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"Tres de la mañana. Madrid Arena. El aforo aparentemente no está cubierto..."
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EL AYUNTAMIENTO RECONSTRUYE LA NOCHE DE HALLOWEEN

"Tres de la mañana. Madrid Arena. El aforo aparentemente no está cubierto..."

Cuatro chicas fallecieron la madrugada del pasado 31 de octubre y una resultó herida grave en el pabellón deportivo Madrid Arena a consecuencia de una avalancha

Foto: "Tres de la mañana. Madrid Arena. El aforo aparentemente no está cubierto..."
"Tres de la mañana. Madrid Arena. El aforo aparentemente no está cubierto..."

Cuatro chicas fallecieron la madrugada del pasado 31 de octubre y una resultó herida grave en el pabellón deportivo Madrid Arena a consecuencia de una avalancha humana. El ayuntamiento de Madrid entregó el miércoles un exhaustivo informe al juez con el fin de contribuir al esclarecimiento de los hechos, “sin pretender con ello llegar a conclusiones sobre las causas de los sucesos acaecidos ni establecer responsabilidades”. A continuación, El Confidencial les reconstruye cómo sucedieron los hechos según la versión del consistorio madrileño, dueño del recinto municipal protagonista del fatídico suceso.

La empresa organizadora, Diviertt, a cuyo frente está Miguel Ángel Flores, un conocido empresario del ocio nocturno madrileño, solicita el 31 de agosto la celebración del evento. El 25 de septiembre le comunica al organizador la reserva de espacios y fechas para distintos eventos, entre ellos el de la noche de Halloween, el Thriller Music Park. El 2 de octubre, el organizador informa del evento, horarios y horario del desmontaje. El evento es aprobado el 8 de octubre, si bien la firma del contrato queda pendiente de que la empresa “pague lo que adeuda por espectáculos anteriores”.

Previamente a la firma, el organizador facilita el contrato de seguro que firmó con Mapfre, como adelantó este diario, por un importe de 600.000 euros. Madridec cuenta con su propio seguro de responsabilidad civil. El contrato de la fiesta de Halloween se firma el 24 de octubre. En la víspera de la celebración, Flores comunica el pago del 50% del importe de los espacios y los servicios y el 100% de la póliza. El resto de las cantidades “se liquidarán con posterioridad a la celebración, una vez que se conozcan los datos exactos de asistencia”.

Cómo se organizó el evento

El 24 de octubre, el organizador comunica a Madridec los datos que han de notificarse a la Delegación de Gobierno. El número de asistentes al acto sería de 4.000 a 6.000 personas, y el equipo de controladores de acceso estaría a cargo de la empresa Kontrol 34, que desplegaría 75 efectivos. El mismo día, el organizador informa de que cuenta con un servicio médico propio compuesto por dos médicos, dos ATS y dos ambulancias con dos técnicos cada una. El día 26, Madridec comunica a la delegación del Gobierno dirigida por Cristina Cifuentes, al área de gobierno de Vicealcaldía y a la Policía Municipal el evento. “Como el organizador no indicó el número definitivo de asistentes, se comunicó que serían 7.000”.

El día 29 se envió el presupuesto de servicios por un importe total de 24.580 euros, que fue devuelto firmado el día 30. En paralelo se elaboró la documentación técnica, entre ella el plan de vigilancia específico que elaboró Seguriber, donde se detallaba la ubicación y las funciones de los 38 vigilantes de seguridad y de los dos coordinadores de la compañía que asumió las funciones de seguridad en el exterior del recinto.

La fiesta de Halloween

Madridec revisó el montaje sin que se detectase ninguna anomalía. Previamente a la apertura de puertas, se personaron en las instalaciones dos funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía, que solicitaron información y procedieron a la revisión del montaje e instalaciones en compañía de personal de Madridec, Seguriber y Diviertt. Se revisaron los puntos de evacuación del edificio, los extintores, se recorrieron las áreas periféricas del recinto y se visitaron las instalaciones del servicio médico.

Nueve de la nohe: se inicia el dispositivo

A la vista de las características del evento, finalmente la Policía Municipal calificó el “riesgo de nivel alto” y destinaron doce efectivos desde las 21.00 y 18 desde las 23.00 horas del 31 de octubre. Un dispositivo que se amplió con 24 componentes más a partir de las 5.00 horas del día 1 de noviembre. El servicio se inició a las 21.00 con el establecimiento de un dispositivo en el entorno del Madrid Arena y en los viales de acceso para encauzar el tráfico y el flujo peatonal, y evitar aglomeraciones y situaciones de riesgo. También se vigiló para evitar la venta ambulante, el consumo de bebidas alcohólicas y otras sustancias prohibidas, además de la reventa de entradas. El relevo de efectivos se produjo a las 23.00. Alrededor de las 2.15 la jefa de dispositivo contactó con el responsable de seguridad de Madridec, quien le transmitió que todo discurría con normalidad y que el aforo no estaba completo.

Esa noche, “en ningún momento” se comunicó a la Policía Municipal la existencia de incidentes relacionados con el interior del recinto “ni por parte de la organización ni por parte de los asistentes al evento” hasta el momento posterior al trágico suceso.

11 de la noche: los vigilantes toman posiciones

Seguriber colocó a los vigilantes a las 23.00 horas, media hora antes de abrir las puertas. Los primeros incidentes se documentaron en torno a las 00.20 horas, cuando se procedía al desalojo de varios botellones en la zona de restaurantes. A las 02.10, el control de Seguriber observó una aglomeración de personas en las puertas de acceso, por lo que trasladó a la zona a dos empleados desde la zona de restaurantes para apoyar la requisa en este punto. “Para ello se requiere el apoyo de varias dotaciones de policía”. Cinco minutos después, Madridec detectó que dos puertas de acceso de la pista a los vomitorios habían sido precintadas con cintas de acotar y aislante por personal de seguridad. “Se ordena a dicho personal retirar tales precintos, dado que son vías de evacuación”.

Hasta las 3.00, la hora en la que el coordinador de seguridad de Madridec abandona las instalaciones, “no existe ningún aviso de alarma” por parte de Diviertt de aglomeración de público, “ni dentro ni fuera del recinto”, siendo los únicos avisos los habituales en este tipo de eventos, como el salto de vallas de individuos aislados para colarse en el recinto. En ese momento, personal de Madridec realiza una comprobación visual del aforo, “sin que este aparentemente estuviera cubierto”.

A las 03.50 horas aproximadamente se observa cómo en uno de los pasillos de la planta baja del edificio hay una chica “tendida en posición fetal con un joven junto a ella”, y se traslada al servicio médico del evento. Al salir, “y debido a la cantidad de público en las inmediaciones”, se rodea el anillo por el lado contrario, llegando a la altura del backstage, al lado contrario del control de cámaras, “oyendo los gritos de un joven pidiendo ayuda”. A su llegada se encuentran a otra joven inconsciente, que también es trasladada al servicio médico.

La Policía Municipal recibió una primera llamada solicitando una patrulla cerca de la entrada del recinto Madrid Arena porque una joven se encontraba “tendida en el suelo con graves problemas respiratorios” a las 4.00 horas. Mientras se le realizaba una maniobra cardio-respiratoria hasta que llegara el Samur, recibieron una segunda llamada, que describía a otra joven con los mismos problemas en el mismo recinto. “Posteriormente se comunica la existencia de otra joven con los mismos problemas”.

La jefa del dispositivo policial ordena a todos los componentes que entren dentro de las puertas de entrada. Se pregunta a un vigilante de seguridad, “que manifiesta que no tiene conocimiento de ningún incidente”, y a requerimiento del agente le acompaña al túnel donde se encuentra el botiquín, donde constata que se encuentran estacionadas siete ambulancias y un todoterreno, todos ellos de Samur. En el interior del botiquín, otro vigilante de seguridad informa al agente de que el Samur ya está atendiendo a tres personas y otra que se encontraba en otro lugar, sin precisar dónde. Antes de retirarse para informar al mando de lo ocurrido, observa en el interior del recinto que el concierto se desarrolla con total normalidad.

Sobre las 04.20, la empresa de seguridad Seguriber pudo comprobar que llegaron varias dotaciones de Samur, junto a la Policía Nacional y Policía Municipal. Tras comprobar la dimensión de la tragedia, se procedió a llamar al responsable de Seguridad de Madridec y se le puso en conocimiento de todo lo sucedido. Posteriormente, recibieron información por parte del servicio médico de la organización de que “debe haber algún fallecido”.

Según Madridec, hacia las 04.10 ya se tiene conocimiento de que “al parecer” hay dos personas fallecidas en la enfermería del Madrid Arena. Personal de la empresa pública se presenta en las instalaciones donde están las tres jóvenes asistidas por personal de Samur, sin saber a ciencia cierta si han fallecido o están inconscientes. Las versiones sobre los hechos parecen confusas, aunque el doctor Viñals informa, una vez personado Miguel Ángel Flores, que se ha producido una avalancha y que hay personas aplastadas, a las que se está intentando reanimar.

Alrededor de las 05.30 horas se reúnen en el punto de encuentro situado entre los pabellones Madrid Arena, Satélite y de Cristal representantes de las distintas áreas de Madridec, efectivos de las Policías municipal y nacional y el promotor del evento.

A las 6.00 horas se encienden las luces del pabellón y se apaga progresivamente la música, abandonando el público la instalación de forma ordenada. La mayoría de jóvenes ignora que atrás han quedado tres chicas muertas y dos más en estado crítico.  

Cuatro chicas fallecieron la madrugada del pasado 31 de octubre y una resultó herida grave en el pabellón deportivo Madrid Arena a consecuencia de una avalancha humana. El ayuntamiento de Madrid entregó el miércoles un exhaustivo informe al juez con el fin de contribuir al esclarecimiento de los hechos, “sin pretender con ello llegar a conclusiones sobre las causas de los sucesos acaecidos ni establecer responsabilidades”. A continuación, El Confidencial les reconstruye cómo sucedieron los hechos según la versión del consistorio madrileño, dueño del recinto municipal protagonista del fatídico suceso.

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