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Soñó con el número premiado... hace 23 años
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SU CUÑADO 'PREDIJO' LA CIFRA HACE MÁS DE DOS DÉCADAS

Soñó con el número premiado... hace 23 años

Los caminos de la suerte, como los del Señor, son inescrutables. Incluso largos y enrevesados. Hace 23 años Manuel Leal soñó que el número 64.084, que

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Soñó con el número premiado... hace 23 años

Los caminos de la suerte, como los del Señor, son inescrutables. Incluso largos y enrevesados. Hace 23 años Manuel Leal soñó que el número 64.084, que entonces se vendía en Burgos, iba a ser premiado, y por eso su familia decidió empezar a venderlo en Málaga cada semana. Este sábado se cumplió por fin la profecía. Su cuñado, Diego Fernández vendió en la ciudad 370 décimos del tercer premio de la lotería de Navidad.

Así lo explica el propio Fernández, de 77 años, después de repartir millones entre los muchos abonados al 64.084 de la zona de Fuente Olletas y los barrios Ciudad Jardín y Las Flores. En su caso, la persistencia también ha tenido recompensa para la familia. El lotero se había quedado con un décimo premiado con 50.000 euros y había repartido otros cuatro en la empresa de fabricación de extintores Euroextin, en la que trabaja su hijo.

Incluso su sobrino se ha llevado un pellizco. Juan José Aguilar, camionero en paro desde hace tres años, recibió de su madre una participación de cinco euros que ahora se traducirá en 12.500 de premio. La lotería era, literalmente, su última esperanza. Aguilar se enfrentaba este domingo a una deuda de 1.300 euros por un cobro indebido del desempleo. Su comentario este sábado, entre los brindis de cava frente a la administración, no podría ser más elocuente: "Dios existe".

En total, el lotero ha repartido 18,5 millones de euros al vender gran parte de las 56 series que ha distribuido la administración número 45, situada en la Plaza Olletas, una zona "muy necesitada", según el titular de la administración, Javier Martín.

Málaga, epicentro de la suerte

Con más de 29 millones de euros, Málaga es la principal agraciada en Andalucía del sorteo de Lotería de Navidad, ya que en otros tres despachos de la capital se han vendido otros tantos décimos del tercer premio –150.000 euros– mediante máquinas expendedoras. En la capital y en Marbella también se vendieron dos décimos del 76.058, el Gordo, que dejaron 800.000 euros, y 72.000 de dos quintos premios, el 11.419 –una serie– y el 22.343 –dos décimos–.

Está claro que la suerte se encaprichó este sábado de la capital malagueña, y en el barrio de Fuente Olletas los festejos no acababan en la administración de Javier Martín. A cada uno de los catorce trabajadores del supermercado Maskom, que se repartieron un décimo, les ha tocado algo más de 3.500 euros. Y también una mujer de 65 años, Rosario Ruano, se llevaba 50.000 euros. Ruano, diabética y trasplantada del hígado, confesaba a la agencia Efe que destinará el dinero del premio "al día a día, comer y quitar deudas".

Rafael Aranda, que regenta en la zona el bar Casa Valverde, explicaba que estaba trabajando cuando le anunciaron que había salido "el 84", su número de toda la vida. "Si lo llego a saber me quedo con más de un décimo", explicó el empresario, que intercambió el número con un cliente habitual de su bar. El negocio, asegura, "va bien", por lo que invertirá el dinero en la hipoteca, "tapar agujeros" y disfrutar de su mujer e hija.

Los caminos de la suerte, como los del Señor, son inescrutables. Incluso largos y enrevesados. Hace 23 años Manuel Leal soñó que el número 64.084, que entonces se vendía en Burgos, iba a ser premiado, y por eso su familia decidió empezar a venderlo en Málaga cada semana. Este sábado se cumplió por fin la profecía. Su cuñado, Diego Fernández vendió en la ciudad 370 décimos del tercer premio de la lotería de Navidad.

Así lo explica el propio Fernández, de 77 años, después de repartir millones entre los muchos abonados al 64.084 de la zona de Fuente Olletas y los barrios Ciudad Jardín y Las Flores. En su caso, la persistencia también ha tenido recompensa para la familia. El lotero se había quedado con un décimo premiado con 50.000 euros y había repartido otros cuatro en la empresa de fabricación de extintores Euroextin, en la que trabaja su hijo.