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Soldado, con cinco años de experiencia y un trienio: 800 euros de sueldo
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DÍA DE LAS FUERZAS ARMADAS MARCADO POR LOS RECORTES

Soldado, con cinco años de experiencia y un trienio: 800 euros de sueldo

Abocados a una situación de ahogo constante y, lo peor de todo, es que llueve sobre mojado en los patios de los cuarteles españoles. Los soldados

Foto: Soldado, con cinco años de experiencia y un trienio: 800 euros de sueldo
Soldado, con cinco años de experiencia y un trienio: 800 euros de sueldo

Abocados a una situación de ahogo constante y, lo peor de todo, es que llueve sobre mojado en los patios de los cuarteles españoles. Los soldados hacen equilibrios presupuestarios para encajar el duro revés de los nuevos recortes anunciados por el Ministerio de Defensa para este año y que vienen a minar, una vez más, la moral de los militares que hoy desfilarán en Valladolid con motivo del Día de las Fuerzas Armadas. Una celebración reducida también a su mínima expresión para ahorrar.

El ministro del ramo, Pedro Morenés, puso recientemente sobre la mesa las austeras cifras de la Defensa. “En el año 2011, un español dedicó 11 euros a la Defensa, mientras que un francés dedicó 40”. Un presupuesto que, a la postre, evidencia la escasa remuneración de los efectivos. Jorge Bravo, presidente de la asociación de militares AUME, clarifica cómo afecta esto al día a día de los tres ejércitos. “Un soldado con cinco años de antigüedad y un trienio está cobrando 800 euros de sueldo”, explica. “Nada más entrar en el Ejército reciben menos de 700 euros, 600 y pico”.

Con estas tablas salariales, el anuncio de nuevos recortes vuelve a suponer otro golpe para el sector. Como la 'sorpresa' de que a partir del 1 de julio, todos los militares del Ejército de Tierra, la Guardia Real y la Unidad Militar de Emergencias (UME) deberán pagar el 50% del rancho en las unidades a las que pertenezcan. Medida con la que el Ministerio estima que ahorrará unos 15 millones de euros. En concreto, lo militares tendrán que pagar 2,80 euros por comida.

“Hay una desmoralización dentro del Ejército y fuera”, explica Bravo. “Las campañas para la plena profesionalización venían a decir que los soldados tendrían cubiertas todas sus necesidades, el derecho a una habitación, el derecho a la alimentación, el equipo… Y todo eso eran unos incentivos para el que quisiera acudir a prestar servicio a las Fuerzas Armadas. Despacito, todo ello va desapareciendo, mientras que, con el paro, se está incrementando enormemente la demanda de personas que quieren entrar en el Ejército”.

"Por debajo de los mínimos"

Al sueldo base, los soldados le pueden sumar determinadas dietas por maniobras o por misiones en el exterior, donde las Fuerzas Armadas tienen desplazados a unos 3.000 efectivos de un total de 130.000. Los primeros recortes han afectado directamente a subvenciones como la de la comida, pero según anunció la subsecretaria de Defensa, Irene Domínguez-Alcahud, en el futuro se podrían suprimir hasta 2.000 efectivos de tropa y marinería mediante la no renovación de sus contratos o el despido.

“Estamos muy por debajo de los mínimos, pero la sociedad española, lo siento mucho, es muy rácana con esto”, explica el coronel de infantería retirado José María Pairet, secretario de la asociación de militares AME. “Se está racaneando en todo: los pilotos no pueden hacer sus horas de vuelo, los barcos no salen, en los cuarteles solo se pone la calefacción durante dos horas al día… Es que realmente estamos bajo mínimos”, añade.

La supresión del popularmente conocido como ‘rancho’ divide, sin embargo, a las asociaciones profesionales entre quienes lo consideran un derecho que todos los militares tienen reconocido por ley y quienes lo ven como una medida de gracia otorgada hasta ahora por Defensa. “Nosotros no queremos cosas graciables, sino que se pague a los soldados el sueldo que les corresponde, algo que tienen que resolver los políticos y no los jefes militares”, asegura Pairet, que entiende que se haya recortado primero en estas partidas antes que entrar en lo que son los derechos de los militares. “No queremos un paternalismo desfasado, el soldado es equiparable a cualquier funcionario del Estado y deberá pagar lo que tenga que pagar por comer, lo que hay que hacer es que tengan un sueldo digno”.

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“No tiene sentido llevarse las manos a la cabeza por algo que ha sido un privilegio, salvo que estemos de maniobras o de misión”, añade, por su parte, Juan Manuel Molina, del colectivo Militares para la Democracia. “Todavía pensamos que ese 50% que tendrán que pagar los militares podría ser totalmente suprimido porque se trata de una medida de gracia, de un favor concedido por el Ministerio a los soldados. Hace 15 años todos los militares nos pagábamos nuestras comidas hasta cuando estábamos de maniobras, lo cual era ilógico porque es algo comparable a como si te trataran de cobrar la gasolina o la pólvora”.

Pero los recortes en las pequeñas cosas van más allá y afectan a cuestiones cotidianas del día a día de las Fuerzas Armadas. Por ejemplo, en los uniformes. “Son recortes encubiertos que no se anuncian”, explica el presidente de Aume. “La nueva normativa sobre la equipación individual establece que el soldado tendrá que pagarse a partir de ahora su uniforme de paseo cuando toque renovarlo. Hasta ahora se renovaba de forma gratuita. Estamos hablando de uniformes que pueden costar entre 200 y 300 euros”.

A todo esto hay que sumar el hecho de que los soldados, al igual que todos los funcionarios, han visto reducido su sueldo en cerca de un 5%, en función de su escala, y también se ven afectados por la subida del IRPF, como todos los ciudadanos. ¿Afectan estos recortes a la operatividad de los Ejércitos? “Se dijo que no”, contesta Jorge Bravo, “pero si se reducen servicios externalizados de alimentación y limpieza y quienes pasan a desempeñarlos son los soldados, a los que se detrae de sus funciones y se quita su plena operatividad, creemos, entonces, que sí está afectando a la operatividad”.

En su lugar, desde AUME proponen otras medidas como recortar en el uso de vehículos oficiales, el establecimiento de una jornada continua que permita ahorrar energía y facilitar que los soldados coman en sus casas y, sobre todo, reducir a la mínima expresión el sinfín de actos de homenaje, reconocimiento, celebraciones de patrones, toma de mando y relevos que suelen conllevar siempre gastos protocolarios.

En el horizonte, sin embargo, se cierne otro importante tijeretazo a las nóminas de los soldados. Defensa ha anunciado que rebajará los incentivos que se dan a los militares cuando cumplen 4 y 6 años en el Ejército y que suponen el cobro, durante ese año, de otra paga extraordinaria. El Ministerio no ha especificado cómo hará ese recorte pero, sea como fuere, llega en un momento en el que las Fuerzas Armadas se sienten más esquilmadas que nunca

Abocados a una situación de ahogo constante y, lo peor de todo, es que llueve sobre mojado en los patios de los cuarteles españoles. Los soldados hacen equilibrios presupuestarios para encajar el duro revés de los nuevos recortes anunciados por el Ministerio de Defensa para este año y que vienen a minar, una vez más, la moral de los militares que hoy desfilarán en Valladolid con motivo del Día de las Fuerzas Armadas. Una celebración reducida también a su mínima expresión para ahorrar.