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El CNI logra que 'El Mundo' retire una crónica de la guerra entre espías y policías
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y la tildó horas después de "juego sucio"

El CNI logra que 'El Mundo' retire una crónica de la guerra entre espías y policías

El CNI logró levantar el viernes una información de elmundo.es en la que se transcribía la conversación entre una de sus agentes con el chino Yongping

Foto: Un ciudadano chino llega a la sede de la Audiencia Nacional. (EFE)
Un ciudadano chino llega a la sede de la Audiencia Nacional. (EFE)

El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) logró levantar el viernes pasado una información de elmundo.es en la que se transcribía la conversación entre una de sus agentes con el chino Yongping, socio de Gao Ping e imputado en la operación Emperador. En ese encuentro secreto, que adelantó El Confidencial, la supuesta espía, que se hacía llamar María, trataba de convencer al empresario asiático para que declarara en contra de un grupo de policías que el fiscal José Grinda y la Unidad de Asuntos Internos investigaba por un delito de cohecho.

La versión digital de El Mundo acompañaba la información, titulada "El chino y la supuesta espía" y firmada por los periodistas Eduardo Inda y Esteban Urreiztieta, con el audio de la conversación entre la agente secreto y el empresario asiático, conocido popularmente como Miguel el Calvo. Ese documento sonoro provocó un hondo malestar en la sede de los servicios de información en la carretera de La Coruña de Madrid porque, aparentemente, ponía al descubierto a una de sus agentes. Además, para el CNI el archivo acústico, que había sido grabado por unos detectives contratados por el empresario chino, ponía en riesgo la seguridad personal de la supuesta espía.

El CNI hacía prevalecer la seguridad de la funcionaria por encima de la sospecha de que su gestión ante el diario pudiera suponer el reconocimiento de que la tal María fuera una agente secreto, extremo este que el espionaje español sigue sin aclarar. Tras la queja del CNI, el diario decidió retirar el reportaje, que aún puede consultarse en la versión guardada (caché) de Google.

Sin embargo, fuentes judiciales manifestaron a El Confidencial que al CNI le preocupaban, más que el documento sonoro, algunos de los datos que aportaban los periodistas: la investigación sobre el historial del móvil que utilizó la supuesta agente y el nombre de guerra del jefe de su unidad, Juan Coll.

Agentes de la Policía durante el registro en el polígono industrial Cobo Calleja. (EFE)
El Confidencial
ha podido saber que en el dispositivo de vigilancia dispuesto por los detectives contratados por el empresario chino no se pudo fotografiar a la tal María porque le facilitaron la entrada al restaurante del hotel Paseo de las Artes por la puerta de servicio. Sus compañeros de cobertura no tuvieron la misma suerte y quedaron inmortalizados por las cámaras de los detectives privados, que desconocían en todo momento a lo que se enfrentaban. Para ellos, aquel seguimiento no se diferenciaba en nada de otros encargos relacionados con infidelidades de parejas o rivalidades mercantiles. Al final, unos huelebraguetas, como se les conoce en su propio medio a algunos detectives, dejaban en evidencia al todopoderoso CNI.

De 'exclusiva' a 'juego sucio de cloaca'

Sorprendentemente, dos días después, en la edición de papel del domingo, el diario no sólo se desdecía de lo publicado, sino que además relacionaba el trabajo periodístico de sus compañeros con las cloacas de la corrupción policial. Mantenía una versión diferente en defensa de la Fiscalía y del CNI: "Finalmente, aparece una confusa grabación con la que se trata de sembrar dudas sobre sus pesquisas (la de los fiscales), un oscuro episodio en el que también se intentaría salpicar al Centro Nacional de Inteligencia". Asimismo, afirmaba, en contra de la información publicada en el propio medio, que un sector de la Policía había recurrido al "juego sucio, a las llamadas maniobras de la fontanería desde las denominadas cloacas", poniéndose en marcha "una campaña de acoso" contra los investigadores del caso.


"Las cloacas inician la campaña de desprestigio", en referencia a informaciones aparecidas en varios medios, incluido el suyo. El Confidencial ya había desvelado hace una semana el contenido de la denuncia del chino Yongping, presentada en sede judicial, contra la supuesta agente del CNI. Además, basándose en varias fuentes judiciales, había descubierto que la investigación del fiscal anticorrupción José Grinda y del jefe de la Unidad de Asuntos Internos de la Policía, el comisario Marcelino Martín Blas-Aranda, se había realizado a espaldas del titular del Juzgado Central de Instrucción número 4 de la Audiencia Nacional, Fernando Andreu. El resultado de esa investigación paralela quedó plasmado en un informe que fue corregido e ilustrado por el fiscal Grinda antes de que fuera presentado ante el magistrado, según fuentes de la Audiencia Nacional.

El juez imputa a 9 policías

El informe paralelo de la Unidad de Asuntos Internos provocó que el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu se inhibiera en la causa por su amistad con uno de los comisarios investigados. La instrucción pasó al Juzgado Central de Instrucción número 2, cuyo titular es Ismael Moreno, quien en una providencia, firmada el pasado 23 de abril, daba traslado del expediente al Ministerio Fiscal a fin de que le informe "de los hechos concretos" que se imputan a una decena de agentes. Ayer, Moreno decidía imputar a 9 policías, incluido el comisario amigo de Andreu.

La otra investigación, la denuncia contra la supuesta agente del CNI por presionar a uno de los imputados, sigue su curso en el Juzgado de Instrucción número 51 de Madrid. Su titular, Eduardo López-Palop, el mismo que instruye el caso Madrid Arena, cuenta con la ayuda del juzgado vecino, el número 53, al frente del cual se encuentra la magistrada Mónica Aguirre.

El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) logró levantar el viernes pasado una información de elmundo.es en la que se transcribía la conversación entre una de sus agentes con el chino Yongping, socio de Gao Ping e imputado en la operación Emperador. En ese encuentro secreto, que adelantó El Confidencial, la supuesta espía, que se hacía llamar María, trataba de convencer al empresario asiático para que declarara en contra de un grupo de policías que el fiscal José Grinda y la Unidad de Asuntos Internos investigaba por un delito de cohecho.

Gao Ping
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