Cifuentes prohíbe al 15-M acampar en Sol y ofrece como alternativa la Casa de Campo

A menos de 72 horas para que comiencen los actos conmemorativos del primer aniversario del 15-M, Cristina Cifuentes, delegada del Gobierno en Madrid, recuerda una vez más que la Policía no permitirá a los indignados acampar en la Puerta del Sol, epicentro del Movimiento. Como alternativa, Madrid dejará pernoctar a los manifestantes en otros sitios “que no distorsionen la vida ciudadana” como la Casa de Campo, a las afueras de la capital. De momento, la agenda de los indignados sigue intacta y, los que hacen un año acamparon en Sol ahora preparan una “asamblea permanente” en el mismo sitio que durará cuatro días: desde este sábado hasta el martes, día oficial del primer aniversario de la indignación.

Presionada por Barcelona, que sí ha dado luz verde para que los indignados acampen en la Plaza de Cataluña, Cifuentes ha optado por facilitar un lugar para poder manifestarse en Madrid, pero la idea de la Delegación del Gobierno está a años luz de la idea con la que trabaja el Movimiento, que dependerá del éxito o del fracaso de la convocatoria para quedarse o no en la Puerta del Sol durante las cuatro jornadas que durarán las manifestaciones.

La delegada del Gobierno, que ha reconocido que ha estado en una Asamblea de barrios "hace dos semanas" para conocer de primera mano cuáles son los objetivos que persigue el 15-M, ha insistido esta mañana en que las acampadas en la ciudad “son ilegales”, amparándose en el artículo 214 de una ordenanza del Ayuntamiento de Madrid que dirige Ana Botella.  “En las plazas de Madrid no se puede acampar, y vamos a hacer que se cumpla la Ley", añadió. Cifuentes ha criticado que "este 15-M no es el del principio; es en parte mucho más radical y cercano a los antisistema".

Los indignados siguen su agenda

Para concluir, la delegada se quejó de una falta de interlocución con los manifestantes: "Llevo tres meses intentando hablar con el 15-M, pero no hay interlocución, no hay portavoces. Lo he intentado, pero un diálogo de uno no es diálogo". Los organizadores insisten en que para ellos lo importante ya no es montar una logística que sirva como “excusa para el desalojo”, sino simplemente estar en las plazas. Nadie sabe qué va a pasar las horas previas al primer aniversario del 15-M. Ya pasó en el 2011: que no hubo una reivindicación concreta, ni un objetivo a corto plazo, sino un diagnóstico social común: todos unidos luchando por el cambio. Ahora solo falta comprobar si los españoles quieren volver a salir a las plazas para manifestarse un año después.