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La mina de oro se abre paso en Asturias gracias a un tránsfuga del PSOE
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EL NUEVO EDIL DEL PP APOYA A ASTUR GOLD

La mina de oro se abre paso en Asturias gracias a un tránsfuga del PSOE

La empresa minera canadiense Astur Gold tiene razones para estar satisfecha. El cambio en la Alcaldía de Tapia de Casariego (Asturias), en cuyo municipio la multinacional

Foto: La mina de oro se abre paso en Asturias gracias a un tránsfuga del PSOE
La mina de oro se abre paso en Asturias gracias a un tránsfuga del PSOE

La empresa minera canadiense Astur Gold tiene razones para estar satisfecha. El cambio en la Alcaldía de Tapia de Casariego (Asturias), en cuyo municipio la multinacional ha proyectado una controvertida mina de oro que divide a sus habitantes, es más proclive a sus intereses, ya que el nuevo regidor, Enrique Fernández, del Partido Popular, se mostró partidario del complejo aurífero, dada la situación de escasa actividad económica en el concejo, contrariamente a los postulados de su antecesor, que logró el bastón de primera autoridad en 2011, en pacto con el PSOE, gracias a su rechazo tajante al desarrollo de la industria extractiva.

Aunque, lógicamente, la empresa minera no ha querido hacer mención de este cambio de la Alcaldía, todas las miradas se dirigen ahora a su equipo directivo y a los nuevos pasos que pueda dar en próximas fechas. Manuel Jesús González, el anterior alcalde que encabezaba una candidatura independiente, acusó reiteradamente durante su mandato a las 'maniobras' de Astur Gold para retirarle el apoyo de los ciudadanos y de estar detrás de todas las acciones tendentes a que su política de oposición al proyecto aurífero quedara en entredicho, entre ellas, el pase al grupo mixto de uno de los dos concejales socialistas, lo que dejó al equipo de Gobierno en minoría.

Ahora, el nuevo primer edil ya ha expresado su voluntad de que la mina pueda abrir cuanto antes sus puertas para reducir el nivel de paro existente en el municipio y en las zonas limítrofes del occidente asturiano. Con el objeto de tender la mano a todos sus convecinos, ha planteado la necesidad de llegar a un acuerdo sobre la mina "que favorezca el entendimiento y la concordia entre todos". Afirma que la legitimidad de su mandato viene dada por el hecho de que el Partido Popular fuera el más votado y el que más concejales obtuvo en los últimos comicios locales, si bien no dispuso de mayoría suficiente para gobernar.

No lo va tener muy fácil Enrique Fernández, puesto que nada más tomar posesión de su nuevo cargo arreciaron las críticas a la nueva situación política en el Ayuntamiento por parte de los miembros de la plataforma Oro, no, que aglutinan a los desafectos al proyecto minero, que se concentraron con pancartas delante del edificio municipal y dieron gritos contra la explotación minera.

El alcalde saliente felicitó a su sucesor, pero dejó bien claro que seguiría la lucha por evitar que Astur Gold llevara a buen término el proyecto de mina de oro porque es "perjudicial" para los intereses del concejo. El exregidor recordó que Tapia de Casariego tiene una deuda de siete millones de euros y culpó implícitamente a la compañía minera de ser la causante del incremento de este importante déficit con su ahogo económico. Con respecto a la deuda, el nuevo titular de la corporación municipal aseguró que "no le asusta" y que espera hacerle frente con el respaldo de todos, aunque también deslizó el axioma de que con una mayor actividad empresarial en el concejo, las pérdidas se enjugarían a la mayor rapidez. 

Que la mina de oro es motivo de conflicto en el municipio no es ninguna novedad, pero la tensión y la división la sufren todas las fuerzas políticas. El nuevo alcalde no debería ser, en principio, el sustituto de Manuel Jesús González, ya que la cabeza de lista del PP, Zulima Sánchez, presentó su dimisión a continuación de la del anterior primer edil, para no dejarse arrastrar "por las pasiones" que genera el proyecto aurífero. Precisamente, en el mismo pleno en que su compañero de partido alcanzaba el sillón consistorial, se producía su salida del Ayuntamiento y su sustitución por Rocío Fernández, la siguiente de la candidatura.

Conscientes de la dificil situación que genera la mina y para evitar todo tipo de conflictos estériles, Astur Gold ha dado varios pasos tendentes a explicar a la opinión pública que su proyecto minero no es tan agresivo contra el medio ambiente como sus adversarios publicitan. Ya en su día pusieron al frente del equipo de comunicación a un popular exalcalde de un municipio vecino y en los últimos tiempos han hecho propaganda del fichaje de un antiguo ecologista de Greenpeace, Patrick Moore, para cantar las excelencias del yacimiento de Tapia.

El fichaje de Moore, que abandonó la organización medioambientalista en 1986 seducido por el 'brillo' de la energía nuclear que antes combatía, fue repudiado de manera vehemente por los ecologistas asturianos, si bien su antigua organización prefirió el silencio más hermético para no darle publicidad gratuita.

La empresa minera canadiense Astur Gold tiene razones para estar satisfecha. El cambio en la Alcaldía de Tapia de Casariego (Asturias), en cuyo municipio la multinacional ha proyectado una controvertida mina de oro que divide a sus habitantes, es más proclive a sus intereses, ya que el nuevo regidor, Enrique Fernández, del Partido Popular, se mostró partidario del complejo aurífero, dada la situación de escasa actividad económica en el concejo, contrariamente a los postulados de su antecesor, que logró el bastón de primera autoridad en 2011, en pacto con el PSOE, gracias a su rechazo tajante al desarrollo de la industria extractiva.