Arenas y Cascos allanan el camino a Cospedal y culpan de todo a los tesoreros

María Dolores de Cospedal se prepara para hacer esta mañana el paseíllo antes de entrar a la Audiencia Nacional, donde declarará ante el juez Pablo Ruz qué sabe ella de la supuesta contabilidad B del Partido Popular. Ayer fueron los exsecretarios generales del partido Francisco Álvarez Cascos y Javier Arenas quienes testificaron durante dos horas cada uno en la misma sala que hoy declarará la número dos del partido. Los dos exmandatarios han coincidido en su estrategia de defensa al admitir que existía una falta de control sobre las donaciones realizadas al Partido Popular.

De igual forma, tanto Cascos como Arenas han señalado en sede judicial a Álvaro Lapuerta, extesorero de la formación y predecesor de Luis Bárcenas en el cargo, como uno de los responsables de esa “falta de control” en las donaciones que los empresarios hacían al partido, a quienes ni siquiera se les anotaba los DNI al hacer la transferencia a favor de la formación política. Los dos, que entraron y salieron de la Audiencia Nacional acompañados de grandes pitidos e insultos de decenas de preferentistas que esperaban en la puerta su llegada y su salida, también negaron haber recibido sobresueldos y la existencia de una contabilidad paralela dentro del partido.

Los exsecretarios generales comenzaron su declaración con casi tres horas de retraso. Pese a que coincidieron en las instalaciones de una Audiencia llena a rebosar de periodistas, apenas estuvieron juntos tres minutos en la misma sala de las dependencias y estuvieron siempre custodiados por policías. Según testigos presenciales, Cascos y Arenas se saludaron y se limitaron a preguntarse por la familia. Después, ambos esperaron su turno en salas separadas. Casualmente, los dos se mostraron incapaces de recordar ante Ruz por qué sus nombres aparecen en los denominados ‘papeles de Bárcenas’ como perceptores de sobresueldos. La frase más repetida del actual líder de Foro Asturias fue que “yo todo lo que he cobrado lo he declarado a Hacienda”, según fuentes presenciales en la sala, pero no especificó si lo que aparece en las anotaciones es o no es verídico.

El vicesecretario del PP tuvo que hacer un ejercicio de memoria para responder a las preguntas del juez Ruz, según han confirmado varios testigos presentes en la sala a El Confidencial. El político andaluz se apuntó al método de “no recuerdo con exactitud” para salir airoso de la complicada comparecencia judicial en la que el juez Ruz le preguntó sobre los contactos directos entre Rajoy y Bárcenas y la famosa reunión en la sede de los populares donde supuestamente el partido se comprometió con Bárcenas a mantener chófer, secretaria y sueldo a costa del partido. Arenas reconoció ayer que en aquella ocasión se le garantizó un despacho en la sede madrileña del partido y un coche con conductor, pero dijo ante Ruz que no recordaba que se hablase de ningún sueldo ni de comisiones ilegales.

Arenas también admitió a Ruz una reunión celebrada con Bárcenas en el restaurante Oriza de Sevilla en diciembre de 2010. Aquella cita fue privada, ya que ambos mantenían una estrecha relación de amistad, según declaró ante el juez.

Los testigos juran decir la verdad antes de comparecer

La presidenta castellanomanchega siguió las comparecencias de ayer desde la calle Génova, donde se reunió con sus colaboradores y los responsables de comunicación del partido para preparar su declaración de hoy. En la reunión, la secretaria general estudió cómo encarar su comparecencia en la Audiencia Nacional ante el juez, el fiscal y los abogados de la acusación, ya que se enfrenta a la declaración más espinosa de la semana.

Bárcenas le señaló directamente a ella de haber cobrado una presunta comisión ilegal por la concesión de una contrata de basuras en Toledo. El juez Ruz le preguntará por esta cuestión, la que más preocupa a la secretaria general del partido, ya que en la calle Génova barajan la posibilidad de que Bárcenas esconda alguna grabación que demuestre que Cospedal actuó al borde de la ley. Además, la secretaria general ha sido llamada a declarar en calidad de testigo, y según la ley esta condición le obliga a decir la verdad, y así será advertida por el magistrado antes de iniciar el interrogatorio. Si miente y esa grabación existe, su carrera política se truncaría inmediatamente.