Ascenso y caída del capitalismo obrero de Toxo y Méndez

Los sindicatos han conseguido un hueco permanente en los medios de comunicación, pero no en las secciones de economía. La actualidad de las centrales de trabajadores discurre más bien por las páginas dedicada a la información de los juzgados, por donde los representantes de UGT y CCOO están desfilando para aclarar los numerosos casos de corrupción que les han salpicado en los últimos años.

En ese fenómeno de degradación continua del sindicalismo español se adentra un libro que acaba de llegar a las estanterías, Sindicatos S.A. Toxo y Méndez, los mandarines del capitalismo obrero, escrito por los periodistas Xavier Horcajo y Javier Algarra y publicado por la editorial Sekotia.

La obra comienza repasando la trayectoria de los máximos responsables de UGT y CCOO, respectivamente, Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo, para pasar después a realizar una descripción detallada y crítica de todas las polémicas en los que ambos se han visto envueltos en los últimos años. El libro menciona desde el gusto por la comidas de lujo de Méndez, a los cruceros exclusivos de Toxo, pasando por el ático de protección oficial que consiguió el secretario general de CCOO y las reticencias del máximo dirigente de UGT a desvelar todas las cifras del sindicato.

Un modelo en quiebra

El libro también cuestiona la representatividad que se le concede habitualmente a ambas organizaciones a pesar del escaso porcentaje de afiliación sindical que hay en España con respecto al conjunto de la población activa y con aún menos trabajadores pagando la cuota mensual a ambas centrales. Según Horcajo y Algarra, tan sólo el 15% de la población activa de España pertenece a algún sindicato, muy lejos del 35% de media de los países que forman parte de la OCDE. Además, los autores subrayan que la implicación de los sindicatos en la sociedad no ha dejado de descender como consecuencia de la crisis de credibilidad que atraviesan.

El núcleo de la obra se centra especialmente en el caso de los ERE y de los fondos de reptiles que ha destapado la Justicia en Andalucía, donde se habría demostrado que UGT ingresaba importantes sumas de dinero a cambio de facilitar el despido de trabajadores. Asimismo, Horcajo y Algarra también abordan la polémica de los cursos de formación para desempleados, en la que los sindicatos habrían aprovechado las subvenciones públicas que reciben para reciclar a parados para desviar fondos a otras partidas, como al pago de fiestas o de regalos.

Los autores concluyen con una petición: “Los sufrimientos de la gente que no tiene derecho a prestación por desempleo, de los que agotaron ese recurso, sin encontrar trabajo; los pensionistas, que ayudaron hasta la extenuación a los suyos. Han sido brutales. Por todos ellos nos debemos a nosotros mismos exigir ejemplaridad a nuestros políticos, autoridades, jueces, funcionarios y, cómo no, a los sindicalistas”.