no va a ningún sitio. Si tú te fías de mí yo lo voy a organizar para que sea una conversación, sentados sin teléfonos, en un sitio seguro con mi gente de seguridad, que nos van a cubrir. Así ni nos pueden seguir ni nos pueden grabar..."

Así, de manera tan directa, aleccionaba la espía al empresario chino imputado en la trama de blanqueo de Gao Ping.

Espías, mentiras y cintas

El Confidencial ha tenido acceso al contenido de la grabación y reproduce los párrafos más interesantes de la conversación entre la espía y Miguel el Calvo, un empresario chino que reside en España desde hace muchos años y posee pasaporte español.


La agente María sí se esforzó para no ser fotografiada a su llegada y salida del hotel. Se alejó de la puerta principal del número 123 de la calle Atocha, un cuatro estrellas ubicado junto a la discoteca Kapital y muy cerca de la estación ferroviaria del AVE. Accedió al edificio por la entrada de empleados situada en la calle Alameda, que está vigilada por un guardia de seguridad. Adoptó esa medida para evitar que alguien la detectara. Hizo bien, porque los detectives contratados por el abogado de Yongping estaban apostados en las calles Cenicero, donde tiene su acceso el parking del hotel, y Atocha. Los sabuesos anotaron los números de matrículas de varios vehículos por si la supuesta espía había optado por entrar al hotel por el garaje.

La agente del servicio secreto se preocupaba en sus movimientos de eludir el ángulo de grabación de las cámaras de seguridad que están enfocadas hacia la entrada principal y la del garaje. Las cámaras sí pudieron grabar las imágenes de Miguel el Calvo, su abogado y los detectives entrando al hotel a las 14:18 del miércoles 9 de abril, la fecha de la cita. Aquella era la tercera intentona, pues María había anulado con antelación otras dos entrevistas a celebrar en el restaurante japonés Ginza, situado junto al Congreso de los Diputados, en la Carrera de San Jerónimo. La espía prefería algo más seguro como el reservado del restaurante Trazos del hotel Paseo de las Artes, que ese mediodía estaba cerrado, como le informaron a los detectives.

Resulta que la agente del CNI es una asidua del establecimiento hotelero, como ella misma aclaró a Miguel el Calvo cuando se disponía a pagar la cuenta. No era necesario que la espía lo aclarara, pues el comportamiento del director del Paseo del Arte, José Alberto García, lo confirmaba. Recibió en persona al empresario chino en el lobby del establecimiento y lo acompañó hasta el reservado. Al final de la grabación, para eludir cualquier seguimiento, la propia María preguntaba a uno de los operarios del restaurante si la puerta trasera estaba abierta.


Menos suerte tuvo una pareja de jóvenes que ocupaba, en la cafetería del hotel, una mesa próxima a la del abogado de Yongping, en la que esperaba a su cliente acompañado por el jefe de los detectives. Una chica muy joven y un fornido varón de unos 25 años, que llegó al hotel en motocicleta, fueron fotografiados por el equipo de seguridad del chino.

Los colaboradores de Miguel el Calvo están convencidos de que los jóvenes formaban parte del equipo seguridad de María y de que pertenecen al servicio secreto de la carretera de La Coruña, donde está la sede del CNI.

Según las investigaciones, María sería una veterana agente de un grupo del CNI encargado de investigar a las tramas chinas y rusas en España, de ahí su excelente relación con el fiscal anticorrupción, José Grinda, todo un experto en la materia. La unidad estaría dirigida por el militar Juan Coll Real, uno de los históricos del antiguo CESID, nacido en 1958, que vio salpicada su hoja de servicio con algún que otro escándalo en la época de Emilio Alonso Manglano. Coll era en 1990 el jefe de la antena del CESID en Lima, la capital de Perú, cuando el agente Roberto Flórez fue descubierto tras infiltrarse en el equipo electoral del candidato presidencial Alejandro Toledo. Flórez fue detenido años después y condenado por realizar labores de doble agente.

El propio Yongping estaba al tanto de las actividades secretas de María, ya que en un momento de la conversación le dice: “Tú sabes cómo tratar a la gente, cómo coger a la gente de ETA. Me alegro de que España tenga a gente como tú”. Pero cuando el chino le comenta que piensa revelar sólo a su esposa el acuerdo suscrito con ella, María le alecciona: “Que tu mujer no le diga nada a nadie, que sea una tumba... No le comentes nada a tu abogado porque esto es extraoficial”.

"El fiscal Grinda no te tiene manía"

A lo largo de la conversación, la agente del CNI intenta convencer al empresario chino de que el fiscal Grinda no le tiene manía: "Si lo conocieras, a sentarte con él, a charlar como dos personas, independientemente de que él sea el fiscal, independientemente, como persona. Me gustaría que te sentaras con él a hablar y que él viera la verdad. Que tú se la contaras, pero no de forma oficial sino, joder, sentados. ¿Quieres que intentemos hablar como amigos? Ellos van a querer saber... Van a ir a por ti".

–¿Qué quieres que le cuente, mentiras?– le contesta Yongping.

–No. Lo que te digo es que si tienes alguna posibilidad de hablar con esta gente y aclarar las cosas, nos vamos y se lo cuentas.

Una fuente judicial manifestó a El Confidencial que la actuación de la espía de la Casa, como se conoce a la sede del CNI, es un "hecho gravísimo" porque, según se desprende de su conversación, se pretende alterar un procedimiento judicial: "Es una acción parecida a la de Paesa cuando intentó convencer a una testigo de los GAL para que cambiara su declaración ante Garzón. Y aquello acabó en un procedimiento judicial. Es igual de grave".

A lo largo de la conversación, la emisaria de la Fiscalía le recuerda en repetidas ocasiones a Miguel el Calvo que puede volver a ingresar en prisión, como cuando fue detenido en la operación Emperador a finales de 2012, dejar sola a su familia y arruinar aún más su negocio. Pero el chino contesta que está dispuesto a asumir esa posibilidad porque, según él, no había cometido ningún delito y no podían tener ninguna prueba contra él que lo relacionara con la supuesta corrupción policial. Pero la agente insiste: "No te tiene manía (Grinda). Tú déjame a mí. Yo lo organizo. Yo voy contigo, si a mí no me importa. Eso sí, a tu abogado déjalo. Esto es una conversación entre amigos".

Y María carga nuevamente contra el comisario del aeropuerto de Barajas. Le pregunta, según ella, "como ejemplo", si le ha pagado un billete de avión a China o le ha regalado un diamante.

El chino se ríe, lo niega pero ella continúa:

"Entonces, me dices: le he regalado un coche. O le he dado cinco mil pavos por arreglarme los papeles. Pero si tú me dices que no hay nada y que nunca ha cogido regalos, que nunca has tenido negocios con él, ¿me quieres contar entonces de qué cojones le acusan? Si no eres tú, qué otro chino ha podido hacer negocios con todos ellos".

Se refiere a la decena de policías que han sido imputados por el juez de la Audiencia Nacional, Ismael Moreno, por un presunto delito de cohecho relacionado con las tramas chinas de Gao Ping.

Miguel el Calvo busca una respuesta y se esfuerza por ser convincente:

"María, si me han tenido pinchado el móvil dos años y pico, sin yo saberlo... Si yo hubiera hecho algún negocio algo habría tenido que salir... ¿No lo crees así?... Para joder a alguien tendrán que tener pruebas. Si tu acusas a alguien de algo, tendrás que tener pruebas".

Y le aclara que no piensa mentir para salvarse.

La agente matiza sus palabras: "No te pido que mientas. Sólo que hables con ellos y que, si sabes algo, que se lo cuentes, para poderte librar tú, porque si no vas a acabar dentro. Y yo podré ayudarte hasta un punto".

"Estamos en los años de Mao Tse Tung"

Yongping, que juega con ventaja porque, además de haber tenido tiempo para preparar la entrevista, intuye que las dos grabadoras digitales están registrando con nitidez la conversación, esquiva a toda una espía del CNI con más de dos décadas de experiencia.

"Aquí hay más justicia que en China, pero con todo esto he llegado a pensar que estamos en los años de Mao Tse Tung. O peor... Ni en China se puede hacer eso ya: que un fiscal te meta dentro sin pruebas... Eso sí, si hay pruebas, te meten y no sales nunca más".


Pero la agente María, después de casi tres horas de charla, sigue sin bajar la guardia: "¿Crees que un fiscal puede ser tan gilipollas de acusar sin pruebas, de montar todo esto sin pruebas?... ¿Quién coño son los otros chinos que tenían relaciones con ellos?... Diles dónde pueden buscar el delito? Si te preguntan por Miguel Ángel, yo les diría Felipe Chen les ha soltado pasta. De Carlos, si sabes algo, se lo diría. Y ya está tío. No hay otra vía, Miguel. Vamos a organizarlo. El lunes si quieres. Nos vemos con él (con Grinda) o con quien nos diga".

El empresario le responde que está dispuesto a hablar con el fiscal, pero le miente porque ya ha acordado previamente con su abogado, cuando salga de la reunión, presentar una denuncia contra la supuesta agente del CNI en el Juzgado de Guardia de la plaza de Castilla.

María, que ha picado el anzuelo desde el primer momento, sigue insistiendo en que todo debe hacerse de forma absolutamente extraoficial: "Una reunión de amigos, pero si te pillan en una mentira estamos muertos. Le dices la verdad: íbamos a fiestas; éramos amigos... O negocios, no; dinero, no. No hemos tenido nada a medias..."

Y le hace ver al empresario chino la suerte que tiene de contar con los favores de ella: "Tú tienes esta vía. Peor están otros. La única que tiene Gao Ping es sentarse y hablar de forma oficial y negociar, en el caso de que él quiera. Y a Felipe Chen, que tenía un montón de amigos en la policía, lo han dejado bastante vendido."


La agente del CNI, que desde el inicio de la reunión ha perdido su condición de 'secreta', ya que su discurso ha quedado grabado y los detectives la esperan a la salida del hotel para identificarla, sigue esforzándose para que sus relaciones con el chino se mantengan bajo el manto de la opacidad: "Por teléfono cuanto menos hablemos mejor porque no sabemos cómo está la cosa. Cuando yo te diga que quedamos ya sabes para lo que es. Yo te llevo con mi gente, con mi seguridad, en un sitio seguro tranquilo. Que te metan en una habitación de un hotel... No tengas miedo, yo voy a estar contigo. No te voy a dejar ni un minuto..."

Un exdirectivo de los servicios de información aseguró a El Confidencial que la operación de la tal María sitúa al CNI en los peores años de la era Manglano: "No sólo se inmiscuye en el campo de la policía judicial, sino que además entorpece la acción judicial, pretendiendo condicionar el testimonio de un imputado, en un proceso abierto en la Audiencia Nacional".

La agente secreta María mantuvo una entrevista de casi tres horas con el empresario chino Yongping en un reservado del restaurante Trazos del Hotel Paseo del Arte de Madrid para convencerle de que tenía que reunirse "de forma absolutamente confidencial", "extraoficial" y "en una reunión de amigos" con el fiscal José Grinda, que investiga una supuesta trama de corrupción de la Policía en el caso Emperador.

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