El PSOE da por sentado que Rubalcaba tendrá más de dos rivales en las primarias

Muchos le han visto siempre en una especie de retirada en la que nunca cerraba del todo las puertas a una posible vuelta triunfal, pero lo cierto es que José Bono, fuera ya de la actividad pública y centrado más en la promoción de su último libro -del que dice que va mucho mejor que el de Aznar (ambos están editados por Planeta)-, quiso dejar claro que ni está ni se le espera en una posible batalla por el liderazgo del PSOE. “Tenemos un buen lío y, por primera vez, no estoy en la pomada”, explicó de forma jocosa a los periodistas que se acercaron a hablar con él al término de los discursos institucionales del Día de la Constitución.

La situación interna del PSOE, el calendario de las primarias, los posibles rivales de Rubalcaba y, sobre todo, el último paso adelante protagonizado por el exdirector general de la Policía y de la Guardia Civil, Joan Mesquida, centraron, con permiso de Wert, estrella involuntaria de la jornada, el otro gran tema de debate de los corrillos informales de la izquierda. En ellos se dejaron ver algunos veteranos del partido, como el histórico exdiputado Fernando Marugán, recolocado ahora como adjunto a la Defensora del Pueblo, o Soledad Becerril, que llegó en compañía de otro no menos histórico guerrista, Txiki Benegas. Al otro lado del salón de los Pasos Perdidos, siempre a una prudencial distancia de Rubalcaba, permaneció en todo momento el madrileño Tomás Gómez y su séquito de confianza, formado por su número dos, Maru Menéndez, y el exalcalde de Alcorcón y actual senador, Enrique Cascallana.

Más de dos rivales para Rubalcaba

El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, por su parte, se esforzó en restar importancia al movimiento llevado a cabo por Joan Mesquida, algo que trató de circunscribir como algo normal dentro del debate de ideas abierto entre los socialistas. Pocos dirigentes de peso en el PSOE le han dado mayor importancia. De hecho, otro importante nombre en el partido, Emiliano García-Page, que llegó a concentrar por momentos más público a su alrededor que el propio Rubalcaba, no dudaba en exponer públicamente sus cábalas con hasta tres nuevos contendientes en liza: Patxi López, Carme Chacón y Eduardo Madina. “A Tomás Gómez se le han trastocado los planes con la marcha de Esperanza Aguirre y el cambio le obliga a seguir liderando Madrid”, añadía. “Es un poco difícil que Madina y López den el paso a la vez, pero Madina ya se ha dado cuenta de que no necesita el permiso de López para presentarse. Lo que pasa es que a Madina le interesan efectos muy cortos, que pase poco tiempo desde que se descorcha la botella y se bebe”, concluía.

El líder del PSOE explicó que Mesquida le llamó por teléfono el martes para informarle de su decisión de liderar una plataforma que promueva el debate de ideas en el partido. A Rubalcaba no le preocupa esa postura, porque es normal que haya dirigentes y militantes interesados en aportar para que el partido recupere lo antes posible la confianza ciudadana. Una idea en la que también abundó la portavoz socialista en el Congreso, Soraya Rodríguez, que quiso dejar claro que el suyo es un partido de militancia, de bases, muy participativo, lo que da “sensación de vida”. Sobre la misma cuestión, Bono también se permitió ironizar señalando que le había llamado para felicitarle, pero solo porque era su cumpleaños ese mismo día. 

Primarias antes o después de las europeas

Sea como fuere, lo cierto es que el hervidero de rumores y teorías en el que ayer se convirtió el Salón de los Pasos Perdidos del Senado no dejó lugar a dudas sobre el hecho de que el liderazgo de Rubalcaba está en permanente cuestión y en una situación de transitoriedad interna. “Tenemos un problema y es que las propias bases del partido salieron del Congreso de Sevilla creyendo que esta situación era provisional”, explicaba Page.

Otro de los barones territoriales del PSOE mostraba también su convencimiento de que habrá más de dos candidatos cuando se celebren las primarias del partido para designar al aspirante a la Moncloa.

Las dudas siguen estando, sin embargo, en la fecha de esas elecciones internas, sobre las que hay argumentos hay para todos los gustos. Unos defendían cerradamente que se deben celebrar antes de las elecciones europeas porque esta es una cita más fácil, en la que es probable que haya un castigo hacia el Gobierno y el Partido Popular. Por ello, de ir bien esas elecciones, ya con un candidato claro elegido en primarias, el partido podría encarar con mayor optimismo las municipales y autonómicas previstas para mayo de 2015. De no ser antes de las europeas, la elección debería ser entre esa cita y las municipales, porque “no se puede mandar por delante a la caballería” sin haber elegido a la cabeza de cartel.