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El mercado laboral español que viene: el empleo será a tiempo parcial… y precario
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¿habría que seguir el modelo holandés?

El mercado laboral español que viene: el empleo será a tiempo parcial… y precario

Dignificar el contrato parcial. ¿Es posible hacerlo garantizando una condiciones de vida dignas para todos?

Foto: ¿Qué empleo nos espera?
¿Qué empleo nos espera?

Dignificar el contrato parcial. Este es el objetivo de la normativa que el Gobierno se ha visto forzado a aprobar el pasado jueves, tras las sentencias del Tribunal de Justicia de la UE. Desde esta semana, el contrato a tiempo parcial ya no será discriminado con respecto al de tiempo completo. Se trata de una forma de contratación relativamente poco difundida en España y cuya implantación mejorará, sin duda, las pésimas estadísticas de desempleo.

Pero ¿mejorará también el maltrecho mercado laboral español? Muchos expertos creen que solo servirá para precarizarlo.

El 14,9% de la población española tiene un trabajo a tiempo parcial, según datos de Eurostat. Aunque esté por debajo de la media europea (19%), la cifra se ha doblado en la última década: en 2004 se situaba en el 8%.

En su gran mayoría, se trata de contratos temporales, limitados en el tiempo: algo que no garantiza, pues, una estabilidad económica. Y esto lo confirman los datos del Servicio Público Estatal de Empleo mes tras mes: los indefinidos a tiempo parcial son diez veces menos que los temporales a tiempo parcial. La misma tendencia que se encuentra en las “mejoras de la contratación”: el 90% de los contratos que se firman son temporales.

La versión holandesa

A pesar de este escenario, hay quien cree que el tiempo parcial es el camino a seguir. El primero, el Gobierno. Ya son muchas las medidas introducidas a través de la Reforma Laboral. A ellas se añade la normativa aplicada este jueves, justificada por dos sentencias, del Tribunal de Justicia de la Unión Europea y del Tribunal Supremo. En sustancia, veían discriminatoria la forma de acceder a la jubilación para aquellos que tuvieran un empleo parcial.

Así, pues, el período mínimo de cotización exigido se ajustará al tiempo parcial. Lo hará a través del coeficiente de parcialidad: el porcentaje de parcialidad de la jornada con respecto al tiempo completo. En la práctica, si alguien trabajara 4 horas durante 5 días a la semana -jornada laboral que sería la mitad de una completa- tendría un coeficiente del 50%. Por esto, el período mínimo de cotización para recibir la merecida jubilación será la mitad: 7,5 años.

En Holanda, la tasa de parcialidad es del 49%, la más alta del mundo. La regulación de este contrato está basada en un

Hay también informes que respaldan la apuesta gubernamental en pro de favorecer la “flexibilidad interna” de las jornadas laborales de las empresas. Es el caso del estudio que el IESE Business School ha presentado en Madrid esta semana, y que se centra en la posible aplicación del contrato a tiempo parcial en España a partir del modelo Holandés.

Los Países Bajos, según indican los datos de Eurostat y detalla el profesor del IESE Sandalio Gómez, cuentan con una tasa de parcialidad del 49%, la más alta del mundo. La regulación de este contrato, basado en un "principio de igualdad de trato" que los holandeses aprobaron en 1996, “favorece la conciliación del trabajo y la familia, algo que ha impulsado de manera positiva la generación de empleo, sin afectar el nivel de productividad”, explica el estudio.

Y las mismas medidas introducidas tras la Reforma Laboral, argumenta este experto, apuntan a que "el contrato parcial sea una alternativa real para la creación de empleo".

Sin alternativa

La lenta pero constante escalada del contrato parcial en España, sin embargo, tiene otra causante, que se encuentra en los datos de la EPA: la imposibilidad de encontrar un trabajo a tiempo completo. Una razón que, en 2007, esgrimía el 32% de los entrevistados en la encuesta. En 2013, eran el 63%.

Un minojob puede no estar mal para alguien joven que busque algo temporal, pero no puede ser la carrera profesional de una persona que se acerque a la jubilación. Es muy peligroso que esta práctica se extienda.

Es por esto que Pablo Gimeno Díaz de Atauri, investigador del Departamento de Derecho Social e Internacional Privado Universidad Carlos III de Madrid, no es optimista: "está aumentado ligeramente el contrato parcial e indefinido, y esto puede ser una herramienta de ajuste positiva".

Pero no puede tratarse de un instrumento de reparto de empleo: "un trabajador a tiempo parcial, a día de hoy, va a ser un consumidor pobre. Serviría para aumentar a esa clase impensable antes de la crisis: la de trabajadores pobres, quienes, a pesar de tener un trabajo, tienen dificultad para llegar a fin de mes".

Los trabajos a tiempo parcial implican, a menudo, condiciones de vida precaria, añade este profesor. "De hecho, aunque no estén institucionalizados como tales, ya existen 'minijobs', pequeños trabajos poco pagados".

A menudo llevados a ejemplo, no quedan exentos de problemas, ni siquiera en Alemania, donde se facilitan y se premian: "puede no estar mal para alguien joven que busque algo temporal, pero no puede ser la carrera profesional de una persona que se acerque a la jubilación. Es muy peligroso que se extiendan".

La consecuencia, además de aumentar la masa de trabajadores pobres, es el pluriempleo, admiten también desde el IESE. Y más allá de las opiniones, es la EPA quien lo confirma: en 2013, el 56% de las personas con un contrato a tiempo parcial estaban buscando un segundo empleo.

Dignificar el contrato parcial. Este es el objetivo de la normativa que el Gobierno se ha visto forzado a aprobar el pasado jueves, tras las sentencias del Tribunal de Justicia de la UE. Desde esta semana, el contrato a tiempo parcial ya no será discriminado con respecto al de tiempo completo. Se trata de una forma de contratación relativamente poco difundida en España y cuya implantación mejorará, sin duda, las pésimas estadísticas de desempleo.

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