"¿Móvil? Los padres veían a Asunta como un estorbo en este punto de su relación"

Levantado el secreto, no se levantan las sombras.La muerte de Asunta Basterra, asesinada en las inmediaciones de Santiago de Compostela,sigue teniendo puntos oscuros que se han esclarecido sólo en parte desde que el juez Antonio Vázquez Taín ha hecho públicos los cinco tomos delsumario. Con un auto emitido este miércoles, el magistrado ha acusado a los padres de Asunta de haber estado preparando el asesinato de la niña, de 12 años, desde hacía tres meses.

Treinta días después de que se cometiera un crimenque ha acaparado la máxima atención mediática, los expertos en derecho penal están poco sorprendidos con el desarrollo del caso. “A pesar de la gran difusión que tuvo, desde un punto de vista penal ha tenido un recorridomuy sencillo”, explica a este diario Rafael Fontán Tirado,profesor de Derecho Penal en la Universidad Europea de Madrid. En eso consiste el trabajo del investigador, en seguir las conjeturas lógicas: “Por intuición jurídica se podía entender lo que estaba pasando: las dos personas que vieron a la niña por última vez, los restos de polvo blanco, las numerosas contradicciones, los comportamientos extraños”.

Tan extraño como no venirse abajo ante la muerte de una hija: “La policía se fija en este tipo de actuaciones fuera de lo normal”, explica este experto.

La actitud firme de los padres, ahora imputados, ha dado que hablar. ¿Por qué han reaccionado de esta forma? Según el psicoterapeutay escritor Luis Muiño, la reacción de la madre da una pista: una psicosis. "Por las imágenes que pude ver, me da la idea de una persona que perdió el sentido de la realidad. Tiene la frialdad de quien parece estar en otro universo", argumenta Muiño.

“Es un procedimiento complejo, pero consistente”, argumenta, por su parte, el psiquiatra forense José Cabrera. “Ni la madre ni el padre se handesmoronado, ninguno de los dos ha dicho nada en contra del otro”.Al menos hasta ahora. Elauto emitido este miércolesrelata que la abogada RosarioPorto, madre de la pequeña, acusa a su expareja de guardar el ansiolítico que le suministró a la niña en su casa. “Efectivamente esa es una primera fisura, un primerresquebrajamientoen las declaraciones de ambos”, relata Cabrera.

El móvil

¿Qué hay detrás de este aparente acuerdo? Según Cabrera, ahí podría residir el móvil del caso. “Da la impresión de que la niña sobraba en el binomio hombre-mujer, en la relación”, comenta el experto. Otra cuestión es en qué medida sobraba:“¿Para un plan conjunto? ¿Era causa de celos? ¿Había algún secreto?”. Eso lo decidirá el juez, pero según Cabrera esta es la palanca que desencadenó el asesinato.

“No creo que hubiera odio o aversión concreta, sino más bien parece que la presencia de la niña estaba rompiendo un esquema”, sigue Cabrera. Algo que, por otra parte, es más común de lo que se suele pensar, aunque no llegue a estos extremos: “Los hijos, en un matrimonio, no son un elemento céntrico ni básico. En muchas ocasiones son elementos de disputa: otra cuestión es que se encuentren en esa situación, sin que tengan la culpa de nada. Pero así lo viven los progenitores”.

Entre los padres, en este caso, estaba una niña de doce años, adoptada en China, factor que, aseguran los expertos consultados, no tiene relevancia en el crimen. Sí podría tenerla, a cambio, alguna de las claves que Asunta dejó en su blog, en el que quería narrar acerca de los fantasmas que pueblan tres parques de Santiago de Compostela.

“Por lo que escribe, parece una niña de edad superior a la que tiene: no es un blog ingenuo, da la impresión de que quiera transmitir algo fuerte”, argumenta Cabrera.

Muiñotambién cree que el blog puede ser un elemento fundamental. "Leer la bitácora da la impresión de que la niña está asistiendo a la caída del universo mental de su madre, queestá ocurriendo algo raro alrededor suyo y en su casa, algo que intenta explicarse". Y que ha quedado plasmado en las letras blancas y el fondo negro de su diario virtual.