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La derrota olímpica también toca la imagen exterior del Príncipe Felipe
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SOBREEXPOSICIÓN SIN CONSECUENCIAS POSITIVAS

La derrota olímpica también toca la imagen exterior del Príncipe Felipe

El tercer golpe consecutivo recibido por Madrid se cobrará víctimas en la vertiente social, deportiva y política. No lo duden. El futuro de Ana Botella pende

Foto: El Príncipe Felipe en la presentación de la candidatura de Madrid 2020 ante el COI (Efe)
El Príncipe Felipe en la presentación de la candidatura de Madrid 2020 ante el COI (Efe)

El tercer golpe consecutivo recibido por Madrid se cobrará víctimas en la vertiente social, deportiva y política. No lo duden. El futuro de Ana Botella pende de un hilo, pese a que Mariano Rajoy intentó sofocar el próximo incendio que se le avecina anunciando que no habrá víctimas como consecuencia de la derrota. En el aspecto deportivo, Alejandro Blanco ha quedado muy expuesto tras el revolcón sufrido en Buenos Aires. El presidente del COE no piensa abandonar su puesto de jefe del olimpismo español. Se siente fuerte por el respaldo de las federaciones, pero más de uno cuestionará su continuidad.

El príncipe Felipe se ha desgastado sin ningún rendimiento a cambio. Durante una semana fue la cabeza visible del proyecto. Se remangó, bajó a la arena. Se dejó ver en más de veinte reuniones, que como se ha podido comprobar no han tenido éxito alguno. Lo intentó, dio la cara, pero esta sobreexposición no ha tenido consecuencia positiva alguna. Sin merecerlo o no, la derrota se vio reflejada en la imagen del Príncipe, que confió en un proyecto que ha quedado demostrado que no tiene llegada, que no avanza o más bien retrocede.

Una operación arriesgada

Ese liderazgo adquirido dentro del proyecto tiene como consecuencia el desgaste público que siempre supone la derrota. En esta ocasión, la presencia de la Corona no era simbólica como en Singapur o Copenhague. Se pasó a la acción, se mostró al mundo con idéntico resultado a los anteriores intentos de la capital de España.

Incluso dentro de la candidatura lamentaban lo arriesgado de la operación en cuestión. Theresa Zabell, doble medallista olímpica y consejera delegada para relaciones internacionales de la candidatura, lamentaba claramente lo sucedido. "Nos podíamos haber ahorrado el desgaste del Príncipe. Me siento un poco humillada por lo que hemos pasado", señaló en la Cadena SER.

Lo cierto es que el Príncipe dio la cara antes, durante y después de la votación, ya que no se escondió y apareció por el cóctel que la candidatura ofreció y que significó el término del sueño. A su lado, la princesa Letizia, que en todo momento acompañó al heredero. Antes justificó lo sucedido en rueda de prensa. Mariano Rajoy también estuvo en el acto que supuso el punto y final de la aventura olímpica. Uno y otro querían acompañar a Alejandro Blanco. El COI nos ha devuelto a la realidad, ala de un país que busca la identidad que arrastró la crisis y la corrupción. Los sueños, sueños son, que decían.

El tercer golpe consecutivo recibido por Madrid se cobrará víctimas en la vertiente social, deportiva y política. No lo duden. El futuro de Ana Botella pende de un hilo, pese a que Mariano Rajoy intentó sofocar el próximo incendio que se le avecina anunciando que no habrá víctimas como consecuencia de la derrota. En el aspecto deportivo, Alejandro Blanco ha quedado muy expuesto tras el revolcón sufrido en Buenos Aires. El presidente del COE no piensa abandonar su puesto de jefe del olimpismo español. Se siente fuerte por el respaldo de las federaciones, pero más de uno cuestionará su continuidad.

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