Mas-Colell y el fantasma de David Crockett

En 1836, después de 13 días de cerco cayó la fortaleza-misión de El Álamo. Todos sus defensores murieron por la independencia de Texas. El paralelismo entre El Álamo, sitiado y aislado, y el nuevo gobierno de la Generalitat, sujeto a la fatalidad política de la decisión de Artur Mas de avanzar las elecciones, es inquietante. El mayor héroe de El Álamo ni siquiera era de Texas: fue el aventurero David Crockett. Y el David Crockett de El Álamo de la Generalitat no es otro que el conseller de Economía, Andreu Mas-Colell.

David Crockett llegó a El Álamo con sus fusileros de Tennessee. Mas-Colell no viene de Tennesse pero sí de la Universidad de Minnesota, donde se labró todo su prestigio internacional. Como Crockett, pudo haber dejado El Álamo antes de que se cerrase el cerco o, en su caso, después de las elecciones. Pero no lo hizo y prefirió continuar en la cartera de Economía de la Generalitat, consciente de que el mundo entero miraba a Cataluña y a su proyecto independentista. Víctima, como Crockett, de su propia fama.

Estos días Mas-Colell está elaborando un Presupuesto, que él sabe que será una debacle política. Recortar cerca de 4.000 millones más en la administración que más ha recortado de España resultará insoportable para la sociedad catalana.

Como en El Álamo, en la actual Generalitat Mas-Colell espera refuerzos. Refuerzos que en su caso no han de venir del general Sam Houston, como en 1836, sino de Bruselas, con una relajación de los objetivos de déficit por parte de la UE, que primero se aplique a los países miembros y luego se extienda a las Comunidades Autónomas. Por cierto, en El Álamo los ansiados refuerzos no llegaron nunca.

Del gobierno de los mejores al de los amiguetes

Mas-Colell tiene que sentir la sensación de cerco. Él ha visto como Artur Mas ha pasado del gobierno de los mejores al gobierno de los amiguetes, para el que ha nombrado consellers a los miembros de su círculo más íntimo: Francesc Homs (Presidencia), Felip Puig (Empresa y Ocupación) y Francesc Gordó (Justicia). La llegada de Jordi Vilajoana, amigo personal de Mas, como fontanero en el cargo de secretario general, afianza la idea de  un núcleo de fieles para una Generalitat sitiada.

El aislamiento no es sólo político. Los empresarios que hasta ahora habían estado cerca de Mas y que habían avalado la continuidad de Mas-Colell ahora marcan distancias, por culpa de las nuevas políticas de subidas de impuestos impuestas por ERC, que incluso castiga a los que antes eran fieles. La nueva tasa sobre los depósitos ha ido contra CaixaBank y su presidente, Isidre Fainé; mientras que la nueva tasa sobre bebida azucaradas castiga a Cobega, pese a que su presidenta Sol Daurella, está casada con un empresario muy próximo a la Generalitat, Carles Vilarrubí.

Mas-Colell no sería el único con un papel en la versión de El Álamo a la catalana. Como el arrogante y orgulloso comandante William Travis estaría perfecto Artur Mas. No en vano, Travis respondía con cañonazos cuando los sitiadores mexicanos le pedían parlamentar. Y quien mejor para encarnar al pendenciero Jim Bowie que el nuevo conseller de presidencia, Francesc Homs.

Igual que Bowie disputaba el liderazgo de los texanos a Travis, Homs está jugando a ser el número dos del Govern y el heredero natural de Mas. Por ello ya se ha apuntado el primer paso que ha dado Mas-Colell: crear una secretaría de Hacienda como primer paso hacia la Hacienda propia. Homs presentó esta secretaría en Palau, tras la rueda de prensa del Consell Executiu y con Mas-Colell prácticamente como convidado de piedra.

En la nueva Generalitat, tan parecida a El Álamo, Mas-Colell tendrá que contar con Homs como un nuevo intermediario entre él y el presidente Mas. Lo que no le ayudará ya que se encuentra en la situación más expuesta: intervenido por el Fondo de Liquidez Autonómica y sin un duro en la caja.

En este drama, el ingrato personaje del general Santa Anna le toca al ministro de Hacienda Cristóbal Montoro. En El Álamo, Santa Anna no hizo prisioneros: más de 200 muertos incluyendo los heridos de la misión. El pago de las nóminas y de los servicios básicos va depender de Montoro durante muchos meses en esta Generalitat sitiada. Mas-Colell sabe que la clave en un cerco son los suministros, precisamente su responsabilidad.

La Generalitat, que pretende convocar una consulta en 2014, sabe que, como cada noche en El Álamo, los sitiadores interpretarán una tonadilla que se denominaba Degüello, con el objetivo de desgastar psicológicamente a los rebeldes de Texas. La leyenda dice que una noche, cuando los heroicos independentistas estaban a punto de enloquecer, David Crockett tocó el violín desde lo alto de los muros y acalló la música de los atacantes. Con las tensiones de caja que sufre y la hostilidad política que soportará desde Madrid, Mas-Colell debería pensarse en comprar un violín para acudir al próximo Consejo de Política Fiscal y Financiera.