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Hollande empuja a Rajoy a dar un tibio paso al frente por el espionaje de EEUU
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se limitará a "pedir información" al embajador costos

Hollande empuja a Rajoy a dar un tibio paso al frente por el espionaje de EEUU

La reacción de Mariano Rajoy ante las sospechas de que la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de EEUU ha espiado a España, basadas por ahora en

Foto: El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy (EFE)
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy (EFE)

La reacción de Mariano Rajoy ante las sospechas de que la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de EEUU ha espiado a España, basadas por ahora en especulaciones periodísticas, rozó ayer el absurdo. El presidente del Gobierno, que participaba en Bruselas en el Consejo Europeo de otoño, anunció que ha convocado al embajador estadounidense en Madrid, James Costos, para que aclare si son ciertas "las informaciones que se han publicado". En otras palabras: España va a pedir explicaciones a Washington sobre un supuesto espionaje del que, como aseguró Rajoy, "no hay constancia".

Esa tibia respuesta diplomática no entraba en los planes del Gobiernocuando el presidente aterrizó el jueves en la capital comunitaria. De hecho, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, había dicho dos días antes en Madrid, tras conocerse que la NSA había escrutado las llamadas telefónicas de millones de ciudadanos franceses, que convocaría a Costos "en el momento en que tuviéramos constancia" de que España también ha sido espiada. Ayer, sin embargo, tales pruebas no existían. Y pese a ello, Rajoy dio esediscreto paso al frente, arrastrado por la contundente reacción de otros líderes europeos al ciberespionaje de EEUU, especialmente el francésFrançois Hollande.

En contraste con la cautela de Rajoy, Hollande y el socialista Martin Schulz, presidente de la Eurocámara, encabezaron ayer la rebelión de Bruselas frente a Washington. La indignación en la reunión del Consejo Europeo por el espionaje masivo a ciudadanos e instituciones de la UE puesto al descubierto por el ex analista de la NSA Edward Snowden fue generalizada, pero fueron Hollande y Schulz quienes se mostraron más belicosos. Ambos plantearon, incluso, adoptarmedidas de represalia contra EEUU, comola congelación de las negociaciones sobre el tratado de libre comercio,según han relatado a El Confidencial fuentes diplomáticas.

Segundo día de la cumbre de líderes de la ueEl malestar de los dirigentes europeos se desbordó el jueves, cuando The Guardian reveló que la NSAhabía controlado las llamadas telefónicas de 35 líderes mundiales. Llovía sobre mojado. La víspera,la canciller alemana, Angela Merkel, protestó enérgicamente ante el presidente norteamericano, Barack Obama, al sospechar que su móvil había sido pinchado por los servicios de inteligencia de EEUU. Y antes que ella, el propio Hollande también había pedido explicaciones a Obama por espiar a sus aliados, Francia entre ellos. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, llegó incluso a equiparar la conducta de Washington con el "totalitarismo" de la desaparecida Alemania comunista y su "policía política".

Rajoy decidió ayer tirar por la calle de enmedio. No podía mirar hacia otro lado y minimizar la irritación de sus colegas comunitarios porque, como señalaba ayer una fuente gubernamental, las informaciones conocidas hasta ahora son "inquietantes". Pero tampoco quería tensar más de lo necesario las relaciones con EEUU, justo cuando la diplomacia española trabaja con ahínco para cerrar de una vez su ansiada visita a Obama en la Casa Blanca, un objetivo que se le resiste.Los lazos de Madridcon Washingtonhan mejorado notablemente desde que el PP ganó las últimas elecciones,si bien es cierto que se partía del bajísimo listón en quelas dejóJosé Luis Rodríguez Zapatero.

EEUU da largas

En opinión de las fuentes consultadas, el Gobiernoha hecho "lo único que podía hacer: convocar al embajador de EEUU para pedirle aclaraciones". Más allá de ese gesto, la llamada a Costos, que acudirá el próximo lunes a la sede de Asuntos Exteriores,difícilmente tendrá efectos prácticos. Las mismas fuentes recuerdan que Madrid ya convocó el pasado mes de agosto al número dos de la embajada estadounidense, Luis G. Moreno, para que aclarase las informaciones del semanario alemán Der Spiegel que situaban a España como objetivo del espionaje de EEUU. Moreno se comprometió a satisfacer lo antes posible la petición española, pero nunca hubo respuesta.

Costos, muy probablemente, se limitará a tomar nota de las inquietudes que le traslade el Gobierno. Pero no podrá ir mucho más allá, porque la postura oficial de Washington ante el escándalo provocado por las filtraciones de Snowden se mantiene inamovible: negar que haya espiado a sus aliados y no dar explicaciones sobre asuntos de inteligencia. "Si la NSA o cualquier otro servicio de inteligencia de EEUU realmente ha interceptado comunicaciones de ciudadanos o políticos españoles, antes o después se acabará sabiendo", admiten las fuentes consultadas.

Si eso ocurre, ¿qué hará entonces Rajoy? Ayer, de momento, se limitó a echar balones fuera. "Yo no tengo la constancia que tiene la señora Merkel", dijo,en alusión al supuesto espionaje del que ha sido víctima la canciller alemana, "y por tanto lo que hago es recabar información y hacer todo lo posible para enterarme de si alguna de las informaciones que se han publicado son ciertas en su totalidad o solamente de forma parcial". Y añadió: "Pero no voy a tomar decisiones sin tener la total y absoluta certeza de las razones que las motivan".

La reacción de Mariano Rajoy ante las sospechas de que la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de EEUU ha espiado a España, basadas por ahora en especulaciones periodísticas, rozó ayer el absurdo. El presidente del Gobierno, que participaba en Bruselas en el Consejo Europeo de otoño, anunció que ha convocado al embajador estadounidense en Madrid, James Costos, para que aclare si son ciertas "las informaciones que se han publicado". En otras palabras: España va a pedir explicaciones a Washington sobre un supuesto espionaje del que, como aseguró Rajoy, "no hay constancia".

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