Una 'lista negra' de 19 aeropuertos echará el cierre al menos un tercio de su jornada

La virulencia de la crisis y la austeridad en los planes de ajuste del Gobierno han dejado al Ministerio de Fomento sin margen de maniobra. Si el subsecretario Mario Garcés anunció hace un mes que "hay que ir pensando" en cerrar aeropuertos, Ana Pastor habló ayer de limitar el horario en aquellos con menos tráfico aéreo. La ministra de Fomento no contó con los impulsados por las comunidades autónomas, entes locales o el sector privado, como el aeropuerto de Castellón, que sigue y seguirá abierto aunque no haya recibido ni un solo vuelo desde que se inauguró.

Pastor esbozó ayer los planes de reestructuración del Gobierno en los 47 aeropuertos españoles que disponen en todo el país y que pasa por ajustar los horarios de apertura a los vuelos que reciben en los aeropuertos con menos tráfico de pasajeros. Los 19 aeródromos que Pastor ha metido en la 'lista negra' reducirán su apertura a menos de la mitad (pasarán de las 2.000 horas que ahora permanecen abiertos a 708), con su consecuente reducción de plantilla de trabajadores y, según los aeródromos perjudicados, la entrada de turistas (204 millones en 2011, el segundo mejor ejercicio de la historia de Aena) podría verse mermada.

A pesar de que Madrid y Barcelona son los aeropuertos que más tráfico de personas y mercancías alcanzan, un informe de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) basado en datos públicos asegura que únicamente ocho de los 47 aeropuertos gestionados por Aena presentan resultados operativos positivos: Palma de Mallorca, Málaga, Gran Canaria, Alicante, Tenerife Sur, Girona, Bilbao y Murcia. Pastor, que culminará el plan antes de que finalice el mes de junio, habla de solucionar “el importante desajuste que existe entre la oferta y la demanda”.

España tiene a su disposición 52 aeropuertos, el 90% de ellos gestionado por Aena. De los que dispone la entidad pública, solo ocho son oficialmente rentables y más de una veintena dispone de otro aeropuerto a menos de una hora por carretera. Si se toma como referencia las cifras de pasajeros en 2011 que expuso Fedea, los aeropuertos con menos tráfico aéreo que se verán afectados por la medida anticrisis de Fomento son los cuatro de Castilla y León (León, Valladolid, Salamanca, Burgos), el de La Rioja, Vitoria, San Sebastián, Pamplona, Extremadura, Albacete, Córdoba, Ceuta, Melilla, Algeciras y el de Huesca, que Fomento ya ha dejado sin inversión en 2012 y que se mantuvo abierto en 2011 con un tráfico medio de ocho pasajeros diarios.

Un puñado más de viajeros que al de Huesca llegaron en el mismo mes al aeropuerto de Albacete, que consiguió cerrar esos 30 días con 186 billetes vendidos, un 83% menos que el mismo mes de 2010. Córdoba, con 850 y el helipuerto de Algeciras, con 1.769, son los que menos tránsito tuvieron. Por su parte, Salamanca solo sumó 1.892, 26 pasajeros más que el de Logroño-Agoncillo. Burgos y Reus se quedaron en torno a unos 2.000, con una media de unos 67 pasajeros al día. Unas cifras desoladoras a las que la ministra de Fomento quiere poner coto.

Atender solo a la demanda

Aunque Pastor tiene encima de la mesa las estadísticas, Fomento todavía no baraja la opción de cerrar los aeródromos que más arrastra la deuda de 12.000 millones de euros de Aena. La ministra habla de que, por ejemplo, en un aeropuerto que abre de 5.00 horas de la mañana hasta las ocho de la tarde siete días a la semana, se podría pasar a un horario de 15.00 horas a 21.30 horas durante seis días a la semana. Suficiente para atender la demanda y un “mazazo” para los afectados, como denunció Enrique Pedrajas, miembro del comité de empresa del aeropuerto de Granada, un aeródromo que no computa el millón de pasajeros al año y mantiene de forma directa unos 500 puestos de trabajo y más de 3.000 de forma indirecta.

El departamento que dirige Pastor pretende incluir otras medidas para adelgazar la enorme deuda del sector, como aumentar un 20% la superficie comercial, incrementar los ingresos a través de los concursos de tiendas libres de impuestos, abrir rutas y subir tasas, incluidas ya en los presupuestos generales de 2012. De momento, el Gobierno deja aparcado el proyecto de imponer peajes en las autovías para cubrir su mantenimiento.