Rajoy, a los suyos: "No tenéis nada de qué avergonzaros, id con la cabeza bien alta"

Llegó por la puerta de atrás, avisando apenas una hora antes y todo ello para evitar las manifestaciones en su contra. El presidente del PP, Mariano Rajoy, intentó animar a los militantes del PP tras las severas medidas del Consejo de Ministros del viernes. “No tenéis nada de lo que avergonzaros, podéis salir de este congreso con la cabeza bien alta y con el orgullo que no estáis defendiendo los intereses particulares de nadie, trabajamos en beneficio de todos, de los españoles de hoy y de mañana, en beneficio de los que nos aplauden, de los que se callan y de los que protestan”.

Rajoy hiló un discurso plagado de continuas apelaciones a los españoles y su fuerza para sacar la situación adelante. “Aseguramos que vamos por el buen camino, soy plenamente consciente de las medidas a adoptar, sabemos que son difíciles, pero hay una gran mayoría de ciudadanos que aunque no les guste, saben que son necesarias.España saldrá adelante, es un gran país, y tiene españoles: vamos a darle la vuelta”.

El jefe del Ejecutivo nacional, que acudió al XIII congreso del PP andaluz para arropar a Juan Ignacio Zoido, sucesor de Javier Arenas al frente de los populares sureños con el 96,7% de los votos, explicó que comprendía “las frustraciones y el malhumor” de los españoles. “A nadie le gusta las decisiones de los últimos días, si nos las tomáramos la cosas estarían mucho peor. Nunca hemos prometido ni milagros ni brotes verdes”, destacó en clara referencia al Gobierno socialista de Rodríguez Zapatero.

“Sabíamos que la situación era muy difícil, pero era mucho más difícil de lo que pensábamos y desde el primer día ofrecimos un camino difícil, cargo de sacrificios; pretender resolver esta situación sin poner los remedios y sin abordar reformas es absurdo, es una pura ingenuidad, nadie nos va a regalar nada y todo tiene que salir de nuestro propio esfuerzo”, señaló en el discurso de clausura del cónclave del PP.

Mariano Rajoy recordó que a su juicio el Gobierno sabía muy bien lo que tenía “que hacer” y añadió que contaba con el “firme propósito de cumplir con nuestra obligación”. “Durante más tiempo de la cuenta”, precisó, “se le dijo a los españoles no lo que les podía ayudar de la situación, sino lo que era agradable de oír, perodisfrazando la realidad y retrasando la reformas, las tareas se amontonan y las tareas resultan más caras. Lo que se pudo hacer en su tiempo no se hizo y luego surgen las renuncias y dolores”.

Décima potencia mundial

El presidente del Partido Popular indicó que los españoles no esperaban “milagros” y que él estaba dispuesto a “decir en cada momento la verdad de lo que ocurre, por eso, necesitamos vuestra ayuda; la situación es difícil y habrá momentos complicados, pero saldremos. España es la décima potencia económica mundial, el 46% de nuestro PIB se invierte fuera, tenemos grandes empresas, jóvenes muy bien preparados”.

En su discurso se le notó especialmente molesto por unas palabras que le echaron en cara en un reciente viaje al extranjero. “Me dijeron que en España la gente no trabaja, pude que algunos no cumplan con su deber, pero la mayoría no trabaja porque no puede y ahí mucha que quiere trabajar”, destacó Rajoy, que desde el primer momento de su intervención destacó que su Gobierno tenía por delante una tarea “gigantesca” que no se podría hacer “sin una firme convicción”. “Hacemos lo que debemos hacer, nuestra fuerza brota de esa convicción, a lo mejor no hacemos lo que nos gustaría hacer, estamos cumpliendo con nuestro deber, estamos haciendo lo que es preciso hacer y este es el único camino que conduce al empleo”.