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Valcárcel, a punto de dejar la presidencia de Murcia sin cumplir sus grandes proyectos
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18 AÑOS DE PROMESAS QUE PUEDEN QUEDAR EN NADA

Valcárcel, a punto de dejar la presidencia de Murcia sin cumplir sus grandes proyectos

Un viejo chiste al estilo Gila cuenta una llamada telefónica de cuando los números tenían seis cifras. “¿Oiga? ¿Es el 214597?”. Respuesta

Un viejo chiste al estilo Gila cuenta una llamada telefónica de cuando los números tenían seis cifras. “¿Oiga? ¿Es el 214597?”. Respuesta al otro lado del hilo: “¡Qué va! ¡No ha acertado ni uno!”. Algo así le pasa al presidente de Murcia, Ramón Luis Valcárcel, que, después de 18 años en el poder, no ha conseguido que se realice ni uno solo de los grandes proyectos que prometió y prometió y en los que empeñó petulantemente su credibilidad ante sus gobernados, como se ha visto en el debate parlamentario celebrado esta semana, justo antes del Día de la Región que se celebra este domingo, La irresoluta situación de Lorca, dos años después del terremoto, contribuye a la sensación de marasmo.

Al presidente incluso se le vio hastiado. Él mismo reconoció que le daba “pereza mental” responder lo mismo de todos los años a la oposición. También negó que tenga “sobresueldos”, rechazando las críticas sobre los 18.000 euros anuales que cobra del PP regional para gastos de representación, además de su salario de presidente, como figura en su declaración de bienes de diputado hecha pública hace tres meses. En esa actitud displicente la oposición (PSOE e IU) ve la confirmación de que Valcárcel se irá de diputado a Bruselas y Estrasburgo aprovechando las elecciones europeas de la primavera de 2014, como anunció hace dos años.

Mientras, como agua entre las manos se le siguen escapando a Murcia la regeneración de la Bahía de Portmán, el nuevo aeropuerto regional de Corvera, la macrourbanización turística de Marina de Cope y la llegada del AVE. Unos proyectos destinados a sacar a la región de los puestos de cola de España que ocupaba en 1995, cuando Valcárcel ganó sus primeras elecciones, y que sigue ocupando 18 años después en 2013: con un 29,2%, Murcia sigue siendo la cuarta comunidad de España con mayor índice de pobreza, según el Informe Foessa 2013 publicado por Caritas el pasado mes de marzo. El mismo puesto que ocupa con una tasa de paro del 30%, a pesar del repunte de trabajo temporal registrado en mayo.

Por escapársele, hasta se le ha escapado entre los dedos a Valcárcel el agua del Trasvase Tajo-Segura tras quedar fijada en 400 hectómetros cúbicos la reserva estratégica mínima en los embalses de Entrepeñas y Buendía para que continúe el flujo de caudal por el canal que llega al Segura. El PP murciano ha hecho bandera histórica de la continuidad de ese acueducto para satisfacer las necesidades de abastecimiento y riego de dos millones de personas en el sureste de la comunidad.

Murcia consideraba imposible elevar esa reserva por encima de los 240 hectómetros cúbicos establecidos... hasta que el Plan de Cuenca del Tajo lo elevó a 400 también en marzo pasado. Fue un triunfo claro de las posiciones del gobierno castellanomanchego que encabeza la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal. Las tímidas protestas de Valcárcel y los suyos terminaron derivando a explicaciones consistentes en asegurar que el nuevo plan del Tajo, en realidad, “garantiza” la continuidad del trasvase.

Un ‘annus horribilis’ sin AVE ni aeropuerto

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Otras dos reivindicaciones históricas de los populares murcianos enarboladas desde que ganaron sus primeras autonómicas en 1995 por mayoría absoluta, y la incrementaron sucesivamente hasta el 58,82% de los votos en las últimas de 2011, también han resultado en fiasco en este annus horribilis para Valcárcel de 2013: la llegada del AVE y la apertura del nuevo aeropuerto en Corvera.

Ambos logros fueron supuestamente programados y prometidos para 2012. Sobre el tren ya quedó claro el año pasado que, en el mejor de los casos, llegaría a Murcia en 2014. Por el trayecto se ha quedado el soterramiento de las vías y la construcción de una nueva estación en la capital, puesto que Fomento ha decidido levantar otra –provisional- a tres kilómetros de la actual ya que no puede afrontar el gasto de convertir en subterráneo el paso urbano.

El asunto del nuevo aeropuerto en Corvera, pomposamente denominado “internacional” a pesar de que su categoría sería low cost, también ha terminado por explotar en este aciago año en el que Valcárcel cumple 18 al frente del Ejecutivo regional. Estaba prevista y prometida su inauguración para el año pasado pero, a día de hoy, no sólo no tiene fecha ni permisos de apertura aunque está terminado, sino que la Comunidad y la concesionaria privada constructora encabezada por Sacyr se han enzarzado en un contencioso legal que puede retrasar otro par de años su puesta en marcha.

Un coste muy alto

Lo peor del nuevo aeródromo es que puede terminar costando casi 200 millones de euros al erario murciano, puesto que la Comunidad avaló un préstamo bancario por esa cantidad que necesitaba la concesionaria para terminar la construcción y que esperaba devolver gracias al negocio de explotación. Con la pista de aterrizaje y la terminal sin estrenar, no hay negocio ni beneficio pero sí una deuda cuya ejecución parcial ya ha sido reclamada por uno de los bancos del consorcio prestamista.

Los 197,5 millones del aval, a sumar a los 70 que la Comunidad gastó en accesos al aeropuerto, pueden dar al traste con la previsión de déficit regional para este año, que la Consejería de Hacienda dirigida por el sucesor in pectore, el vicepresidente Juan Bernal, pretendía que fuera elevado por el ministro Montoro hasta el 3,1% de su PIB, unos 800 millones de euros. Más 200, si los bancos ejecutan el aval. En 2012, Murcia fue la segunda región española con mayor déficit: 3,02%, sólo por detrás de Valencia (3,45%).

Las encuestas regionales de intención de voto señalan la muy mala valoración de los ciudadanos de la acción de Gobierno y el final de la mayoría absoluta del PP

El elevado déficit público no ha significado que los recortes en servicios sociales se hayan moderado. Antes al contrario, empezaron con la supresión de una paga extra a los funcionarios en diciembre de 2010 y continuaron con miles de despidos de interinos y laborales en todos los niveles de la Enseñanza y la Sanidad e incluso en la administración regional. Por ejemplo: según datos de la Consejería de Educación publicados por Comisiones Obreras a finales de 2012: 2.766 empleados públicos perdieron su trabajo en el sector en un año. Otro: según la Asociación de Usuarios de la Sanidad Pública, unos 6.000 empleados en la Sanidad se quedaron sin trabajo de enero de 2012 a mayo de 2013, calcula el Sindicato Profesional de Sanidad (SPS) con datos de bolsa de trabajo del Servicio Murciano de Salud (SMS).

Esos casi ocho mil no son más que una parte de los 153.331 parados registrados en la región en mayo -3.840 menos que en abril-, la mayoría expulsados del mercado de trabajo por el estallido de la burbuja inmobiliaria que ha dejado 129.117 viviendas vacías, el 16,6% de las 776.700 que hay según el INE en una comunidad de 1.470.069 habitantes. La Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre de 2013 fue menos suave: las personas sin trabajo en Murcia fueron 221.200, frente a los 542.900 ocupados, una tasa del 30,37%.

Estos resultados generales, que muestran que la Región de Murcia no se ha movido o ha andado hacia atrás desde 1995, llevan a los portavoces parlamentarios de PSOE e IU a pedir a Valcárcel que aclare ya si se va a Bruselas como anunció, aunque luego precisara que se iría si la salida de la crisis quedara encarrilada a final de este año.

Valcárcel no contesta a esa cuestión y esgrime la crisis, la herencia recibida y la financiación perjudicial para Murcia, pactada en 2009 por el Gobierno de Zapatero con Andalucía, Baleares y Cataluña, como razón de los males actuales. Pero ofrece pocas soluciones tangibles, al margen de llamar al esfuerzo y al optimismo. Ni siquiera suficientes para arrancar pactos de la oposición, espoleada por encuestas regionales de intención de voto que señalan la muy mala valoración de los ciudadanos de la acción de Gobierno y el final de la mayoría absoluta del PP.

Un viejo chiste al estilo Gila cuenta una llamada telefónica de cuando los números tenían seis cifras. “¿Oiga? ¿Es el 214597?”. Respuesta al otro lado del hilo: “¡Qué va! ¡No ha acertado ni uno!”. Algo así le pasa al presidente de Murcia, Ramón Luis Valcárcel, que, después de 18 años en el poder, no ha conseguido que se realice ni uno solo de los grandes proyectos que prometió y prometió y en los que empeñó petulantemente su credibilidad ante sus gobernados, como se ha visto en el debate parlamentario celebrado esta semana, justo antes del Día de la Región que se celebra este domingo, La irresoluta situación de Lorca, dos años después del terremoto, contribuye a la sensación de marasmo.