Interior telefoneó al coronel que dirigió el operativo contra Cervera para pedirle discreción

El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, fue una de las primeras personas en conocer la detención del exdiputado del Partido Popular, Santiago Cervera, el pasado 9 de diciembre en Pamplona. El coronel de la Guardia Civil que dirigió el operativo de vigilancia montado en torno a la muralla de la capital navarra telefoneó directamente al Ministerio en cuanto supo de la identidad de la persona que acudió a recoger el sobre en el que, supuestamente, estaba el pago de los 25.000 euros con el que un anónimo había tratado de chantajear al presidente de Caja Navarra, José Antonio Asiáin. Fernández Díaz devolvió la llamada pocos minutos después y, acto seguido, el coronel trasladó a los agentes implicados en la operación la orden de que las diligencias se llevasen a cabo con discreción y rapidez.

El hecho de que fuera Santiago Cervera, un político muy conocido en Navarra, en donde fue el artífice de la puesta en marcha del Partido Popular tras la ruptura con UPN en 2008, fue algo que no se esperaba ninguno de los agentes que, durante varios días y de forma ininterrumpida, montaron un dispositivo de vigilancia frente a la rendija del fortín de San Bartolomé. El lugar donde, finalmente, fue detenido el exdiputado en torno a las diez de la mañana del pasado 9 de diciembre.

Cervera fue arrestado debido a que la Guardia Civil consideró que estaba cometiendo un delito flagrante y, en ese caso, quedó desprotegido de la condición de aforado que le correspondía como diputado del Congreso. Fuentes del operativo consultadas por El Confidencial añaden que, en cuanto se reconoció su identidad, el coronel al mando del dispositivo se puso inmediatamente en contacto con el director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa, así como con el ministro del Interior, quien, según fuentes de la operación, mantuvo informado al presidente del Gobierno. Otras fuentes del Instituto Armado llegan a señalar incluso el propio Mariano Rajoy se habría interesado por la suerte de Cervera y se habría puesto en contacto con el citado coronel, extremo que Interior ha negado a este diario. 

Tras el arresto de Cervera, los agentes de la Guardia Civil procedieron a elaborar las diligencias para remitírselas al juez. El proceso duró en torno a dos horas y, durante el mismo, también se puso al corriente de lo sucedido a la delegada del Gobierno en Navarra, Carmen Alba.

Cervera, que acudió al lugar de los hechos camuflado bajo una bufanda y un gorro, pues no quería ser grabado por una cámara cercana de la Policía Municipal, admitió a la Guardia Civil que había sido engañado por medio de un correo electrónico en el que supuestamente se le invitaba a recoger un paquete con datos relativos a Caja Navarra en lugar indicado, cercano al Club Natación de Pamplona. Aunque en un primer momento Cervera no facilitó la copia de ese correo electrónico, después él mismo lo difundió públicamente, junto a su versión de lo sucedido ese día.

El caso, de momento, sigue en los tribunales. Cervera entregó el pasado viernes al titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Pamplona sus ordenadores, tabletas y teléfonos móviles, tal y como se lo había indicado el juez después de que hace dos semanas fuera imputado en el marco de la investigación por el supuesto chantaje al presidente de Caja Navarra. 

Como publicó el lunes El Confidencial, la Guardia Civil ha perdido, por otro lado, las imágenes del dispositivo de seguridad que los agentes recopilaron durante los días que permanecieron de guardia frente a la muralla. La Benemérita lo ha negado, pero fuentes internas del operativo ratifican que "una metedura de pata" con el disco duro de la grabación ha echado a perder la grabación.