Bárcenas intermedió para conseguir negocios en Andalucía ante el 'desembarco' de Arenas

El cordón umbilical de Luis Bárcenas con destacados líderes del Partido Popular ha existido hasta hace sólo unos meses. Incluso después de ser despedido, “indemnización en diferido” mediante, por la secretaria general María Dolores de Cospedal en abril de 2010 por su imputación en el caso Gürtel, el extesorero y gerente de Génova durante dos décadas ejerció como conseguidor para empresarios e inversores interesados en realizar operaciones en comunidades autónomas gobernadas por sus antiguos compañeros de partido, según fuentes informadas de su actividad profesional en esa época.

Una de las gestiones más destacadas por el hombre de las finanzas del Partido Popular tuvo lugar durante los meses previos a las elecciones autonómicas andaluzas de febrero de 2012. El adelanto electoral anunciado por el socialista José Antonio Griñán brindó a Bárcenas la posibilidad de poner en valor su ascendente sobre el potencial ganador, el candidato presidenciable Javier Arenas, histórico dirigente popular, exministro y exsecretario general del partido (1999-2003), y desatascar la venta de inmuebles de la Junta de Andalucía, una de las operaciones inmobiliarias más importantes del momento.

Tras la convocatoria de elecciones para el 28-F, el previsible cambio de gobierno autonómico hizo que los fondos de inversión internacionales interesados en la operación durante la presidencia de Griñán buscaran la manera de llegar al que se creía iba a ser nuevo inquilino del Palacio de San Telmo. Para esta suerte, el intermediario que recomendó la conveniencia de pasar por Luis Bárcenas fue el empresario Javier Sánchez Lázaro, exsenador popular, amigo del extesorero y relacionado a través de su hermano Fernando con la vieja cúpula madrileña del Partido Popular de los tiempos de Ricardo Romero de Tejada.  

El modus operandi responde al patrón de cualquier gestión efectuada durante de los años del boom inmobiliario. En esta ocasión, el encargado de poner a los inversores en contacto con el intermediario Bárcenas fue el controvertido Sánchez Lázaro, salpicado por sospechosas operaciones, desde el caso Naseiro a un pelotazo abortado de Chinchón o al sub iúdice de CPV. La primera cita tuvo lugar en su despacho de la calle de Velázquez, sede de la consultora Netcheck, una de las compañías vinculadas con la fortuna oculta del extesorero según la comisión rogatoria suiza, como explican fuentes del sector. 

Sólo en esa cita, la primera de otras dos posteriores, también estuvo presente Jesús Sepulveda, exregidor de Pozuelo de Alarcón, exmarido de la actual ministra Ana Mato y también imputado en Gürtel, que pasa por ser uno de los íntimos que granjeó Bárcenas durante sus años en el Partido Popular. Ese núcleo duro que ahora la investigación en Suiza ha vuelto a poner de relieve, se completa con el exeurodiputado e imputado Gerardo Galeote, con ascendente en la rica Boadilla del Monte, epicentro de la trama, y con su íntimo Luis Fraga, exsenador y sobrino del fallecido Manuel Fraga, fundador del partido.  

De acuerdo con las fuentes, los dos encuentros posteriores entre Bárcenas y los inversores internacionales sirvieron para definir el papel que el extesorero ejercería ante “su amigo Javier Arenas” para desbloquear la millonaria operación. El líder del PP andaluz tendría en breve potestad como presidente de la Junta de Andalucía para decidir sobre la venta de los inmuebles públicos heredada del anterior gobierno regional, una transacción de hasta 400 millones de euros destinada a financiar las mermadas arcas públicas que a su vez generaría suculentas comisiones para toda la cadena de implicados.

Sin embargo, todo el castillo de relaciones construido durante mediados de 2011 resultó inútil. La victoria de Arenas en la cita del 20-N fue insuficiente para hacerse con la Junta, que gracias al acuerdo de PSOE e Izquierda Unida permitió a Griñán renovar como presidente. La decepción del dirigente popular se extendió a su amigo Bárcenas, que había soñado con una nueva plataforma de negocios a la sombra de su exjefe, a quien visitó y cortejó en su despacho en Sevilla desde su salida oficial del PP. Esa relación viva ha convertido ahora al repescado Arenas en el mediador de Genóva ante el acorralado extesorero.