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Rato y Salgado sufren el abandono de sus colegas de partido abrasados por la crisis
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LOS PESOS PESADOS DE PP Y PSOE REHÚYEN A SUS EXVICEPRESIDENTES

Rato y Salgado sufren el abandono de sus colegas de partido abrasados por la crisis

Rodrigo Rato y Elena Salgado comprobaron ayer lo ingrata que puede ser la política y lo rápido que se puede evaporar el prestigio en el seno

Foto: Rato y Salgado sufren el abandono de sus colegas de partido abrasados por la crisis
Rato y Salgado sufren el abandono de sus colegas de partido abrasados por la crisis

Rodrigo Rato y Elena Salgado comprobaron ayer lo ingrata que puede ser la política y lo rápido que se puede evaporar el prestigio en el seno de tu propio partido. PP y PSOE rehuyeron ayer a sus últimos vicepresidentes económicos, cuya imagen pública ha sido devorada por la gestión de la crisis económica y financiera. Ambos compartieron cartel en el Congreso de los Diputados, donde comparecieron para relatar su versión sobre el agujero bancario que mina la confianza de los mercados en España. Pero ningún primer espada socialista o popular acudió a arropar a quienes dirigieron la política económica de los gobiernos de José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero.

El caso de Rato resulta especialmente significativo, ya que en el PP su figura encarnaba el llamado “milagro económico” español de los años 90. Era, asimismo, la eterna promesa electoral de los populares, el candidato  que podría haber sucedido con éxito a Aznar en 2004, si éste no hubiera designado a Mariano Rajoy para ese cometido. Pero la crisis de Bankia se ha llevado por delante el carisma político del exvicepresidente y exdirector del FMI, hasta el punto de que ningún peso pesado de su partido se presentó para acompañarle en el trance parlamentario.

El posado fotográfico junto al expresidente de Bankia parece resultar tan tóxico en la actualidad como los activos inmobiliarios de la entidad. El portavoz del Grupo Popular, Alfonso Alonso; y el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José Luis Ayllón, fueron los únicos del equipo titular de Rajoy que desfilaron con Rato por los pasillos de la Cámara. Junto a ellos, Esteban González-Pons, Cayetana Álvarez de Toledo o el veterano diputado ratista Teófilo de Luis.

Un buscado perfil bajo de los populares, que contrastó con la gran expectación mediática que despertó la comparecencia de Rato. No obstante, el formato previsto en la Comisión de Economía, que no permite la interpelación directa de los portavoces, así como el pacto de no agresión entre PSOE, PP y, en parte, IU, descafeinaron el debate parlamentario. Solo UPyD y, en ocasiones, Coalición Canaria, rompieron la calma de la que disfrutó el expresidente de Bankia.

Así, la diputada de UPyD, Irene Lozano, llegó a preguntar a Rato si está dispuesto a pedir perdón por su gestión, una cuestión que el exvicepresidente eludió por dos veces en su réplica. En su papel de pepito grillo, Álvaro Anchuelo, también parlamentario por el grupo que lidera Rosa Díez, protagonizó uno de los escasos momentos de tensión que se vivieron en la Cámara. Pero no fue con el socialista Narcis Serra, compareciente en calidad de expresidente de Caixa Catalunya, y a quien en ese turno interpelaba, sino con el portavoz del PP Vicente Martínez Pujalte.

Anchuelo cuestionó la capacitación de Serra para saltar de la política a la presidencia de una Caja, y Pujalte ironizó que el socialista, catedrático de macroeconomía, estaba mucho más preparado que “la líder de UPyD”. De esta insólita forma, Serra quedó al margen del debate, protegido por Pujalte, que derivó al encontronazo entre los portavoces popular y magenta.

Fin de curso político

Por su parte, Salgado también se vio abandonada por su colegas de partido y de Gobierno. Solo su fiel José Enrique Serrano, exjefe de Gabinete de Zapatero y mentor de la exvicepresidenta económica; y, brevemente, Eduardo Madina, acudieron a escuchar su disertación. Incluso Carme Chacón, integrante de la Comisión de Economía, abandonó la sesión tras el turno de Serra, dejando su escaño vacío durante el de Salgado. Pero no fue la única baja. El nivel de interés entre diputados y periodistas bajo sensiblemente con respecto a la intervención de Rato, como muestra el hecho de que Pujalte también abandonara la bancada popular.

Más sorprendente fue, no obstante, el caso de los portavoces que utilizaron su turno para interpelar a los comparecientes, pero que volaron inmediatamente después sin escuchar las respuestas. Así hicieron Joan Coscubiela (ICV), quien alegó importantes motivos familiares, y Pedro Azpiazu (PNV), quien se limitó a decir que perdía el tren. Y es que el curso parlamentario ha terminado, y la prima de riesgo amenaza las vacaciones.

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